Estoy enojado y decepcionado. Cuando parecía que, con Obama, se venía el fin de la ofensiva asesina de EEUU por el mundo, y con eso tiempos más tranquilos por el mundo, se lanza una nueva guerra justificaba por ansias independentistas.
Los juegos olímpicos, que deberían ser un lugar de confraternidad mundial fueron testigos hoy de la partida de los deportistas de Georgia como protesta por la ofensiva rusa.
No aprendemos más. Parece que la única respuesta que nos queda es unirnos todos al “movimiento por la extinción humana voluntaria”.