25 de Mayo. 2004

25 de Mayo:

Hace 194 años, en este rincón del mundo, se produjo la primera revolución de lo que hoy consideramos como Argentina.

Desde entonces, pasó mucho. Nos declaramos independientes en la letra, pero nunca lo logramos llevar a los hechos. Entramos en guerras contra otros países y sobre todo entre nosotros mismos. Toneladas de sangre se derramaron solo en beneficios de intereses generalmente ajenos a quienes sufrían.

Hoy nos encontramos en una coyuntura de esperanza. Quizás sea una esperanza vacía, o sin futuro, pero extremadamente necesaria para quienes no tienen otro motivo para vivir que la espera de un futuro mejor. Reflexionando sobre nuestro presente me pregunté que significa para mi Argentina.

Argentina

¿Qué es Argentina?

Argentina es dulce de leche, el colectivo y la birome.

Argentina son chicos que se mueren de hambre. Que están desnutridos. O que se enferman de Chagas, solo por vivir en condiciones habitacionales pésimas pero facilmente solucionables.

Argentina es el país de la avivada, de los chantas, de donde todos tenemos un “amigo que te lo soluciona por unos mangos”.

Es el país más psicoanalizado del mundo y a la vez, donde ante cualquier problema uno sabe que puede llamar a un amigo, ir a un café y contarle lo que nos pasa por horas.

Argentina es Maradona, Gardel, Perón, Evita, el Che, León, Charly, Pugliese, Darienzo, Baglieto, Larralde, Mores, Borges, Cortazar, Artl y Soriano.

Argentina es una justificación a las desapariciones “algo habrán hecho”. Es el “No te metás”.

Es además, 3 millones de personas que hacen trabajo voluntario. Gente que dona su tiempo para ayudar a los demas.

Es el asado con amigos, o los domingos al mediodia con la familia.

Es el futbol. Es Boca, River, Racing, San Lorenzo, Huracán, Velez, y si… también Independiente.

Los 4 climas, y la ilusión de que “tiras una semilla y crece”.

Argentina es un crisol de razas donde los hijos y nietos de los inmigrantes que dejaron su esfuerzo por nuestro país, hoy discriminan a “bolitas, paraguas, perucas” y el prejuicio eterno contra nuestros “cabecitas negras”.

Argentina es el país que quiso diferenciarse de Latinoamérica. El país que se tuvo que comer su soberbia arrogante de un golpe. Recién ahora que reconocemos nuestros pesares miramos a nuestros costados para ver quien nos ayuda.

Argentina es Malvinas y los pibes que murieron con valentía mientras que los cobardes que los enviaron, que habían demostrado su coraje secuestrando monjas, se entregaron sin disparar una bala.

Es donde a la búsqueda de justicia, le llaman “volver al pasado”. Argentina son las madres y abuelas de plaza de mayo. Es Azuzena Villaflor.

Argentina es mucho más que Buenos Aires.

Es el país donde quienes viven quieren irse, y los que se fueron extrañan de por vida.

Argentina es un crear y destruir mitos, figuras y esperanzas.

Es conocer la historia de estrellas de Hollywood y no conocer los pensamientos de Mariano Moreno, de San Martín, Belgrano o Arturo Jauretche. Es una sociedad de medio pelo.

Es la escarapela, la bandera, el locro, las empanadas, los pastelitos.

Argentina son mis amigos, un extraño que te ayuda en la calle, la familia.

Es mi abuelo, que me enseñó la dignidad de la vida y como vivir con dignidad.

Argentina son los negociados, la corrupción, la desidia y el “salvese quien pueda”.

Es el “cuanto te puedo cobrar”…

Argentina es sangre, amor, dolor, pasión, esperanza, fuerza, y tesón.

Es el tango y la chacarera. Nuestros ríos, y nuestros bosques cada día mas arrasados. Es nuestro mar y nuestros Andes. Nuestros Glaciares.

Nuestros muertos. Y la utopía de que todo puede cambiar.

Argentina es mucho más, pero me gustaría cerrar con la frase que le escuché ayer a Charly García: “Es la casa del alma”.

Saludos,

Hernán Pablo Nadal (Tao)



¿Qué carajo somos los weblogers?

Ante todo, debo decir que somos unos egocentricos terribles.

Cada uno que postea un mensaje se siente, al menos un instante, con derecho a ser leído u al manos observado un momento. En ese momento, que apretamos “Publish post” nos arrogamos la esperanza de que nuestro rapto creativo, que generalmente es una cagada y de eso pueden dar cuenta mis ultimos post y muchos otros peores sitios que el mio, sea apreciado por miles de lectores.

Para colmo, los pocos lectores que entran son otros egocentricos peores que uno, que solo quieren postear un comentario ingenioso, para que otro lector distraido se asome a su saloncito.

No hay dudas que debemos tener un gran complejo de inferioridad. Necesitamos que nos quieran y nos digan lo ingeniosos, inteligentes, divertidos y ocurrentes que somos. Este post autocrítico no busca más que eso, obviamente. Sin embargo, en raras ocasiones suele suceder.

En los weblogs, como en Internet en general el 90 % son porquerías. Las cosas buenas son dificiles de encontrar. Y la mayor parte de las veces hay que pagarlas. EN los weblogs la proporciones aumentan. Como podemos publicar casi todos los queaccedemos a Internet, la mierda se reproduce facilmente.

Hay excepciones.

He encontrado un excelente fotolog

Y uno que recomiendo siempre, pero me hace morir de risa. Es excelente. Weblog de una mujer gorda

El triunfo académico o La Derrota de los Amargos

Le ganamos a los amargos de Independiente. Bueno, no fue tan dificil teniendo en cuenta que son un montón de perros pechos frios.

Fue un justo 3 a 1.

En España celebraban la boda del Alto al pedo y Ficticia. Sin embargo otros pensaban y reflexionaban sobre el atentado de Atocha

Las carreras de la muerte de las peliculas ya son reales.

Mientras miles mueren de hambre ellos juegan a ver quien es más pelotudo.

Ricos estupidos que se cagan en las reglamentaciones.

Les recomiendo un excelente weblog.

Sobre todo el ultimo post sobre Michael Moore. Concuerdo un 100 % con él.

Necesitás un traductor público.

La Existencia Destino

Amigos y Amigas:

El Maratón Blumberg se fue calmando. Los diputados ya no sesionan a toda velocidad y sin saber bien que votaban porque la mirada atenta del abanderado de la clase media ya no estaba sobre ellos, y con el los medios de comunicación. Sin embargo, sus huellas sobre el código penal están presentes y sus reformas a punto de concretarse casi en su totalidad.

Tratar de pensar la situación de nuestro país enlazada con la guerra de Irak puede sonar muy dificil, pero los puntos de encuentro entre nuestra historia, y nuestro lamentable presente, con lo que pasa en Oriente Medio de la mano de la administración Bush son muchisimos.

En este sentido, les acerco un excelente artículo publicado este domingo en la contratapa del diario Página

12<>.

Saludos,

Hernán Pablo Nadal (Tao)

msn: hernannadal@hotmail.com

Menem – Bush

 

La existencia-destino

Por José Pablo Feinmann

La infancia es el tiempo de la iniciación perpetua, todo lo que sucede sucede por primera vez, todo lo que sucede es iniciático. De ahí el peso formativo que adquiere esa etapa en toda existencia. De ahí que hayan surgido filosofías que postularon su precedencia a todo, en especial a la noción de “esencia” en su sentido religioso.

Si el hombre hubiese sido creado por Dios sería una criatura, tendría una precedencia, tendría las virtudes y defectos que el buen Dios le habría dado. Pero no. Y en beneficio de ambos: del buen Dios y del hombre.

Varias cosas pueden ocurrir con Dios: que exista o no. Que haya creado al hombre o no. Que intervenga en la historia humana o no. En Su beneficio (obsérvese que mantengo la tradición del uso de la mayúscula al mencionarLo) vamos a establecer una incerteza y dos certezas. La “incerteza” es que uno no puede saber si Dios existe o no.

Es imposible “probarlo”, de aquí la eterna posibilidad de ese “salto” que llaman “fe”.

Las dos certezas que estableceremos (insisto: en beneficio de Dios) son las que siguen:

1) No creó al hombre; 2) No tiene intervención alguna en la historia humana. Si Dios hubiese creado al hombre habría creado a un ente capaz de ser –en alguna de sus facetas– Hitler.

Pero, no seamos torpes. Otra vez con Hitler. ¿Para qué recurrir a él una vez más si la historia humana no cesa de ofrecernos el espectáculo de la recurrencia del horror, de su infinita perdurabilidad?

La pregunta de hoy es: ¿cómo es posible que Dios haya “creado” a un ser capaz de tomar la forma de la marine estadounidense Lynnie England? ¿Cómo, al crear al ser humano, no le incluiste, Dios, un dispositivo que obliterara por completo la posibilidad-Lynnie England? Entonces, por Tu bien, vamos a liberarte de todo eso. Sólo un monstruo podría crear monstruos. Sólo un monstruo podría crear un ser tan monstruoso como Lynnie England.

Imaginen si a la pregunta del bueno de Robert Fisk (“¿Quién enseñó a Lynnie y a los otros sádicos estadounidenses

de la prisión de Abu Ghraib a hacer esto?”) respondiéramos: Dios. No, Fisk tiene respuestas (o, al menos, las tenía) más tranquilizadoras: “En otros tiempos solía yo preguntar quién enseñó a la policía secreta siria e iraquí a hacer tales cosas. La respuesta es simple: la policía secreta de Alemania Oriental”. De donde deducimos que los hombres buscanpatéticamente tranquilizarse.

Para Fisk, antes de Lynnie England, las cosas eran claras: los perversos sirios e iraquíes practicaban atroces torturas porque los perversos comunistas de Alemania Oriental los entrenaban. Ahora todo se le ha trastocado. Ahora su pregunta es: ¿quién entrenó a Lynnie England?

Sin querer incomodar ni menos aún ofender a Robert Fisk, nos permitiremos señalarle que nosotros, aquí, en América latina, territorio arrasado por todo tipo de indescriptibles torturas que hacen de Lynnie England, cuanto menos, una princesita a lo Grace Kelly o un cisne etéreo a lo Audrey Hepburn, siempre supimos quiénes entrenaban a nuestros torturadores. Que, ellos, no eran sirios ni iraquíes.

Ni sus entrenadores pertenecían a la policía secreta de Alemania Oriental. Los torturadores argentinos (que instauraron un reino de la tortura a partir de 1976) fueron entrenados por los paracaídistas franceses de la OAS y arribaron a la más alta sabiduría del horror en la Escuela de las Américas, Escuela sita en los Estados Unidos de América, de donde es oriunda Lynnie England.

No hay que buscar demasiado lejos dónde aprendió su oficio esta señorita: en su país, en un país que sostenía instituciones de alta eficacia dedicadas por entero a la ciencia del martirio, la vejación y, por fin, la muerte de los hombres bajo el propósito de “obtener información”, trabajo al que suelen llamar “de inteligencia”.

Los torturadores de la Argentina precedieron a la Srta. England en el matiz “civilizatorio” de su Cruzada pues se consideraron defensores, no sólo del territorio “nacional”, sino de la civilización Occidental y Cristiana en una guerra a la que llamaban Tercera. Hoy, no paradojalmente, la marine England defiende esa “civilización”, no contra el “marxismo apátrida y ateo”, sino contra el Islam fanático, barbárico y terrorista. En suma, y en descargo de Dios, cabe afirmar que El no creó al hombre, que El no pudo arrojar sobre un planeta tan hermoso como éste un ser que tenía en sí la posibilidad de convertirse en Lynnie England.

Y el tercer punto se desprende del segundo. ¿Cómo plantear que Dios tiene intervención en la historia humana? No, este absoluto desastres obra de los hombres, de ellos solamente, que carguen ellos con su creación, la historia, ese relato impiadoso que avanza –según el dialéctico Hegel– por su “lado malo”.

Concluyendo:

Dios no creó al hombre ni tiene intervención en la historia.

¿Qué puede importarnos si existe o no? Acaso usted Lo necesite cuando abre un diario y le dicen que el telescopio Hubble atrapó imágenes de una galaxia ubicada a unos 2300 años luz de la Tierra.

Acaso ahí usted se marea, se le cae encima el entero Universo, las infinitas preguntas sin respuesta que el maldito telescopio Hubble sigue alimentando y usted, sofocado, exclama: “¡Sí, hay Dios, tiene que haber un Dios!”. Y bueno, quién le dice, por ahí sí,hay. Y hasta por ahí, cualquier mañanita de éstas, el Hubble se lo fotografía y tiene la cara de Groucho Marx, muerto de risa.

Al no ser una creatura divina, el hombre no tiene “esencia”. Surge al mundo existiendo, en tanto “existente”. De aquí la centralidad de la infancia. Si (según la célebre fórmula) “la existencia precede a la esencia”, el hombre empieza por ser nada y luego empieza a ser “algo”.

Un pensador nacional, Carlos Menem, habló de la niñez y la dividió en dos. Hay dos clases de niños, dijo: “Niños pobres con hambre y niños ricos con tristeza”. Para él eran igualmente desdichados y se proponía gobernar para ambos.

Sin embargo, el hambre y la tristeza no marcan del mismo modo. La tristeza suele solucionarse. De hecho, en pocos meses de gobierno, Menem cumplió el 50% de su promesa: los padres de los niños ricos empezaron a ganar tanto pero tanto dinero que hasta pudieron comprar para sus hijos la alegría que les venía faltando. La pobreza (por medio de las dos carencias que la definen) destina al niño pobre, le quita la libertad, sus posibilidades, la apertura del futuro.

Hay dos carencias definitivas en la pobreza: la carencia de comida y la carencia de educación.

El niño pobre tiene una existencia-destino. El niño rico tendrá tristeza pero tiene libertad, proyección, posibilidades. El hambre y la falta de educación condenan al niño pobre. Y ésta no es sólo una cuestión social o económica, sino antropológica. Una existencia-destino es una existencia ya decidida, trazada, sin retorno. El hambre debilita –estrechándolo sin piedad– el horizonte de la inteligencia.

El pibe pobre puede ser pillo, vivillo, pícaro, pero jamás inteligente. Hay que comer para tener neuronas sanas y frescas en la cabeza. Así de simple. El pibe pobre no come y no se educa. No podría, además, educarse porque el hambre le debilitó su capacidad racional. El pibe pobre está condenado a ser el pibe pobre. Podrá “ser” lo que su contexto-destino le ofrezca: mandadero, peoncito, adicto a las drogas impuras e infames que consigue, escolar con frío, escolar indiferente, ratero empedernido, inculto irredimible y –por supuesto– delincuente.

La experiencia extrema de la marginalidad y la exclusión social que el (neo)liberalismo instauró en América latina tiene temibles lecturas filosóficas: el hombre no es libre. Y no porque lo preceda el lenguaje, tampoco porque surge en un modo de producción y en unas relaciones de producción ya establecidos, o por el inconsciente. No (o no sólo por eso): el hombre no es libre porque hoy más de la mitad de la humanidad está hundida en el hambre.

Hundida (no en la existencia que se arroja a sus posibles para darse el ser, no en el estado de arrojo temporalizante que abre el horizonte) sino en la existencia-destino.

Que sólo puede llegar a ser lo que empezó siendo: una cosa, un desecho.

Una existencia-condena.

Pueden estar tranquilos quienes piden llevar la imputabilidad a los catorce, a los ocho años. El pibe pobre, el pibe hambre, el pibe ratero sin escuela ni maestros ni pizarrones ni manuales nació imputable.

Cuando, al fin, la sociedad educada lo mete entre rejas sólo está cerrando un círculo que los orígenes ya habían trazado.

 


Regreso

El viejo árbol todavía cobija a los pibes que se cuelgan de sus ramas. El pueblo no ha cambiado demasiado en estos años.

Sólo un algunas cabinas de teléfonos y un par de calles asfaltadas antes de la última elección.

Diez años que se llevaron la inocencia que tenía cuando partí.

Buenos Aires me cambió. Tal vez, lo suficiente como para sentirme perdido entre mis antiguos vecinos, quienes me miran y sonríen al pasar.

Entro a la Iglesia y busco al Padre Juan. Dos mujeres, vestidas de negro rezan desde el segundo banco. Nadie más. El silencio se rompe cuando veo un cura joven que me da la bienvenida y me cuenta que el sacerdote que buscaba murió hace dos antes. Me cuenta que él es de la capital y que conoció a mi padre, quien siempre hablaba de mí. Le pido si me puedo quedar un rato. Me arrodillo frente a esa Virgen de madera, que vio crecer mi cuerpo y mis ideas. A ella le pedí consuelo cuando tuve que partir. Frente a ella también había soñado miles de veces en casarme con María.

Pero nunca conseguí ninguna de las dos cosas.

Llego a casa. Me cuesta golpear la puerta. Esa que papá había construido con sus manos en su pequeño tallercito. Siempre me había sorprendido ver las cosas que podía hacer con madera. Mientras recuerdo, mi hermana aparece detrás de la puerta.

– Pasá, mamá te esta esperando-

Camino hasta la cocina y me emociono ver a esa vieja heladera, que no mantiene la puerta cerrada a menos que la sostengan con un secador de piso. Todavía está.

Mamá esta tirada en el sillón de pana verde. Me mira fijamente.

–Hola mamá –

– Hola, ¿Cómo andas negrito?

Me acerco y la abrazo. Los dos lloramos. -¿Qué hago, negro? ¿Qué hago?

No contesto. Yo tampoco sé que hacer.

4 de Mayo del año del Señor de 1999

Regreso



“Tenemos que estar junto al pueblo” de Pagina 12 por Por Washington Uranga

 

ASESINATO DEL CURA CARLOS MUGICA

“(José) López Rega me va a matar”, le había anticipado el cura villero Carlos Mugica a su gente. Y no se equivocó. Una ráfaga de ametralladora terminó con su vida el 11 de mayo de 1974. El jefe de la Triple A había ordenado acabar con ese sacerdote tercermundista que concientizaba en las villas.

Carlos Mugica

Ahora tenemos que estar más que nunca junto al pueblo”, le dijo Carlos Mugica a una enfermera del Hospital Salaberry de Buenos Aires, poco antes de morir, la noche del sábado 11 de mayo de 1974. Minutos antes, en la puerta de la parroquia de San Francisco Solano, en Flores, el cura villero, el mismo que se había convertido en un obstinado defensor de los derechos de los pobres y en emblemática figura del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM), había recibido cinco impactos de la ráfaga de ametralladora de la Triple A. El propio cura había adelantado su suerte días antes en una reunión con vecinos de la villa de Retiro (la misma que hoy lleva su nombre), donde eligió vivir. “(José) López Rega me va a matar”, dijo refiriéndose al siniestro jefe de la organización terrorista.

Mugica era un “cura villero” que, a pesar de su origen en una familia tradicional y acaudalada de Buenos Aires, hizo una radical opción por el servicio a los pobres, fundó una capilla en medio de la villa Comunicaciones de Retiro, se comprometió socialmente a través del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, y políticamente optó decididamente por el peronismo, considerando que las mejores opciones en favor de los pobres y excluidos se daban en el marco de ese movimiento político. Junto a otro cura, Jorge Vernazza, Mugica fue una de las personalidades que ocupó un asiento en el avión que trajo de regreso al país a Juan Perón el 17 de noviembre de 1972, después de su prolongado exilio. Junto al también asesinado obispo de La Rioja, Enrique Angelelli, Mugica es reconocido por amplios sectores de la Iglesia Católica y también del cristianismo como una de las figuras más simbólicas del compromiso cristiano con los pobres y excluidos y como “mártir” de la justicia.

El asesinato de Mugica se produjo en un momento de gran agitación política y confusión institucional en el país. Mugica había sido asesor del Ministerio de Bienestar Social cuyo titular era el propio López Rega (1973), pero renunció por discrepancias con el ministro. El 7 de diciembre de 1973, al celebrar una misa en memoria de dirigentes montoneros muertos, el sacerdote expresó su discrepancia con la estrategia establecida por la dirigencia guerrillera: “Como dice la Biblia, hay que dejar las armas para empuñar los arados”. Producido el asesinato en la puerta de la iglesia de la que era párroco su gran amigo, el también tercermundista Jorge Vernazza, todos los sectores trataron de deslindar responsabilidades en su muerte. El entierro fue una gran manifestación popular, donde predominó la presencia de los villeros, aquellos a quienes había acompañado durante toda su vida.

Carlos Mugica había nacido en Buenos Aires el 7 de octubre de 1930 y su padre, Adolfo, fue diputado por el conservadurismo (1938-42) y ministro de Relaciones Exteriores durante el gobierno de Arturo Frondizi (1961). Estudió en el Colegio Nacional de Buenos Aires e inició la carrera de Derecho en la Universidad de Buenos Aires. En 1952, después de viajar a Roma, decidió ingresar al seminario. Según cuenta el sacerdote Eduardo de la Serna, actual coordinador del grupo de sacerdotes comprometidos con la opción por los pobres, durante el paso de Mugica por la Facultad de Derecho “fue notable su enfrentamiento con el entonces titular de Derecho Agrario, José Alfredo Martínez de Hoz”, quien luego fuera ministro de Economía de la dictadura militar encabezada por Jorge Rafael Videla (1976).

Ordenado sacerdote en 1959, profundizó su compromiso social e hizo cada vez más ostensible su compromiso con el peronismo, llegando a visitar al propio Juan Domingo Perón en su exilio en Madrid. Su vinculación como asesor de la Juventud Estudiantil Católica (JEC) le dio también una estrecha vinculación con muchos de los que luego se constituyeron en dirigentes de Montoneros, con los que siguió manteniendo relación personaly política, pero también muchas discrepancias en torno de la metodología y el modo de actuación. En el marco de la Iglesia, sus constantes pronunciamientos sociales, sus relaciones con otros movimientos sacerdotales y políticos de América latina también le trajeron aparejados problemas con las autoridades eclesiásticas: primero con el cardenal Antonio Caggiano y luego con quien lo sucedió, el arzobispo Juan Carlos Aramburu. Según testimonios de otros sacerdotes, este último llegó a proponerle a Mugica que abandonara su condición sacerdotal, algo a lo que siempre se opuso. Acompañando el tiempo político y preocupado por los temas sociales, Mugica fue uno de los que alentó el diálogo y la colaboración entre cristianos y marxistas y a finales de la década de los sesenta llegó a viajar secretamente a Cuba para interiorizarse sobre el modelo socialista liderado por Fidel Castro.

En junio de 1972, en una entrevista concedida a la revista Siete días, el cura Mugica definió su compromiso con el pueblo diciendo que “debo actuar desde el pueblo y con el pueblo, vivir el compromiso a fondo, conocer las tristezas, las inquietudes, las alegrías de mi gente a fondo, sentirlas en carne propia”, justificando de esta manera su directa inserción en la villa de Retiro. En el mismo reportaje y ante la pregunta de si un cristiano tiene derecho a matar Mugica contestó “no lo sé. Lo que sí está claro es que tiene la obligación de morir por sus hermanos. (…) De repente nos escandalizamos porque alguien puso una bomba en la casa de un oligarca, pero no nos escandalizamos de que todos los días en las villas miseria o en el interior del país mueren niños famélicos porque sus padres ganan sueldos de archimiseria. La idea fundamental me parece ésta: el cristiano tiene que dar la vida por sus hermanos de una manera eficaz”, subrayó.

Treinta años después de su asesinato, el cura Carlos Mugica sigue siendo un símbolo de compromiso cristiano con los pobres. Así lo testimonian muchos dirigentes sociales y políticos que lo conocieron y gran cantidad de comunidades eclesiales que lo siguen invocando como referente

Los cuerpos y la Oscuridad

Los cuerpos caminan en la oscuridad. Sus manos torpemente tantean los espacios que no conocen ni perciben.

Los ojos están abiertos pero nada ven.

El tiempo pasa. La oscuridad es ya penumbra. Se distinguen las sombras, pero eso no evita que los cuerpos tropiecen, se choquen, se golpeen, caigan.

Los cuerpos ven una luz.

Un túnel de luz los invita y se acercan. En ese momento, logran ver todo lo que siempre les resulto conocidamente desconocido.

Ya es tarde.

Entraron al túnel.

Cuerpos en la Oscuridad

Mono con Navaja

El Mono con la navaja más poderosa del mundo pide perdón por los "errores"

en Irak.

Cuando ellos matan, "son fallas en el cálculo o errores involuntarios".

Cuando los otros lo hacen es "terrorismo fundamentalista".

Las cosas por su nombre. Al pan, pan. Y a los que matan asesinos.

Bush es un terrorista fundamentalista y un asesino.

No quedan dudas que él y Bin Laden son lo mismo.

Por algo eran amigos hace unas decadas ambas familias.

En realidad, esta calaña de individuos no tiene amigos, sino intereses.

Son lacras. Mierdas que solo buscan su interés económico y sus ansias de poder no les permite generar afectos.

Solo quieren más dinero y más poder.

Dan asco.

Nos gustaría que no existiesen.

Nos gustaría que se murieran de una puta vez.

Pero siguen vivos.

Y siguen teniendo poder.

Y lo peor es que hay millones que lo siguen.

¿Cómo se puede ser tan imbecil?

¿Dónde mierda dejamos nuestra razón?

¿Es que somos tarados sin espíritu crítico?

Se siguen cagando en nosotros y los seguimos aguantando.

¿Por qué?

No lo entiendo.

Soy una parte más de la pelotudez generalizada.

Escuchemos musica.

Relajemosnos.

Mientras tanto ellos estarán planeando más muerte, mas saqueos y más hambre.

Basta!!!

Despertemosnos.

Me voy a dormir mejor.

Es tarde y estoy divagando.


Hernán Pablo Nadal.

Lecturas Cotidianas. Un argentino reflexiona lo poco que puede

El Diego sigue luchando. Como puede. No sé si podrá ganar.

En San Luis, el pueblo sigue rebelandose contra otros de los señores feudales que manejaron las provincias argentinas desde hace décadas.

Quien dijo que Internet no sirve para nada? A los españoles al menos le sirve para follar.

Y siguiendo con el tema de las publicaciones alternativas a los multimedios omnipresentes destaco la participación de 4 publicaciones alternativas argentinas, en un encuentro mundial de editores independientes.

Para entender un poco las ideas del presidente argentino y el por que de como actua basta leer este suelto publicado en “Pagina 12”:

En el Consejo de las Américas un ejecutivo del Morgan Stanley preguntó al presidente Néstor Kirchner por el pago de la deuda. “¿Morgan Stanley?”, dijo Kirchner. “Una vez le pregunté a un ejecutivo de su compañía qué hacer con el dinero de Santa Cruz. Me recomendó que lo colocara en el exterior. Lo que no entiendo es por qué no hicieron lo mismo con los inversores, que pusieron el dinero en la Argentina a tasas altísimas.” A la salida, el resto de los financistas, divertido, hizo cola frente a la mesa del Morgan Stanley.

Saludos..






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Maradona internado y la representación de un país sin rumbo

El Gordo no pudo con su instinto. Se escapó de la clínica. Hizo lo que se cantó el tuje y se piró a pesar de los consejos médicos.

Con el ímpetu que lo caracteriza trató de demostrarle al mundo que él estaba bien. Que solo había sido un susto, pero que su condición suprahumana (que le hicieron creer quienes viven de su condición humana y no puede considerarse como tales) le permitiría salir indemne frente a los desarreglos que su vida agitada le costó a su cuerpo.

El Gordo es humano. Mal que le pese a él, a su “entorno”, a su familia, a los millones de fans en todo el mundo y a quienes solo lo buscan para sacarle su migaja de fama o dinero.

Lo acusamos de hacer lo que quiere, que no se cuida, que se caga en su vida y su salud.

¿Y?

El Gordo es un hombre. Tiene derecho a hacer lo que quiera, y a matarse del modo que elija, pero dejemos claro que su adicción por las drogas no es una elección sino una enfermedad con la que carga hace tiempo.

El Gordo se va a morir. Tarde o temprano. Y será olvidado, tarde o temprano. ¿Por qué no dejarlo vivir tranquilo? ¿Para que seguirlo y hacerle una campaña de prensa cada vez que se tira un pedo frente a cámara? ¿Hacía falta que saciaran nuestro morbo impune haciéndole una nota chupamediastica para verlo decir incoherencias en TV?

Dejen que el Gordo viva y muera como se le cante.

“Say no more”