El Secreto de la Chela

Hoy comparto un cuento que me envió Oscar Duque, un gran amigo de toda la vida. En este relato, Oscar explora la mirada de un adolescente sobre el mundo que lo rodea y el encadenamiento de hechos que lo llevan al punto clave en donde su vida cambiará para siempre.

Ojalá lo disfruten tanto como yo.

Hoy comparto un cuento que me envió Oscar Duque, un gran amigo de toda la vida. En este relato, Oscar explora la mirada de un adolescente sobre el mundo que lo rodea y el encadenamiento de hechos que lo llevan al punto clave en donde su vida cambiará para siempre.

Ojalá lo disfruten tanto como yo.

Fueron muchos golpes, el último la desmoronó. Escuché a lo lejos, como contra una pared, el choque de algo pesado, fofo, resbalando y cayendo como una bolsa de carne.

-¡Así vas a aprender, puta de mierda!
 
 
Las palabras arrastradas, fragosas, sonaron tan potentes y duras como el portazo. Esperé un tiempo sintiendo que el corazón me salía del pecho, y corrí a ver qué había pasado. Me acerqué con precaución. Estaba seguro que ese borracho roñoso le había pegado otra vez.
 
 
Nunca voy a olvidar el día que La Chela y ese miserable llegaron a la casita de al lado. El calor era insoportable, y los ayudamos con mi madre a bajar las pocas cosas que traían en un carro tirado por un caballo huesudo, de patas leñosas. Hugo escasas miradas y aún menos palabras. Me quedaron grabadas para siempre el aspecto de La Chela, cabizbaja, en sumisa actitud, con un pañuelo gris ceñido debajo del mentón afilado de su rostro juvenil, contrastando con los enrojecidos ojos saltones y lacrimosos, del borracho.
La Chela y el borracho eran conocidos en el pueblo. Sobre todo La Chela. La chusma del pueblo murmuraba algunas cosas sobre ella, cosas que mi madre siempre tuvo el cuidado de ocultarme o disimular. Siempre me decía: -La gente siempre opina, no hagas caso a las habladurías, hacé tu trabajo y ocupate de tus cosas.
El calor abrumador y la intriga de los corrillos pueblerinos no me dejaban dormir. Las horas de la siesta, donde todo el mundo cesaba sus tareas convertían al lugar en una especie de gran cementerio opaco y polvoriento. Sólo se escuchaba el rodar de hojas secas empujadas por la brisa caliente. A veces creía sentir el movimiento lento y pesado de los cuerpos transpirados, girando en sus camas, o acomodándose en los patios de tierra a la sombra de los árboles. Cada tanto se escuchaba el resoplido acuoso de algún caballo y el chasquido de la cola pegando en las ancas para espantar a los tábanos insistentes y sedientos de sangre.
 
Dentro de ese particular adormecimiento estival, mi intriga y mi curiosidad, podían más que los consejos de mi madre. Ella no quería que me acercara a la casita de La Chela, e insistía en que no tenía que hacer caso a los charlatanes. –Al final, uno no sabe si algunas cosas son ciertas. –Decía con ese modo triste que tiene la gente de campo. Y yo me preguntaba: ¿Qué cosas?, mientras mi interés y atracción aumentaban.
 
Un día, cuando iba a llevarle maíz a las gallinas, la vi a La Chela ir hacia el fondo. Cautelosamente la seguí desde lejos, ocultándome. Llegó a la enramada, que cubría parte de un patio donde estaba la bomba de agua. Comenzó a mojarse los sobacos y el cuello, y cada tanto se refrescaba la cara con cuidadosas palmaditas. Ni las abejas zumbando cerca de mis orejas en busca de mis gotas de sudor, ni aún el peligro de algún aguijonazo, fueron causa suficiente para evitar mi mirada anhelante. Debajo de su etérea camisola blanca y a través del escote suelto y amplio se dejaba ver la suavidad de sus curvas blandas y prolongadas, cadenciosas, que me imaginaba tibias y mullidas al tacto. La impronta de su figura se destacaba como la imagen de una película sin sonido, en colores sepia, variables por la acción de una calurosa brisa envolvente donde, a través de sus cabellos sueltos, se podía ver el pequeño viñedo que le daba un tinte violáceo y somnoliento.
 
A partir de ese momento se convirtió en mi obsesión. No podía dejar de pensar en  esa figura blanca y suave. No quería hacer otra cosa que espiarla, tocarla con la mirada, acariciarla con mis deseos. Quería adivinar esa cuestión oculta que emanaba de las charlatanerías y las observaciones de mi madre. Me decía enojada: ¡El otro día te vi espiando a La Chela… te voy a dar!
 
Abrí la puerta y entré lentamente, con miedo. Irrumpían el silencio inquietante los golpes repetitivos y cadenciosos de un postigo mal cerrado… y la vi en el piso, como sentada contra la pared, con el cabello revuelto y los ojos cerrados. Su vestido negro estaba desgarrado y su pecho casi descubierto. En ese instante no reparé en la tragedia. Miraba esa redondez blanca y suave, delicada… hasta que un espeso y oscuro hilo de sangre se asomó lentamente detrás de una oreja, formando un pequeño charco en la hendidura de su clavícula. Toqué uno de sus hombros, le hablé, y tardó en girar la cabeza muy lentamente, tratando de mirarme en silencio… Vi un golpe debajo de su ojo izquierdo; estaban claras cuatro marcas violáceas en fila, como cuatro uvas reventadas contra la cara.
Salí corriendo a buscar a mi madre que trabajaba en el hospital del pueblo como enfermera. Corrí enloquecidamente, crucé un campo cosechado, para ganar tiempo, y los rastrojos resecos me atravesaron como dagas las alpargatas, clavándose en las plantas de mis pies. Sentía un tremendo dolor, sentía odio, desesperación, venganza. Dos veces tuve que parar para tomar aliento. El último tramo lo corrí paralelo al viñedo. Los sarmientos retorcidos como venas expuestas, se sucedían alternados con racimos repletos de uvas, repletos de posibles puñetazos reventados contra
rostros inocentes.
 
Cuando llegué al hospital, trepando con esfuerzo la pequeña escalinata, salió a mi encuentro mi madre, que creyó que había tenido un accidente. A borbotones fluían mis explicaciones sobre lo sucedido… La Chela estuvo varios días internada, y mi madre se encargó de cuidarla. Las curaciones eran dolorosas, y el calor y la falta de elementos complicaban la situación… Mi mamá suplía esas carencias con afecto y delicado trato, con suaves masajes en los brazos entumecidos, y apósitos en la cara lacerada, seguidos de amables caricias sobre su cabellera.
 
Cuando La Chela volvió a su casa, volvieron los cuchicheos en el pueblo, las viejas secreteaban a la salida de la iglesia… y yo intuía que hablaban de La Chela. Mi mamá ya no me molestaba más con las prohibiciones, quizás porque se había acostumbrado o porque no se daba cuenta de que yo seguía con mis observaciones.
Al cabo de un tiempo, los movimientos misteriosos de La Chela comenzaron a parecer más naturales; nos acostumbramos a su silueta sigilosa y su andar taciturno. Casi no pronunciaba palabra ni saludaba. El borracho se iba de la casa luego de alguna gresca y volvía a los dos o tres días, hecho una cuba, con sus ojos saltones y sanguinolentos, para reiterar su maltrato, sus golpes y sus insultos.
En las noches en que mi madre tenía guardia en el hospital, yo aprovechaba para observar desde lejos a la casita de al lado. Quería descubrir los secretos de La Chela. Ansiaba, en realidad, pertenecer a esa casta de visitantes furtivos. Cada tanto aparecía una silueta en la oscuridad, que entraba, se quedaba un tiempo y volvía a salir. A veces me parecía reconocer al borracho, pero otras no lograba adivinar. Cierta vez lo vi clarito al borracho entrar a la casa; estuvo poco tiempo, y por alguna razón salió rápidamente a los tumbos, y no lo vi nunca más.
Promediando el verano y con los primeros días del otoño, algunas noches comenzaron a ser frescas y mis salidas fueron raleando. No así mi infatigable curiosidad. Una de esas noches en que me quedaba solo, escuché algunos ruidos en la casa de La Chela. Salté de la cama, me tapé con el poncho y miré por la ventana que daba a la casita de al lado. Los ruidos eran discretos, pasos, la puerta de que entrada que se abre… y veo otra vez esa silueta encorvada tapada hasta la cabeza como los frailes franciscanos de la iglesia. Volvió a palpitar mi corazón exageradamente, y no pude contenerme más y salí a ver qué pasaba.
 
Nunca lo había intentado, pero esta vez estaba decidido a todo. Tomé todas las precauciones, caminé como un puma, lentamente, como intentando sorprender a mi presa. Me acerqué a la casa, crucé entre unas cañas del fondo y acaricié a los perros para que no ladraran. Me deslicé junto a una de las paredes, para tratar de ver algo por el postigo. La luz de un candil iluminaba pobremente el interior y me di cuenta de que si me asomaba un poco podría observar lo que ocurría, sin ser visto. Me latía tanto y tan fuerte el corazón, que temía que me escucharan desde adentro. No me animaba y empecé a sentir temor. Y frío. Me incorporé lentamente y escuché un leve murmullo, palabras sueltas dichas muy bajo.
Cuando mi vista logró superar la parte más baja de la pequeña ventana, pude reconocer unas piernas suavemente pálidas, deslizándose en lentos movimientos voluptuosos, enancadas sobre la blanca desnudez de La Chela. Mi corazón cesó por unos segundos, y luego retomó los latidos con una fuerza brutal, como si espasmódicos rebencazos me azotaran el cuello. Fue la revelación más dolorosa de mi vida.
 
Y nuevamente corrí, pero esta vez corrí como nunca, con desesperación, con vergüenza…; atravesé el viñedo lastimándome con los alambres, tropezando con las acequias, resbalando en mi vómito, cayéndome y levantándome, rasgándome la piel con los sarmientos aguzados como púas, tiñéndome de sangre y barro, sin rumbo…
Y no sentí ningún dolor.
 
Oscar A. Duque
Invierno de 2009

 

Y si te quedaste con ganas de leer más y querés leer uno de los mejores cuentos de la literatura argentina, entrá al “Hombrecito del Azulejo”

Dinamarca podría abandonar los combustibles fósiles en el 2050

Un nuevo informe de la comisión de cambio climático del gobierno de Dinamarca, afirma que el país podría abandonar el uso de combustibles fósiles para el año 2050. La mayoría de las necesidades energéticas de la nación se generaran con energía eólica y de biomasa. Actualmente la energía eólica genera el 20% de la energía consumida en ese país.

Molinos


Un nuevo informe de la comisión de cambio climático del gobierno de Dinamarca, afirma que el país podría abandonar el uso de combustibles fósiles para el año 2050. La mayoría de las necesidades energéticas de la nación se generaran con energía eólica y de biomasa. Actualmente la energía eólica genera el 20% de la energía consumida en ese país.

El informe dice que el gobierno ahorrará dinero a través de esta transición hacia las energías renovables y que tiene un plan claro. El comité dice que invirtiendo un 0,5 por ciento del PIB anual cada año en energía renovable, el país podría fácilmente alcanzar la meta en el 2050.

Más información en The Guardian

Causa y efecto (Video)

Un interesante video que me ha pasado mi amigo Jesus Manzano en donde se muestra como el consumidor de los países centrales (Europa, EEUU, Japón, etc) es responsable por los desastres ambientales y sociales de los países en vía de desarrollo (término que no me gusta demasiado).

Un interesante video que me ha pasado mi amigo Jesus Manzano en donde se muestra como el consumidor de los países centrales (Europa, EEUU, Japón, etc) es responsable por los desastres ambientales y sociales de los países en vía de desarrollo (término que no me gusta demasiado).




“Un esposo no es un cajero automático”

El título del post hace referencia al cartel que muestra un activista en una demostración realizada en la India que forma parte de una campaña de concientización en el mes de la lucha contra la violencia doméstica, impulsada por “Save Indian Family Foundation”.

Esposos golpeados


El título del post hace referencia al cartel que muestra un activista en una demostración realizada en la India que forma parte de una campaña de concientización en el mes de la lucha contra la violencia doméstica, impulsada por “Save Indian Family Foundation”.

Con esta acción la organización buscaba mostrar que las mujeres son tan propensas a generar violencia doméstica como los hombres. Estos hombres buscar derribar el “mito” acerca de que sólo las mujeres son víctimas.

Krishna Prasad, coordinador de esta campaña explicó a la prensa que cada año más de 56.000 hombres casados se suicidaron a causa de abuso verbal, emocional, abuso económico, físico y acoso legal.

Más información en The Hindu

¿Qué define a un emprendedor social?

El amigo Lazaro Maisler, quien pronto comenzará a escribir en Listao, me mandó esta mañana un interesante artículo escrito por Guillermina Lazzaro, directora de Ashoka, publicado en La Nación y donde trata de explicar brevemente cuál es el ADN de un emprendedor social.


El amigo Lazaro Maisler, quien pronto comenzará a escribir en Listao, me mandó ayer un interesante artículo escrito por Guillermina Lazzaro, directora de Ashoka, publicado en La Nación y donde trata de explicar brevemente cuál es el ADN de un emprendedor social.

ADN de emprendedor social

La nota es muy recomendable y destaca dos capacidades fundamentales que caracterizan a los emprendedores sociales más exitosos: la innovación y la comunicación. Sin no cuentan con estas dos habilidades es muy díficil que puedan lograr los objetivos de las organizaciones o emprendimientos que lideren.

Destaco este párrafo del artículo

En este camino, los emprendedores sociales tienen que operar sobre distintas dimensiones que conllevan diferentes desafíos:

  • Trabajar en terreno e incidir en políticas públicas. La mayoría de las organizaciones sociales que generan un gran impacto social advierten que necesitan incluir la incidencia en políticas públicas para lograr una verdadera transformación social.
  • El combinar trabajo de campo concreto con incidencia en políticas públicas otorga legitimidad a la organización como un actor relevante y necesario. El desafío entonces es lograr ser parte del diseño de la política pública. Es esencial conseguir la distancia suficiente con el sector público para ser respetado como actor, generando una relación de confianza e igualdad que rompa el sistema clientelar.
  • Trabajar junto con las empresas para dejar la visión filantrópica tradicional y pasar a pensar conjuntamente en la inversión social de largo plazo, creando relaciones de paridad.

Hay para mi un elemento clave para evaluar el valor de un emprendedor socialy es lo que yo llamo: “Factor de incidencia”. Es decir, cuando cambia el mundo en pos de los valores y objetivos que se plantea. ¿Qué efecto tiene el trabajo de este emprendedor en la sociedad en la que está inmerso? ¿El objeto de su trabajo puede extenderse más allá del trabajo realizado por él y su organización? ¿Puede el trabajo replicarse más allá de la figura de la persona que lidere el producto social?

Desarrollaré más en otros post, ahora los dejo leyendo el artículo que da inicio a este breve reflexión. Para hacerlo, hacé click aquí


Twitter: 600 por segundo

Actualmente los usuarios de twitter escriben mas de 50 millones de veces por día a un ritmo de 600 tweets por segundo

Actualmente los usuarios de twitter escriben mas de 50 millones de veces por día a un ritmo de 600 tweets por segundo.

twitter

¿Te imaginás el poder que tiene de generar conversaciones sobre tu organización o sobre la causa que te interese difundir?


Congreso Aedros 2010: Presentación Hernán Nadal

Ayer estuve dando una charla sobre el uso de los teléfonos celulares como elemento de movilización pública y recaudación de fondos para organizaciones sociales, junto a Marcelo Iñarra, uno de los consultores de fundraising más reconocidos del mundo.

Ayer estuve dando una charla sobre el uso de los teléfonos celulares como elemento de movilización pública y recaudación de fondos para organizaciones sociales, junto a Marcelo Iñarra, uno de los consultores de fundraising más reconocidos del mundo.

Esta presentación se dio en el marco del 4to Congreso Internacional de Fundraising organizado por Aedros.

Comparto con uds el material que presenté ayer.


Romina Vitale: A Change is gonna come

Un video que me pasó mi amigo Juan Garberi realizado por Patricio Londaits amigo suyo e interpretada por Romina Vitale, una cantante argentina que no conocía y que me gustó bastante sobre todo por su muy interpretación.

Si bien el reportaje introductorio es un poco largo, les recomiendo disfrutar la canción que empieza mas o menos por la mitad. La canción se llama ¨A Change is gonna come¨ y es del gran Sam Cooke, uno de los padres del soul.

Un video que me pasó mi amigo Juan Garberi realizado por Patricio Londaits amigo suyo e interpretada por Romina Vitale, una cantante argentina que no conocía y que me gustó bastante sobre todo por su muy interpretación.

Si bien el reportaje introductorio es un poco largo, les recomiendo disfrutar la canción que empieza mas o menos por la mitad. La canción se llama ¨A Change is gonna come¨ y es del gran Sam Cooke, uno de los padres del soul.

 

Entrepiso – A Change is gonna come from Romina Vitale on Vimeo.


CiviGuard: aplicación de celular para situaciones de emergencia

Los desastres naturales y otras situaciones de emergencia son en gran medida un fenómeno local, sin embargo, poco se ha hecho hasta ahora para aprovechar las nuevas capacidades de geolocalización de los celulares.

CiviGuard

Los desastres naturales y otras situaciones de emergencia son en gran medida un fenómeno local, sin embargo, poco se ha hecho hasta ahora para aprovechar las nuevas capacidades de geolocalización de los celulares. CiviGuard, es un servicio para moviles diseñado para ayudar a los gobiernos a proporcionar información oportuna y contextual a los civiles afectados durante una emergencia.

Para hacer uso de CiviGuard, federales, estatales y locales comienza a partir de centros de mando al aprovechar la tecnología para identificar las zonas de crisis cuando se produce un desastre. CiviGuard con sede en California luego determina qué torres de teléfonos celulares representan las zonas de crisis y compila una lista de suscriptores a su servicio de FIPS 140-2 compatible con que debe dirigirse con un mensaje de emergencia.

Esos suscriptores reciben notificaciones por SMS, correo electrónico, alertando con información crítica incluyendo los planes de viaje, direcciones y otras advertencias de emergencia. El precio para organizaciones del gobierno se basa en un esquema por civiles, mediante suscripción por año, e incluye el despliegue, el entrenamiento de comandos, actualizaciones de dispositivos móviles, soporte 24×7 y  pruebas trimestrales de preparación.

Una herramienta que parece muy útil y que bien implementada puede ayudar a salvar muchísimas vidas.

CiviGuard – Coming Soon to a Smartphone Near You from Zubin Wadia on Vimeo.