WWF se vuelve 2.0

Connect2earth -Conectate a la Tierra- es una nueva comunidad online de la WWF donde se pueden subir videos, fotos, y dejar comentarios sobre el medio ambiente.

De este modo esta organización ecologista planea generar un espacio de participación con su propia social network para todos aquellos usuarios con conciencia ambiental.

La plataforma fue desarrollada por Nokia.

Web2.0 Expo. San Francisco.

Finalmente se abrió formalmente la Web2.0 Expo en el Moscone Convention Center en San Francisco.

Ayer se largó esta serie de conferencias, workshops y presentación de productos y servicios por las más importantes empresas de tecnología del mundo.

El lanzamiento estuvo a cargo del fundador de la consultora O´Reilly, e inventor del concepto de Web2.0, Tim O´Reilly.

Durante una charla de 20 minutos hizo un recorrido por la historia de las aplicaciones 2.0 y planteó como ve el futuro de este modo de entender el mercado de Internet.

En estos próximos días estaré preparando algunos posteos sobre las presentaciones y servicios más interesantes presentados en este evento.

Antonia 2.0

Un texto de Jonás Beccar Varela para Listao, en donde analiza qué es la web2.0 desde una aproximación literaria.


¿Qué es la web2.0? ¿Debemos tratar de entenderla, combatirla, adaptarnos o dejar que simplemente exista a nuestro lado? ¿Es posible vivir al margen de ella?

Antonia, Mario y Danimir

Sábado, 11 de la noche. Decenas de personas salen del cine. Entre ellas está Mario. Mario y su mujer quedaron fascinados con la película que vieron. Salieron del cine y se sentaron en un bar del patio de comidas a tomar un café y comentarla con la otra pareja con la que habían ido. La película fue maravillosa. A Mario le cambió la forma de ver el mundo. Estaba casi obsesionado con ella. No veía la hora de que llegara el día siguiente, domingo, para poder recomendársela a sus cuñados y sus suegros en el almuerzo familiar. Quería que más personas experimentaran lo mismo. Quería compartir esa sensación con otros.
Unos pasos atrás de Mario, con un grupo de amigos, salió también del cine Antonia. A ella también le encantó la película. Necesitaba compartirla. También, igual que Mario, se sentó con sus amigos en el patio de comidas y hablaron de la película que acababan de ver y de las sensaciones que les produjo. Un rato después, Antonia no veía la hora de llegar a su casa.

Llegó a las tres de la mañana, y se sentó en la computadora. Ingresó a su cuenta de Facebook.com y escribió, cuidando cada palabra, una crítica de la película en la sección de movies. Se dio cuenta de que si bien entendía muy bien el inglés, escribirlo no era tan fácil como entenderlo. Le llevó casi una hora escribir dos párrafos. Cuando terminó, en 10 minutos hizo la versión en español y la posteó en la sección de críticas de lectores en Lanacion.com. A las cuatro y cuarto, apagó la computadora y se fue a dormir.

Al día siguiente, luego de que Mario se convirtió en el pariente más pesado del almuerzo, logró que uno de sus cuñados fuera a ver la película.
Antonia, por su parte, logró que Danimir, en San Petesburgo, decida ir a ver la película. Danimir había leído en facebook el comentario que hizo Antonia de la película. Y otras quince mil personas también lo leyeron.
¿Porqué Antonia perdería ese tiempo del sábado, en lugar de irse a dormir, en compartir con un público anónimo su visión de la película? ¿Espera alguna retribución directa por su tiempo? ¿espera convertirse en crítica profesional de cine y ganarse así la vida? No, y no.

¿Quién le paga a Antonia por su tiempo? Danimir volvió fascinado de ver la película, en San Petesburgo, y decidió felicitarla a Antonia por su comentario. No usó palabras.

En Facebook habían 6 grafiquitos, o íconos, para seleccionar: tres manitos con el pulgar levantado, dos manitos con el pulgar levantado, una manito con el pulgar levantado, una manito con el pulgar hacia abajo, dos manitos con el pulgar hacia abajo, tres manitos con el pulgar hacia abajo. Danimir hizo click en las tres manitos con el pulgar levantado. Así, sin palabras, Danimir felicitó a Antonia y, junto con miles de otras personas que leyeron su comentario y vieron luego la película, la convirtió en la crítica de cine más popular de Facebook.

La verdadera retribución para Antonia vendrá cuando, el sábado siguiente, decida ir al cine, y entre antes a facebook a ver qué opina “la gente”, de las diferentes películas que haya en cartelera. Tal vez lea la crítica oficial del diario, pero no le dará más importancia que la que le da a las de otras personas. Después de todo Facebook permite seleccionar comentarios de personas que, basadas en calificaciones previas, se sabe que comparten el gusto de Antonia. Pero también porque confía más en lo que dice la gente.

Antonia y Danimir posiblemente no se conozcan nunca. O si. No importa. Hoy ninguno de los dos sabe nada del otro. No les preocupa la edad del otro, la carrera, el trabajo, su orientación política, religión etc. Ni siquiera Antonia sabe que el vive a más de 10.000 kilómetros. Podría vivir dos pisos más abajo en el mismo edificio. No les preocupa. No hablan entre ellos. No intercambian mensajes uno a uno. No “chatean”. No buscan pareja por internet. Facebook los cataloga como Movie buddies. Son amigos de cine. Comparten su gusto por el cine y su preferencia por ciertos géneros. Se leen mutuamente sus comentarios de cine. Posiblemente su relación nunca vaya más allá.

Cuando Antonia decide ir de vacaciones a la playa, recorre la costa con el Google Earth y mira las fotos que puso la gente en Panoramio.com. Cuando encuentra alguna foto que le gusta mucho, averigua más sobre ese lugar. Si el lugar le gustó, a la hora de elegir hotel, no mira las páginas web de los hoteles.

Sabe, al igual que todo el mundo, que las fotos que hay allí son de las mejores habitaciones, al mejor horario del día, y con cámaras y lentes que muestran los ambientes mucho más grandes de lo que son. ¿Qué hotel no diría lo mejor sobre si mismo en su propia web? Antonia prefiere consultar con la gente que ya fue allí, y cuyas opiniones son más puras, o genuinas. Los mismos que pusieron esas fotos tan lindas en Panoramio.com.

A ellos les preguntará sobre las opciones de alojamiento. Y hará posiblemente un doble chequeo en algún blog de viajes.

Cuando decide cambiar de trabajo, antes de confirmar una propuesta, Antonia visita Linkedin.com y busca en su red gente que trabaja o ha trabajado en la empresa a la que ella piensa ingresar. Y se fija las calificaciones u opiniones sobre la empresa. Eso la ayuda a decidir.

Antonia no lee un diario en papel. Pero tampoco lee UN diario en particular en internet. Armó su propio diario en Google Reader, a su medida. Ese diario, a través del contenido RSS, “chupa”, o “levanta” las noticias políticas de un diario, las económicas de otro, las internacionales de otro (que no es de Argentina), las críticas de espectáculos de un blog, y los chistes directamente desde una página de humor. Con el paso del tiempo, como el aspecto visual de su página personalizada es personalizado, valga la redundancia, Antonia se olvidará de qué diario provienen las noticias de tal o cual tema.

Un cambio de paradigma

Antonia es 2.0. Mario no. La web 2.0 es mucho más que una nueva forma de usar Internet. Trae consigo un cambio de paradigma social. Un cambio en las formas en que las personas se relacionan entre sí y con el mundo. Se le llama web 2.0 a un fenómeno de internet que ha crecido en los últimos años, que ha puesto en manos de “la gente” el manejo de contenidos de los sitios. En un principio internet era un muestrario de folletos institucionales puestos por empresas, universidades, etc., que contaban al mundo lo que eran y lo que hacían.
En algunos casos, con aplicaciones transaccionales, para recibir y enviar correos electrónicos, comprar y vender, ver las cuentas bancarias, etc. Hoy, en Internet, el límite entre emisores y receptores ha desaparecido. Todos pueden opinar, y la opinión de todos, o de la suma de muchos, resulta más valiosa, al menos para las personas como Antonia, que la opinión de alguien tradicionalmente calificado como autoridad para opinar.
Esta forma de pensar está saliendo fuera de internet, y llegando al mundo “real”.

Internet ha incubado un cambio de paradigma, pero dicho cambio ha salido fuera de las computadoras. Esto presenta un desafío para todos. Algunos podrán tratar de resistirse, y otros se adaptarán y encontrarán la manera de capitalizarlo.

Veamos un caso concreto en este último sentido: Durante el cacerolazo en varios lugares del país del pasado 25 de marzo, por algunas horas, los diarios online dejaron de informar. Ellos dejaron de emitir noticias. Eso no significa que hayan dejado de ser un canal de comunicación, sino todo lo contrario. Lo que hicieron fue invertir el flujo de la información. En Lanacion.com había un titular que decía “Cacerolazo: dejanos tu opinión”, y una dirección de correo electrónico. Eso era todo. Lo que la gente mandaba, iba directo a la web del diario. Seguramente habrían pensado: “¿para qué mandar un cronista al lugar, si podemos tener miles?” Y gratis.

Luego, al día siguiente, el diario aportaría su opinión de la noticia, formada, editorializada, pero… ¿la crónica en vivo?…Mucho mejor es dejar eso en manos de la gente.

En Estados Unidos los estudiantes universitarios no eligen las materias o cátedras por el curriculum vitae de los profesores. Lo hacen visitando ratemyprofessors.com, un sitio donde los alumnos califican a los profesores, opinan sobre ellos, y comparten sus visiones.

Es un sitio cerrado, al que sólo se puede ingresar con el número de estudiante, un identificador, que al igual que el número de Seguridad social, es único a nivel nacional para cada individuo. Quien no tiene ese número no puede entrar a ese sitio.

Si un profesor cruza el país, huyendo de una mala carrera docente en California, esperando encontrar mejor suerte en Carolina del Sur, no le será fácil repuntar. Lo dicho por californianos sobre él en ratemyprofessors.com quedó dicho para el mundo estudiantil entero ¿Habrá profesores que se anotan en carreras sólo para poder tener ese número e ingresar al sitio a ver lo que se dice de él?

Seguramente, pero me inclino a pensar que lo mejor que puede hacer es cambiar su modo de enseñar y esperar que las opiniones positivas comiencen a fluir. ¿Habrá universidades que algún día contraten profesores, no por su trayectoria académica sino por los ratings que le ponen los estudiantes? ¿Quién sabe?

La comunicación 2.0 es cruel, porque todos tienen el control, y el intervencionismo está muy mal visto. A personas como Antonia les resulta simplemente insoportable que alguien detente el monopolio de la palabra. Todo mensaje tiene que tener vía de respuesta para el público. Si no lo tiene, alguien lo crea.

En Estados Unidos, quizás también en Argentina, muchas empresas pretenden combatir fuego con fuego, y resisten a los comentarios negativos publicados en internet sobre ellas, creando falsos blogs, donde falsos consumidores ponderan y felicitan a la empresa por sus magníficos productos y servicios.

Señores, si quieren evitar los comentarios negativos, busquen otra fórmula, porque eso se sabe: hay blogs que listan y describen los falsos blogs. La gente tiene el poder de comunicar y maneja el medio.

Veamos, en oposición, el ejemplo de una empresa que decidió volverse 2.0 en serio, y sacar provecho de este nuevo fenómeno: La empresa danesa LEGO, que fabrica bloques de plástico interconectables (sí, la de los ladrillitos), creó Lego Factory, un sitio web en el cual los usuarios pueden crear digitalmente el modelo de juguete que quieran, usando en forma ilimitada todas las piezas existentes de Lego, con todas las combinaciones de colores, etc.

Es decir que uno tiene a su disposición todos los bloques de Lego que existen. Luego de haber creado su modelo, que puede ser un castillo, un auto, una lancha o un robot, el usuario hace click en un link, Lego lo cotiza, y el usuario lo puede comprar online, no sin antes haberle puesto un nombre a su juguete.

Días después llega a domicilio el juguete, ahora sí en el mundo real, en una caja impresa en forma personalizada con el nombre que el cliente le puso (por ejemplo NICOBOT, si es un regalo de Antonia para su hijo Nicolás), con el manual de instrucciones para armarlo. Con esto la empresa transfirió todos los costos de creatividad y diseño a los clientes (¡que lo viven como un juego y no como un trabajo!), convirtiendo a la empresa en una fábrica de bloques de plástico con un centro de distribución que arma empaques a pedido, en cajas personalizadas.

Seguramente habrán pensado: ¿Porqué venderle a la gente un autito, un robot o un barquito, si tal vez hay alguien que prefiere un tractor? ¡Dejemos que el cliente diseñe su tractor a gusto y medida, y le vendemos los bloquecitos para que lo arme!

Futuro incierto

¿Existe algún peligro asociado a este fenómeno? ¿Existe el riesgo de que alguien, un hacker, robe la identidad de una persona, como postulaba la película La Red, de Irwin Winkler, en 1995, cuando todo esto comenzaba a popularizarse?

Volvamos un momento a Antonia. Se sabe qué películas le gustan, qué piensa ella sobre esas películas, con quiénes se vincula al compartir sus gustos de cine, adonde veranea, en qué hoteles estuvo averiguando para alojarse, sus fotos están en un álbum virtual, conocemos en qué empresa trabaja, gracias Linkedin.com.

A partir de su diario personalizado podemos inferir algo sobre sus consumos de noticias y por ende sobre sus preferencias políticas o ideológicas, y hasta sabemos que le regaló a su hijo un robot hecho por ella a través de Lego Factory.

Y lo más espeluznante es que esa información es pública. No se necesita ser un hacker especializado para acceder a ella. Antonia eligió, libremente, compartir esa información en Internet. No la esconde. No la encripta. ¿Porqué jugar así con fuego? La respuesta es muy simple, y es un análisis tácito de costo beneficio: el beneficio de compartir toda esa información es mayor al potencial riesgo que acarrea.

Se gana más de lo que se puede perder. Y hemos aquí una diferencia medular entre las personas 2.0 y las que no lo son, entre Antonia y Mario. Y allí radica también la explicación al hecho de que en la web 2.0 hay un nivel casi inexistente de publicaciones erróneas con el propósito de confundir y molestar. Los mismos miembros de las comunidades online matan con la ignorancia, o “pisan” la información errónea con una corrección ulterior.

Todos pierden cuando la información es distorsiva. Resumamos entonces algunas diferencias entre Mario y Antonia, pero antes dos aclaraciones: Antonia no tiene anteojos de 4 centímetros de espesor y la piel gris por la falta de exposición al sol. No es un nerd, o geek, usando esta terminología acuñada en los 80, que hace referencia a aquellas personas que manejan la computadora como si fuera una extensión de su propio cuerpo pero tienen serias dificultades para relacionarse en el mundo real. Antonia sale, tiene amigos, amigas, marido, o novio, viaja, va de vacaciones, trabaja, etc. Y en segundo lugar, Antonia no es necesariamente más joven que Mario. Podría serlo, o no. Antonia simplemente es 2.0 y Mario no.


  1. Antonia, a diferencia de Mario, tiene muchas más relaciones, es decir, que se relaciona con más personas, pero en forma particionada, o parcial. Tiene, por supuesto, un grupo de amigos, entendidos en el sentido tradicional de la palabra, pero además tiene sus movie buddies, como Danimir, que leen sus comentarios de cine, gente en su red de contactos laborales, gente que opina en su fotolog, porque aprecia sus fotos, etc. Antonia se relaciona con todas estas personas, pero sólo a través de la computadora, y para un tema en particular. La localización geográfica u otros detalles de los integrantes de esas diferentes comunidades a las que Antonia pertenece son absolutamente irrelevantes. ¿Podríamos decir que se trata de relaciones por interés? Claro que sí, pero las reglas de juego son claras, con lo que nadie sale engañado.

  2. Como dijimos un par de párrafos antes, Antonia expone en internet muchos aspectos de su vida. Su concepto de privacidad es diferente al de Mario. Pone fotos de su hija, muestra el juguete que le regaló, cuenta qué película fue a ver al cine y qué opinó, comparte sus experiencias en vacaciones, etc. Es como si viviera en una casa con paredes de vidrio, o en un reality show.

  3. La moral de Antonia tiene ciertas concesiones que a muchas industrias y personas les resulta difícil aceptar. Ella no tiene problemas de conciencia por subir a internet música o películas cuyos derechos no le pertenecen. A pesar de las advertencias escritas que ponen los sitios web sobre las políticas de privacidad y derechos de autor, ella igual “comparte”. Como no lo comercializa, sino que lo comparte, lo que ella hace podría compararse a invitar amigos a nuestra casa a mirar una película. Sólo que en este nuevo esquema la película no se mira en el mismo lugar físico y ni siquiera en el mismo momento. Y ella puede invitar a millones de amigos en lugar de cinco. Pero eso es un detalle de forma, o al menos podría verse así. Antonia definitivamente lo ve así.

  4. Antonia no se deja convencer por los honores y títulos, o por las trayectorias. Piensa como los estudiantes norteamericanos de ratemyprofessors.com, y aplica esa lógica a los medios periodísticos, por ejemplo. No necesariamente elige la columna de un eximio editorialista o politólogo. Tal vez prefiera leer la opinión de un blogista, que escribe muy bien, pero cuyo nombre es totalmente desconocido e irrelevante para este fin. Al leer un diario en internet, Antonia le da tanta importancia a las noticias como a los comentarios de los lectores que vienen a continuación. Y ella comenta las noticias.

Estos cuatro aspectos, entre otros, ilustran algo que dije al comienzo, y es que la generación 2.0 está saliendo fuera de Internet. Y me reitero: “Internet ha incubado un cambio de paradigma, pero dicho cambio ha salido fuera de las computadoras.” No sabemos si Antonia es más feliz que Mario, o si logrará realizarse como persona. No sabemos si Antonia se siente plena. Esto no pretende ser un juicio de valor sobre la generación 2.0. Sólo pretendo, con esta nota, exponer algo que está ocurriendo y frente a lo cual nosotros todos, personas, empresas, universidades, colegios, medios, padres, hermanos, amigos, distribuidoras de música y cine, autores, periodistas, sólo podemos hacer una cosa: aprender a jugar con sus reglas.

Jonás Beccar Varela
jonasbv@fibertel.com.ar

Digg, Wikipedia y el mito de la democracia en la web2.0


Este post surge de una nota leida en Slate, titulada “The Wisdom of the Chaperones“, que me llamo la atención. Los lectores que prefiera leer la fuente original en inglés pueden seguir este link.

Para los fieles que se quedaron leyendome, les cuento que la nota no es un ataque a Wikipedia ni a las plataformas colaborativas. Es difícil ponerse en contra de un modelo abierto y libre que brinda y (genera) conocimiento en el marco del tercer sector. (Wikipedia es una .org). Lo que se plantea en este artículo son las limitaciones de unas herramientas que no son la panacea de la democracia online.

Los sitios de Social Networking como Wikipedia, Digg, Menéame, o Taringa son espacios virtuales construidos por millones de usuarios de la web que actúan como escritores, editores, y votantes de los rankings de las noticias. Sin embargo, la realidad muestra que solo un pequeño número de personas son las que deciden la mayor parte de lo que pasa en esos espacios.

Según los investigadores de Palo Alto, el 1 por ciento de los usuarios de la Wikipedia son responsables de aproximadamente la mitad de las ediciones del sitio. El sitio también despliega bots que supervisan el contenido y ayudan a estandarizar el formato, prevenir el vandalismo, y erradicar a la gente que las inundaciones sitio con obscenidades. Esta no es la sabiduría de la multitud. Esta es la sabiduría de los acompañantes.


El mismo sistema que Slate califica como “antidemocrático” en que se basa la web2.0 se expone en Digg.com.

Digg es un sitio de social-bookmarking donde los usuarios envían historias, que los usuarios votan y las más votadas son publicadas en la página principal del sitio. Los fundadores del sitio nunca han escondido que se utiliza un algoritmo secreto que es confidencialmente ajustado periódicamente para determinar cuales noticias irán a la página principal.

Históricamente, este algoritmo parece haber favorecido a los participantes más activos. El año pasado, los top 100 Diggers enviaron el 44 por ciento de las principales noticias del sitio. En 2006, fueron responsables de 56 por ciento.

Para cambiar esta tendencia, Digg cambió recientemente su algoritmo y los usuarios VIP comenzaron a notar su perdida de influencia. Por eso publicaron una carta abierta contra el sitio amenazando con boicotearlo en caso que no retornara a la tradicional forma de calcular el ranking de noticias. Los ejecutivos de Digg explicaron que pretendían lograr una mayor diversidad conjunto de historias en el sitio, y les suplicó paciencia a estos usuarios. Por ahora hay una débil tregua entre estos usuarios calificados y la empresa.

Tanto en Digg como en Wikipedia (Y también en Taringa y Menéame más usuados por el público en español), pequeños grupos de usuarios han generado una toma de autoridad diferente. En el caso de Wikipedia, esta autoridad es a la vez orgánica e institucionalizada.
Un pequeño segmento de usuarios muy activa a la mayoría de autores de contenido del sitio, también hay administradores del sitio elegidos que tienen el poder para proteger las páginas, el bloque de direcciones IP de los usuarios problematicos, y regular las operaciones de Wikipedia.

En Digg, existen rumores persistentes de que el sitio tiene “moderadores secretos” que borran contenido, pero, oficialmente hablando, ningún individuo tiene el poder de suprimir unilateralmente una entrada.


Si bien ambos sitios efectivamente funcionan como oligarquías, todavía son democráticas en un sentido importante. En Digg y Wikipedia la élite de los usuarios no son elegidos por un consejo de administración de las empresas o por derecho divino. Son las personas más activas de la comunidad.

Según Slate, “a pesar de los cuentos de hadas acerca de la cultura de la participación de la Web 2,0, la democracia directa no es posible en la escala en que operan estos sitios. Aún así, es curioso observar que estos sitios parecen tener la estructura jerárquica de la vieja guardia de las instituciones que han tratado de suplantar.”

Esta estructura de los medios de comunicación social networking no es algo nuevo para los investigadores.
Jimmy Wales, Co-fundador de la Wikipedia ha reconocido que lo que él esperaba que el 20 por ciento de las personas las que controlaran el 80 por ciento de los recursos.

Desde Palo Alto Research Center, tenemos la palabra de Ed Chi, el científico que determinó que el 1 por ciento de Wikipedians autor mitad de los contenidos, empezó tu trabajo con la hipótesis de que el sitio tenía editores muy activos que actuaban como “custodios”.

Lo que encontró fue que las personas que habían editado más de 10.000 vece habían añadido casi el doble de las palabras que habían borrado. Por el contrario, los que se habían realizado menos de 100 ediciones son el único grupo que suprimió más palabras que añadieron. Un pequeño número de personas que están escribiendo los artículos, al parecer, mientras que los usuarios menos frecuentes se dan las tareas de corrección de errores y el error en el texto de fijación.


Esta no es la clase de trabajo colaborativo que Digg y Wikipedia quisieran promoveer como imagen. Por supuesto, la Wikipedia requiere cierto nivel de la administración-de otro modo, el sitio se desplomaría bajo el peso de las adiciones y supresiones en distintas páginas (Por ejemplo la de George W. Bush). Pero eso no explica el territorialismo que domina el sitio (el 1 por ciento de los contribuyentes más activos). ¿Se trata de algo inevitable en un sitio de acceso abierto? ¿O es posible la construcción de un centro de alta calidad, con ontenido generado por el usuario, sin dar demasiado poder a los usuarios de élite y sin algoritmos secretos?


El sistema de moderación en el blog de tecnología Slashdot es quizá el mejor ejemplo en la Web de una alternativa intermedia. Slashdot, que se basa en los vínculos presentados por los lectores, ordena contribuyentes activos con limitado poder para regular los comentarios y las contribuciones de otros usuarios.
Comparado con Wikipedia, que exige devoción suprema de su pequeño núcleo de administradores, en Slashdot es mucho más fácil convertirse en un moderador. Dar un gran número de personas pedazos pequeños de la responsabilidad ha demostrado ser eficaz en la eliminación de trolls y guerras en la sección de comentarios.
Aún así, la autoridad de cualquiera de los moderadores es pequeña. “Estas cosas están lejos de ser una utopía”, dice el fundador Rob Malda, alias CmdrTaco. “Slashdot tiende a tener un montón de historias del tipo ‘Microsoft hace algo malo”. Si le permitieramos a la comunidad poner más contenido de este tipo, nuestro sitio estaría lleno de estas cosas. Pero yo no quiero que Slashdots sea el sitio contra Microsoft. “Ese es solo un tema entre muchos otros”.

Otro modelo para analizar es Helium.com, un repositorio de artículos y editoriales Wikipedia similar a Wikipedia. Su fundador, el veterano de Silicon Valley Mark Ranalli, plantea a su sitio como una versión capitalista de la Wikipedia. En este sitio, los contribuyentes tienen que competir con la mejor clasificación de sus artículos sobre un tema determinado.

Tan pronto como un usuario escribe un artículo, se le invita a escoger otro artículo entre dos sobre el mismo tema que se le presentan. Exigir a alguien a escribir antes de votar crea un sistema más estable: En lugar de crear una casta de creadores y una casta de los peones, Helium alienta a todos a hacer todo.

Cada modelo tiene sus inconvenientes. A diferencia de Wikipedia, Helium permite a sus artículos a usarse como fuente gratuita. Slashdot tampoco está exento de comentarios molestos, pero estos mensajes son muchos menos que en cualquier tablero de mensajes sin moderador.

Es importante, pensar, y sobre todo aquellos que piensen las utilizaciones de las redes sociales para el tercer sector, como construir comunidades con una libertad y posibilidades para todos los usuarios, brindando a su vez contenidos de calidad sin caer en la tentación de la censura.

————-

Actualización: En base a este artículo, Ricardo Galli, publicó en el blog oficial de Menéame “¿Cómo es la contribución de los usuarios?”, un análisis de las actividades de sus usuarios y la distribución de su importancia para la conformación de los resultados del sitio.

Para verlo hacé click aquí.

Mapa de las Redes Sociales en el mundo (Social Networks)

En Listao hablamos seguido de las redes sociales y su crecimiento.

Además en algunos casos analizamos la utilización que los particulares y las empresas hacen de ellas.

En otras ocasiones hemos mostrado las posibilidades que estas nuevas aplicaciones brindan para las organizaciones sociales.

Sin embargo una cuestión fundamental para comenzar a trabajar con redes sociales, es identificar cuales son más adecuadas para sus estrategías en base a la segmentación temática y geográfica.

Sobre este último punto, les acerco un mapa de Le Monde traducido por el site OpciónWeb

Facebook es un viaje de ida.

Parece ser que la seguridad no es uno de los temas que más le interesa a Facebook. Según leo en un artículo de The Nation, darse de baja como usuario de este sitio es, virtualmente, imposible.

Si bien uno puede cerrar una cuenta, la información del usuario es guardada por el sitio, así como todos los mensajes, fotos y comentarios publicados por el usuario en otros foros o perfiles de otros usuarios.

Incluso el New York Times da cuenta en un artículo de este problema y agrega que incluso los usuarios que se contactaron directamente con el servicio de atención al cliente de Facebook, tampoco lograron borrar completamente todos los datos de un usuario.

Frente a este artículo Facebook respondió diciendo que se hay dos opciones de borrarse de Facebook. Uno es desactivar la cuenta, y otra es eliminar completamente el perfil.

Más allá de las aclaraciones, muchos usuarios están teniendo problema con estas cuentas “Desactivadas” al no entender claramente que su información continúa en la red.

Para leer el artículo completo hacé click aquí.

Plusvalía 2.0


Estaba leyendo en Publicidad2.0 que Faceebook lanzó una campaña entre sus usuarios para traducir su sitio al español.

Si bien no se dan muchos detalles de como sería el proceso, estimo que será mediante alguno de los widgets a los que nos tienen acostumbrados.

Estaba pensando. ¿Cuánto le costaría a una empresa contratar a cientos de traductores para traducir los contenidos principales de un sitio de la envergadura de Facebook? En principio un número elevado que una de las compañías estrella de Internet puede pagar.

¿Cuanto le va a costar? En principio, nada. En ningún lado se habla o se explica de la retribución que se le daría a cada usuario por traducir. Si es como sospecho, este sitio que da ganancias millonarias se estaría apropiando del trabajo de miles de personas. Si es que deciden pagar algo, estableciendo un algo como un “Adsense de Traducciones” la apropiación sería menor, pero igualmente demasiado rentable como para justificarlo sin ponerse colorado.

El tiempo pasa. Las tecnologías cambian. La linea de montaje es ahora una computadora en cada casa. Carlitos se revuelve en su tumba y nosotros consagramos contentos la Plusvalía 2.0.

¿Qué es la Web2.0?


Muchos de mis amigos me preguntan… ¿Qué catzo es la web2.0? En el video, la respuesta.

Si sos un Geek, no lo mirés.

Este Cortometraje documental se titula “La Web 2.0: La revolución social de Internet” sobre los nuevos usos de la red basado en el libro blanco de la Publicidad 2.0, de Paul Beelen [http://www.paulbeelen.com/ ], con información adicional de varios artículos de Wikipedia en particular [http://en.wikipedia.org ] y de otras páginas web en general.


Cine2.0

Leyendo E-Cuaderno encontré una muy buena entrevista al cineasta Robert Greenwald.

Este director de cine y productor de documentales de denuncia política ha recibido más de 25 nominaciones a los premios Emmy y numerosos premios que han reconocido la originalidad y calidad de sus trabajos.

Algunos de sus trabajos son: Iraq for sale. The war profiteers (2006), Wal-Mart: The high cost of low price (2005), Outfoxed: Rupert Murdoch’s war on journalism (2004) o The Crooked E: The Unshredded Truth About Enron (2003).

Para realizar cada uno de sus proyectos realiza pedidos de fondos y sus responden con pequeñas donaciones ; más de 3.000 personas pagaron entre 25 y 50 dólares cada una para que Greenwald empezara su última película.

Sus nombres se añadieron a los créditos finales del filme.

Fundación La Nacion2.0

Hace unos minutos recibí la invitación para sumarme a “Hacer Comunidad”, un sitio de social networking lanzado por Fundación La Nación.

Según los creadores “es un espacio en Internet donde tenés herramientas para involucrarte y poner en común temas que nos afectan a todos. Podés publicar tus notas, videos, fotos, opinar sobre las notas de otros usuarios y dialogar con ellos. El sitio está dirigido a todas las personas y organizaciones que quieren hacer cosas concretas para mejorar la calidad de vida de toda la comunidad.”

La idea es crear una comunidad online comprometida con el bien común.

Ya me registré como usuario para postear las noticias de Greenpeace y promover sus contenidos, así que por ahora no tengo demasiada experiencia con el sitio, pero desde ya que este tipo de iniciativas enfocadas en el sector social son para celebrar.