Otra colaboración enviada por Gonzalo Strano.
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Hace unos años hice un seminario en la universidad sobre giro lingüístico, un tema aún en debate.
Mientras investigaba para el informe que debía entregar al final del seminario, me empecé a preguntar de donde salieron algunas frases comunes, como “mi media naranja” o “cría cuervos” y me propuse encontrar en la historia su rastro.
Como con la ayuda de Internet todo se puede encontrar, aunque no todo se puede verificar con exactitud, encontré algunos datos que comparto con ustedes…
Para blanquear mi desconocimiento fáctico sobre alguno de ellos deberíamos anteponer a todo las palabras “Se dice que…”
Se dice que:
“Media naranja”: En una obra de Platón llamada “El banquete” un poeta llamado Aristófanes narra un mito…Parece ser que, en un principio, los humanos eran casi perfectos.
Todos tenían forma esférica como de una naranja, y tenían dos caras opuestas sobre una misma cabeza, piernas y brazos (4 de cada) que usaban para desplazarse rodando.
Obvio, las combinaciones permitían tres tipos hombre/hombre – mujer/hombre- mujer/mujer.
Eran sumamente vanidosos, lo que hizo que se enfrenten a los Dioses creyendo que podían superarlos, entonces Zeus los castigó partiéndolos por la mitad con el rayo; y mandó a Hermes que a cada uno le atara la carne sobrante en torno al ombligo (de ahí era el puto nudito ese).
Luego de un tiempo, y al verse así, los seres andaban tristes buscando siempre a su otra mitad, y cuentan que si alguna vez lograban encontrarla, se abrazaban a ella y se quedaban así, abrazados, hasta morir.
Ahora viene la mejor parte: Zeus, compadecido por la estirpe humana, ordenó a Hermes que les girase la cara hacia el mismo lado donde tenían el sexo (Ohhhhhhh): de este modo, cada vez que uno de estos seres encontrara a su otra mitad, de esa unión pudiera obtener placer y si además se trataba de un ser andrógino pudieran tener descendencia.
Desde entonces los seres humanos nos vemos condenados a buscar entre nuestros semejantes a nuestra media naranja con la que unirnos en abrazos que nos hagan más “completos”….
“Cría cuervos”: Se dice que este famoso refrán se inició con Eduardo VIII de Inglaterra, duque de Windsor, tras su abdicación allá por 1936. Este señor que abandono su trono por amor, fue incapaz de mostrar gratitud hacia Walter Monckton, su asistente personal, que no dudó en seguirle al exilio cuando contrajo matrimonio con la divorciada estadounidense Wallis Simpson.
Tras más de treinta años a su servicio, a la hora de su jubilación, el duque de Windsor se limitó a regalarle una cigarrera con el detalle de su nombre grabado en ella… pero, como si fuera poco, mal escrito.
“Cornudo”: Se dice que antiguamente en la mayoría de los países nórdicos los gobernadores tenían el derecho de elegir con qué mujer de la comarca querían intercambiar fluidos (por llamarlo de alguna manera decorosa)… cuando el gobernador elegía con quién quedarse, después de probar con unas cuantas, colgaba encima de la puerta de la casa de la chica un hermoso para de cuernos, para que todo el pueblo supiera que esa familia había tenido el honor de que su hija fue elegida por el gobernador. De ahí viene el “poner los cuernos”.
“La suerte está echada”: Se dice que esta frase dicha originalmente en latin, la dijo Julio Cesar cuando estaba regresando a Roma luego de la derrota Vercingetorix, derrota que le costó las peores críticas en el Senado romano… Para llegar a Roma Julio Cesar decidió pasar con su ejército por el río Rubicóm, río por el que pesaban terribles leyendas malignas.
Ningún ejército se había atrevido a atravesar sus aguas… Julio Cesar lo hizo y al terminar de cruzarlo, como desafiando a toda maldición, expresó “Alea iacta est”, la suerte está echada.
“Salario”: Se dice que en la antigüedad la sal era un producto de suma importancia. 500 años antes de Cristo, en Roma se construyó un camino que conectaba la ciudad con las salitreras de Ostia. Este camino fue bautizado como Vía Salaria… el asunto es que un grupo de soldados lo custodiaba día y noche, y parte del pago que recibían por ello era en sal, el “salarium argentum” (agregado de sal), y de allí proviene el término actual.
“Bigote”: Se dice que el origen de la palabra Bigote, proviene de una frase alemana. Parece ser que los soldados alemanes que llegaron a España con Carlos V acostumbraban saludar llevándose los dedos sobre el labio superior mientras gritaban: ¡Bei Gott! – bi got! – ( ¡Viva Dios!), los españoles de entonces creyeron que aquel era el nombre de los mostachos o pelos sobre la boca.
En Internet hay muchas más de estas curiosidades así que en algún momento postearemos otras….
Un abrazo a todos.