Chavez se apioló. –Software Libre a la venezolana

Lo que viene: Software Libre a la venezolana



En Latinoamérica, los pioneros en la migración de sistemas del Estado hacia el Software Libre fueron los brasileños de la mano de Lula. “Ya el Brasil lo ha anunciado y Venezuela va por el mismo camino”, dijo, fiel a su propuesta de integración en la región, el venezolano Hugo Chávez.



El presidente anunció que están trabajando en un decreto “para establecer de manera oficial y obligatoria para la administración pública, el fomento y la adopción del Software libre”. Esta alternativa cuenta con una serie de ventajas frente al propietario, mayormente asociado a su principal proveedor mundial, Microsoft.



A saber: uno es gratuito, el otro paga licencias por la instalación del programa en cada computadora; con uno se tiene acceso al código fuente (lo cual permite comprenderlo, mejorarlo, compartirlo), el otro tiene su receta bajo estricto secreto; finalmente, y como contraparte, hay que aclarar que uno requiere gente capacitada para su manejo, y el otro es un paquete cerrado listo para ser usado. A raíz de esta necesidad de capacitación, los funcionarios venezolanos están realizando “seminarios, de carácter nacional e internacional, para abrir caminos hacia lo que es el Software Libre”, según explicó, Yadira Córdoba, titular del Ministerio de Ciencia y Tecnología.



“No hemos querido que esto se imponga abruptamente porque significaría hacer un cambio de cultura y de visión; por el contrario, queremos ir incorporando el software libre progresivamente y creo que con el trabajo que realizamos en el último año, hay condiciones suficientes para dar este paso”, sostuvo Córdoba. El objetivo es “lograr la independencia científica nacional, para no seguir dependiendo del software de propietarios.



Si el conocimiento no tiene propietarios, la propiedad intelectual es una trampa del neoliberalismo”, justificó Chávez. Una de las metas es llegar a fin de año con 343 infocentros en el país. Esto requerirá una fuerte inversión estatal, ya que cada uno implica un desembolso de 100 mil dólares. Al igual que en cualquier inversión en capacitación y educación, más allá de la suspensión del pago de patentes, los principales frutos del proyecto, se verán a lo largo de los próximos años traducidos en capital intelectual.



Sin duda, uno de los más cotizados del mercado. En Argentina, mientras tanto, hay una enorme comunidad que pregona los ideales del Software Libre, y propone hacerlo el sistema de arranque de cada computadora del Estado. Aunque, por ahora, más allá de las buenas relaciones con Venezuela y Brasil en la “Era K”, no hay consenso concreto por parte de todos los actores para hacer de la propuesta un hecho concreto.

Por Pedro Irigoyen.

Amsterdam

Amsterdam

Primera vez en Europa. Viajé por laburo a una convención de Greenpeace.

Subir en Buenos Aires y bajar en la Estación Central de Amsterdam encontrando la ciudad más linda que vi en mi vida.

Cultura en cada calle, libertad que se respira en el respeto a la diferencia.

Trabajar con colegas de todo el mundo fue realmente enriquecedor, sobre todo por intercambiar experiencias con gente de Fiji, Papua y Nueva Guinea o Polonia.

Europeos que me preguntaban, realmente interesados, por Argentina y que se sorprenden

con mis respuestas.

No pueden entender como teniendo lo que tenemos, siendo lo que somos, vivimos como vivimos.

Me di cuenta que tratar de explicar Argentina es casi una tarea imposible, por eso cuando me pidieron que explicara el peronismo me reí, y los invité a tomar otra cerveza.

Estando afuera se extraña el 1 a 1, pero se entiende el por que pagamos tan caro la ilusión de habernos creido del Primer Mundo.

Museos todos. Primero Van Gogh, después el resto.

Pero el que más me impresionó fue el de Anna Frank. Habiendo leido su libro a la misma edad en que ella sufría en un campo de concentración nazi, estar en su casa fue muy movilizador.

Zona Roja y Coffe Shops, por supuesto. Pero nunca lo más difundido es lo mejor.

Los edificios y los canales me invitaron a caminar horas y horas sin parar.

En resumen, uno de los viajes más interesantes de mi vida.

Muchas sensaciones, muchas ideas nuevas. Aprender en cada momento. Enseñar algo. Y por sobre todo, compartir.

Encontrar que en cada parte del mundo, existen personas valiosísimas, luchando por lo que uno lucha y dispuestos a ayudarnos, y a dejarse ayudar es increible.

Para mí, ya no existen las fronteras.

Desde el silencio del ciberespacio el grito desgarrador de Hernán Pablo Nadal

“Hay masturbación narcisista”

ENTREVISTA CON EL ESPAÑOL-COLOMBIANO JESUS MARTIN BARBERO

“Hay masturbación narcisista”

El especialista en comunicación, invitado al Festival de Video de Rosario, criticó el escaso poder transformador de los medios y de los organismos culturales. Señaló, además, la “manipulación ideológica” que sufre la sociedad.

JESUS MARTIN BARBERO

Jesús Martín Barbero nació en España, aunque se radicó en Colombia desde su exilio de la España franquista.

Fue invitado para dar una conferencia en el XI Festival de Video de Rosario, donde Barbero explicó que muy distinto hubiese sido el pensamiento en la comunicación sin la unión que dio el exilio político de los que “descienden de los barcos” con los que descienden de los mayas, aztecas e incas. Barbero recibió también el título de profesor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Rosario.

Se doctoró en Bélgica en 1971 en Filosofía y Letras, fue director de Comunicación de la Universidad del Valle en Cali (Colombia), ejerció la docencia en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente en Monterrey, México, fue presidente de la Alaic (Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación), miembro de la Felafacs (Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social) y ha publicado decenas de libros que se estudian en las carreras de Comunicación de América latina.

Barbero se refiere al poder de las ciencias de la comunicación para interactuar con lo que “sucede”.

–¿Cuál es el poder real de la comunicación para transformar lo que sucede?

–El discurso científico es una retórica incapaz de interpelar al FMI y al Banco Mundial si no hay instituciones mundiales que nos amparen, que tengan alguna clase de poder de decisión. Hay un bla bla bla baboso sobre el asunto de la diversidad, por ejemplo. No tenemos nada, es pura masturbación narcicista. Los idiomas se mueren en estos días, y no pasa nada.

Estoy pensando en otro tipo de organización cultural fuera de la Unesco, para que no pase lo que sucedió en la cumbre de la Sociedad de la Información, donde el Estado se fue borrando y quedaron las empresas conversando con los organismos sociales, las ONG. –Para colmo, frente a una gran ignorancia internacional de la superpotencia…–Existe un grupo íntimo dentro de los que rodean a George W. Bush que no es tan ignorante como parece. Susan Sontag lo escribió en un artículo muy interesante. Las fotos que aparecieron de Irak parecían una tortura más, pero los norteamericanos sabían bien las diferencias de los machos islámicos: desnudarlos ante una mujer en público era una forma de romper su estima.

Es como los campos de concentración de Hitler y familia. Ellos no fueron unos locos, tuvieron ingenieros, psicoanalistas. Tal vez tengan cierta clase de ignorancia histórica, pero sólo cuando necesitan tenerla. La manera en que robaron los museos de Bagdad es increíble, estoy seguro de que entre los soldados había antropólogos, arqueólogos. Las piezas robadas van aparecer en los museos norteamericanos dentro de poco. El mundo no ha encontrado una energía renovable para sostener el funcionamiento del planeta como el petróleo. Ni Colin Powell creía lo que decía en la última conferencia de la ONU antes de la guerra.

–¿Cuál puede ser el rol de los medios comerciales?

–El problema central es que los medios tradicionales tienen una visión monolítica de la sociedad. Los estudios de recepción han intentado meterse a pensar sobre lo que supuestamente la gente quiere ver en cine, donde la hegemonía norteamericana hace perder el sentido de la diferencia. En la Argentina está el asunto de los piqueteros, por ejemplo. Hay un grado de manipulación ideológica fortísima sobre lo que parece que es “lo que la gente quiere ver”, “lo que la gente siente”. No quiere decir que no haya una cierta convergencia en el sentir de la gente sobre la inseguridad urbana. Pero hasta en México, López Obrador, dirigente de izquierda, está pensando una reglamentación para las marchas de las grandes ciudades. Cuando se corta una ciudad completa se genera malestar, y muchos piensan que hay que buscar equilibrios entre derechos de unos y derechos de otros.

–¿El gobierno de Kirchner interactúa sólo mediáticamente?

–En muchas cosas me saco el sombrero con el gobierno de Kirchner, que se paró frente a los jubilados alemanes que invirtieron en bonos argentinos con tasas del 40 por ciento, y quieren recuperar la inversión. Pero hubiera necesitado un apoyo más fuerte para que el relanzamiento tenga repercusiones sociales concretas. Eso no se pudo hacer, se terminó la desestabilización, había expectativas en el origen de la desestabilización de la Argentina que quedó reventada hacia a la Argentina reinventada. Hay algo de verdad en la sensación de inestabilidad. Pero el discurso lo que hace es ocultar, olvidar el origen desestabilizador porque sirve a los intereses privados que movilizan esa inestabilidad.

–¿Se necesita más densidad mediática?

–Más densidad y opacidad. Lo de Beatriz Sarlo sobre Borges, por ejemplo, que dice que Borges une lo que la sociedad separa. Nuestros intelectuales piensan que los gustos populares son una mierda, les da asco al estómago. Después legitiman, argumentan, pero argumentan sobre el dolor de su propio estómago: los pobres tienen mal gusto, dicen. En Colombia logramos por primera vez hacer una encuesta nacional sobre los consumos culturales. ¿Sabe cuál salió el acontecimiento más importante para Colombia? El reinado de la belleza de Cartagena. Pero en vez de salir a decir “este país es una mierda”, ¿por qué no se preguntan qué está pasando ahí? Nunca se hace algo sin que conecte en algún nivel.

–Pero los medios tienen una responsabilidad, ¿o no?

Rambo I es culpa del productor, pero Rambo II… ¿de quién es culpa? Y el III, el IV, realmente remite a la sociedad. La TV tiene la culpa, entonces les suelo decir a las personas: enfrenten a la TV; pero todos se quejan y nadie hace nada. Aunque es cierto que hay una miopía de los editores, de no saber reubicarse en los países, hay una gran inercia. Una vez estaba en Roma dando una conferencia de la ONU y un director de publicidad me escuchó y me dijo: “Lo que usted dijo es una estupidez, quiero ayudarle a salir de ella. La publicidad no es paternalista, xenofóbica ni machista. Los publicistas sí somos paternalistas, xenofóbicos y machistas, pero no está demostrado que eso venda más”. Seis meses después salió la campaña de Benetton. Como dijo un norteamericano, los miedos refuerzan los prejuicios, pero son débiles para romperlos.

¿Existe el progreso?

Armas en EEUU

Muchas veces, al llegar al consultorio, debo bucear por las profundidades del subconsciente para encontrar algún tema digno de ser tratado en terapia. Esta semana, en cambio, hubiera necesitado una sesión prolongada.La realidad, ese fantasma hermético a mi entendimiento, me regaló infinidad de noticias para alimentar el desconcierto.

Pensaba, por ejemplo, cómo se entiende que en los EE.UU., preocupados como están por la seguridad, liberen la venta de simpáticas y efectivas armas de asalto como los fusiles M16 o Kalashnikov, tan apreciados por los terroristas. Quizás, al saber que por año, a causa de disparos mueren unas 30 mil personas, consideran a las armas de fuego la mejor manera de combatir la superpoblación de las grandes ciudades.

Suena tan absurdo como un decorador disfrazado de Batman trepado a una cornisa del palacio de Buckingham exigiendo más tiempo para ver a sus hijos. Más allá de pensar en las deficiencias de la seguridad inglesa, imagino a los hijos del decorador contemplando imágenes de su padre y pidiéndole a la madre no verlo nunca más.

Cerca del Palacio, también en Londres, el secretario general de la ONU, Koffi Annan, entrevistado por la cadena BBC sostenía que “la decisión de los EE.UU. de invadir Irak en marzo del 2003 fue ilegal”.

Si recién ahora se da cuenta, échenlo por cómplice o por lento, pero no permitan que ese señor rija los destinos del organismo, por amor de Dios.

Mientras tanto en nuestro país, el 99 por ciento de los abogados cree que la justicia no le sirve a la gente; uno de cada cinco médicos es acusado por mala praxis; a los marplatenses los comen los mosquitos; en Vicente López se limita la venta de pegamentos para evitar la drogadicción en los menores; en Formosa, mientras el Presidente daba un discurso prometiendo inversiones en la provincia, cuatro alumnos primarios se desmayaron a causa de la desnutrición; y en la Capital en el último mes y medio se robaron 200 semáforos.Cualquiera de estas noticias, todas aparecidas en la última semana, da para cuestionarse si el progreso existe.

Pero no hay que alarmarse, el progreso sí existe y por eso también nos enteramos de que muy pronto en las farmacias podremos obtener Viagra en su versión de caramelos masticables (para hacer más dulce la espera del efecto deseado) y pastillas para evitar la resaca después de un exceso de alcohol.Sin embargo, al recostarme sobre el diván, no hablé sobre nada de esto. Había algo más importante: la renuncia de Bielsa, la gran preocupación de los argentinos que quieren lo mejor para el país. Es curioso, durante años millones de amantes del fútbol cuestionaban al técnico y muchos pedían que se fuera.

Pero ahora, cuando toma la decisión, comienzan a extrañarlo. Miento, no es curioso: resulta coherente con nuestro ser nacional. Quizás muchos de los que criticaban a Bielsa y ahora se apenan por su partida hicieron el servicio militar; durante doce meses fantasearon con matar al sargento que los maltrataba y al finalizar la abominable colimba, lo iban a visitar.

Tal vez sean los mismos que criticaban a Olmedo por un humor chabacano y recién cuando el Negro nos dejó descubrieron que era un genio; en una de esas son los mismos que quisieron quitarle la ciudadanía al Burrito Ortega después del partido con Holanda y hoy ya están pensando en que vuelva a la Selección.

A lo mejor, muchos de ellos volvieron a votar a Menem, susurran que acá lo que se necesita es mano dura y hasta pueden fantasear con que la gran estadista de nuestro siglo fue Isabel Martínez de Perón, porque después de todo, con ella, la deuda externa no llegaba a los seis mil millones, menos de lo que pagamos hoy por los intereses.

Todo es posible, incluso que Bielsa, que se va de la Selección por falta de energía, muy pronto acepte ser técnico de un combinado extranjero en el que le pagan millones de dólares, dinero que le devuelve la energía a cualquier argentino.

Greenpeace pide que liberen a sus miembros detenidos en Salta

La organización ecologista Greenpeace le pidió hoy al presidente Néstor Kirchner que libere a los nueve dirigentes de la agrupación que fueron detenidos en Salta anoche cuando realizaban un operativo de inspección de los desmontes que se están realizando en el sur de Tartagal.



En tanto, grupos de Greenpeace de otros países iniciaron una campaña de reclamo porque consideraron que lo que se busca con estas detenciones es ” criminalizar la protesta ambiental” y “amedrentar” a quienes luchan contra la “política depredatoria de los montes salteños”.



Los nueve activistas de la organización fueron detenidos anoche por la Policía en las cercanías del paraje Los Niricos, al sur de Tartagal. En ese lugar, los ecologistas realizaban una inspección por un desmonte en la zona. Durante el operativo fueron detenidos el director ejecutivo de la agrupación, Martín Prieto, y el abogado Sebastián Cardo. Los dos fueron trasladados junto a otros siete activistas a la comisaría de Tartagal, donde hoy podrían ser indagado.



Los ecologistas fueron detenidos a raíz de una denuncia por “violación de domicilio” que presentó la empresa “Desdeelsur” S.A., propietaria de las tierras. Además de una nota oficial dirigida al presidente Néstor Kirchner, miles de miembros de Greempeace Argentina iniciaron esta mañana una cadena de llamados a integrantes del Gobierno, para exigir la inmediata liberación de sus colegas.



Mientras tanto, desde su lugar de detención, Prieto, dijo que “hay una clara intencionalidad política en el manejo de esta situación”. Y agregó que “el objetivo de las acciones de Greenpeace es “poner nombre y apellido al desmonte en la Argentina y que por cumplir esta tarea terminamos todos presos”.

Añorando la oscuridad

Añorando la oscuridad

(o contestación a la editorial de Mariano Grondona)

Ya no se puede soportar más en silencio. ¿Cómo no responder cuando nos presentan en uno de los más prestigiosos diarios nacionales, la voz del “Pensador ético nacional”, el Sr. Mariano Grondona, un pedido de regreso a lo que nos llevó a estar como estamos?

A modo de análisis político histórico el Sr. Grondona nos presenta las últimas décadas de la vida económica argentina como un intercalar de gobiernos de izquierda y derecha, en los cuales los primeros solo trajeron prejuicio y los segundos, obviamente para la visión de Grondona, beneficios para nuestro país.

Según Grondona: “Dos rasgos caracterizan a los ciclos de centroizquierda: en lo económico, la confianza en el Estado empresario y la desconfianza en los capitales privados; en materia de seguridad, la desconfianza en las fuerzas armadas y de seguridad y la permisividad frente a la delincuencia. Los rasgos centrales de la centroderecha son la confianza en los capitales privados, la desconfianza en el Estado empresario y la severidad con la delincuencia.

Sin embargo, esta falacia se evidencia como tal, cuando uno vive en un país con un Estado desarticulado y corrompido por esa derecha que él reclama, que mientras criticaba su existencia, acumuló riquezas apropiadas ilegalmente. Como ejemplo, los Alsogaray, Alderete, Amira Yoma, entre otros. La centroderecha que él añora, es la que dejó el pais en mano de los capitales los cuales nos dejaron las manos vacias. Y en muchos casos los estómagos.

¿Severidad con la delincuencia?

¿Con cual?

¿Con la delincuencia menor que muere a manos de gatillos faciles mientras los grandes delincuentes, gobernantes y empresarios corruptos se pavonean felices mostrando en las revistas las ganancias de tropelias y contratando periodistas para que defiendan sus negociados?

El Sr. Grondona también dice: “Sólo la centroderecha ha sido capaz hasta ahora de ciclos largos y parcialmente exitosos.” Evidentemente, este señor mirá la historia como fotos

y no como un movimiento causal. Estamos como estamos porque hicieron lo que hicieron. La continuidad de las políticas económicas que el defiende nos llevaron a estar en esta situación. Incluso lo que él crítica, terminará siendo una version moderada de lo venimos sufriendo hace más de 30 años.

En sintesís, Mariano Grondona presenta el regreso hacia el pasado, como inevitable. No toma en cuenta la dinámica de la historia y la voluntad de los pueblos. No acepta que podamos decidir que no queremos volver a la seguidilla de fracasos locales en beneficio de los intereses de unos pocos. Sólo podemos debatir (por supuesto, guiados por su iluminada visión) como y cuando nos tornaremos hacia la derecha.

Por suerte, la historia no la escriben los Grondonas. Los héroes nunca trabajan de lobbistas para los sectores acomodados. Soy pesimista. Pero tengo esperanzas.

Desde el silencio del ciberespacio el grito desgarrador de Hernán Pablo Nadal



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Cosas de la vida

Por Eduardo “Tato” Pavlovsky*

Cuando me desperté el reloj marcaba las ocho en punto. Le hablé a Susy enunciando alguna de mis nuevas ideas matutinas y noté la ausencia de su cuerpo en la cama. Entré en pánico. Me vestí y salí corriendo a lo de Rulo para desayunar. Me extrañaba haberme dormido y que Susy no me despertara. Cuando enfilé por Sucre hacia Astilleros escuché un raro sonido que parecía provenir de la calle Pampa. Vi mucha gente. Algo así como una gran manifestación de adolescentes caminando hacia un espectáculo de rock. A medida que me acercaba la imagen se hacía más kafkiana. Eran filas de niños que caminaban en silencio.

En realidad tuve la impresión de que el silencio era total. No había casi adultos –o por lo menos no había gente de estatura normal–. Esa inmensa caravana en silencio estaba integrada por niños que no superaban los 80 cm de altura. Imposible evaluar la edad, y cuando creí divisar algún adulto no sobrepasaba nunca el metro.

El caminar de los chicos producía un extraño sonido musical. Digo –el arrastrar unísono de los pies de los niños sobre la calle–, producía una melodía. Una extraña melodía. Lo que más me llamaba la atención era la extraordinaria disciplina de los niños. Marchaban en filas de tres. Un metro de distancia entre las filas.

La larga caravana era extensísima. De dónde vendrán me preguntaba. Cuando comencé a mirar a los niños creí que estaba alucinando. Todos tenían un color cetrino y una remera con un número y una letra que los identificaba.

La cara de uno de ellos no tenía ojos –venía tomado de la mano de otros dos niños que lo acompañaban–. Los globos oculares, o lo que quedaba de los globos oculares, estaban llenos de gusanos que salían de sus órbitas. Observé con detenimiento y horror que uno de los niños que lo sostenía de la mano tomaba de sus órbitas alguno de los gusanos y los engullía. Comía los gusanos que salían de los ojos del niño ciego.

Tuve una arcada y después un vómito. El ruido de mi vómito parecía desentonar dentro de ese inmenso silencio. Me repuse y seguí observando, ahora de más lejos, mientras atravesábamos Figueroa Alcorta hacia la Costanera. Había una fila de niños con inmensas cabezas hidrocefálicas.

Sobre la piel de sus caras brotaban lombrices que los niños trataban de tragar cuando se acercaban a sus bocas. No reconocía a nadie. Quise gritar pero no podía. Tenía una mezcla de asco, repugnancia y pánico pero, para hablar francamente, no me producían piedad. Y eso me mortificaba. De algunos brazos y piernas de los niños salían pústulas que arrastraban sangre y pus. El espectáculo era dantesco. Comprendí que la ausencia de queja de esta inmensa muchedumbre infantil parecía producir mi falta de piedad. Al cruzar por Figueroa Alcorta comenzaron a sonar bocinazos porque la larga marcha de los niños alteraba el tránsito. Empecé a sentir odio hacia ellos pero no podía dejar de acompañarlos. Quería saber dónde iban. Cuál era el destino de la gran marcha.

Uno de los niños salió de la fila y comenzó a comer excremento de perros, tan abundantes en esa zona. Lo que más me asombraba era el espíritu comunitario que reinaba entre ellos. El que tenía los excrementos los repartía equitativamente dentro del grupo. Todos comían al unísono. Había hambre. Recordé haber leído que la Fundación Argentina contra la Anemia decía que el 50 por ciento de los niños en la provincia de Buenos Aires es anémico. Pensé si los excrementos de perro tendrían tal vez hierro suficiente para balancear la dieta.

La naturaleza es sabia. Problema de sobrevivencia.

¿Todos estos niños existían siempre? ¿Desde cuándo esto es así? ¿Lo sabíamos? Eran preguntas tontas. Esta situación es límite. Horrorosamente límite. Pero, ¿cómo habíamos llegado a esto? Poco a poco, pensé, porque cuando el horror se construye día a día se vuelve obvio y cotidiano. Los niños deformes se vuelven cotidianos.

Caminé unas ocho cuadras sin mirarlos. Al llegar a la Costanera observé que existía un grupo de gente que los organizaba. Eran todos de estatura normal. Me extrañó nuevamente la docilidad de los niños para reagruparse. Sobre la Costanera había cuatro grandes letreros que parecían orientar el destino último de los niños. Cada letrero tendría una longitud de cinco metros por cuatro de ancho. Cada letrero ordenaba de acuerdo a la patología. Las remeras de los niños también los identificaba en sus respectivos grupos.

“Anémicos”, “Hidrocefálicos”, “Raquitismo” y “HIV”, decían los grandes carteles. Cada grupo de niños se reagrupaba en su fila correspondiente. Parecían contentos de haber llegado a destino. Estaban extenuados. Unas largas mangueras de las que salían chorros de agua tibia intentaban limpiarlos de todas las secreciones, excrementos y pustulaciones.

Observé que, después de bañarlos, un sector de damas los alimentaba con un abundante plato de lentejas. A los anémicos les ofrecían una doble ración. Luego de la comida, los niños se volvían a agrupar y en silencio se arrojaban ordenadamente a las aguas del río. Ningún niño se negaba a hacerlo.

Todos parecían comprender el destino final. Me atrevería a decir que de alguno de ellos vi asomar una beatífica sonrisa. Me quedé toda la mañana. Había visto arrojarse cinco mil niños con absoluta disciplina. Lo que me asombraba era la obviedad. Algún grito destemplado: “¡Piqueteros hijos de puta! ¡Tírense todos, no jodan más!”, no parecía tener eco en la multitud. Cada tanto aplaudíamos alguna pirueta que algún niño realizaba al arrojarse al agua. A eso de las once se interrumpió la ceremonia para cantar el himno. Fue emocionante.

Los niños también cantaban sin dejar de arrojarse al agua. Me pareció divisar al Sr. Blumberg y a Longobardi unos metros atrás haciéndole una nota. El Sr. Blumberg estaba lleno de carpetas y Longobardi le preguntaba sobre su nueva marcha y Blumberg le contestaba que ya tenía 8 millones de firmas. Después no pude entender más. Porque me pareció que mis oídos comenzaban a zumbar y tuve miedo de desmayarme. Mientras caminaba de vuelta por Sucre pensé en Pastoriza, en los rojos y comencé a sollozar. La vida continúa y el campeonato comenzaba. Todo sigue su curso, decía uno de los personajes de Esperando a Godot.

Y yo comencé a olvidar. Había que seguir viviendo. Antes de llegar a casa pensé en dos palabras: complicidad civil. Pero no entendía el sentido ni su relación con la extraña jornada. Cosas de la vida pensé y abrí la puerta de mi bella mansión.

* Autor, actor y psicoterapeuta. Entre sus numerosas obras destacan El Señor Galíndez, Potestad, Telarañas y La muerte de Marguerite Duras.

Un buen poema

COMO SER UN GRAN ESCRITOR

Por CHARLES BUKOWSKI

 

Como ser un gran escritor
Como ser un gran escritor

tienes que cojerte a muchas mujeres

bellas mujeres,

y escribir unos pocos poemas de amor decentes

y no te preocupes por la edad

y los nuevos talentos.

Sólo toma más cerveza, más y más cerveza.

Anda al hipódromo por lo menos una vez

a la semana

y gana

si es posible.

aprender a ganar es difícil,

cualquier pendejo puede ser un buen perdedor.

y no olvides tu Brahms,

tu Bach y tu

cerveza.

no te exijas.

duerme hasta el mediodía.

evita las tarjetas de crédito

o pagar cualquier cosa en término.

acuérdate de que no hay un pedazo de culo

en este mundo que valga más de 50 dólares

(en 1977).

y si tienes capacidad de amar

ámate a ti mismo primero

pero siempre sé consciente de la posibilidad de

la total derrota

ya sea por buenas o malas razones.

un sabor temprano de la muerte no es necesariamente

una mala cosa.

quédate afuera de las iglesias y los bares y los museos

y como las arañas, sé

paciente,

el tiempo es la cruz de todos.

más

el exilio

la derrota

la traición

toda esa basura.

quédate con la cerveza,

la cerveza es continua sangre.

una amante continua.

agarra una buena máquina de escribir

y mientras los pasos van y vienen

más allá de tu ventana

dale duro a esa cosa,

dale duro.

haz de eso una pelea de peso pesado.

haz como el toro en la primer embestida.

y recuerda a los perros viejos,

que pelearon tan bien:

Hemingway, Celine, Dostoievski, Hamsun.

si crees que no se volvieron locos en habitaciones minúsculas

como te está pasando a ti ahora,

sin mujeres

sin comida

sin esperanza…

entonces no estás listo

toma más cerveza.

hay tiempo.

y si no hay,

está bien

igual.