Tan complejo como resultó el análisis de las tendencias previas a las primarias del 14 de agosto, que hizo enmudecer a las encuestadoras que habitualmente emiten pronósticos preelectorales, resulta el análisis de los resultados provisionales que sorprendieron a “propios y extraños”. Y si el territorio que se analiza es esa imaginaria Buenos Aires Metropolitana, una región urbana sin estructuras institucionales de gestión, esa pretensión se torna francamente casi utópica. Para estudiar mejor lo que pasó en estas primeras internas abiertas, invitamos a Artemio Pedro Abba, Coordinador General del Observatorio Urbano Local – Buenos Aires Metropolitana, CIHaM/FADU/UBA.
Fuerte fue el impacto cuando las flamantes Comunas de la Ciudad de Buenos Aires y los Partidos de la Provincia que integran ese territorio unido diariamente por más de 25 millones de viajes se vistieron de los distintos tonos de azul de la Alianza Frente para la Victoria (AFpV) redondeando casi la mitad de los electores metropolitanos. Sin embargo si se mira el territorio puede diferenciarse claramente entre la fuerte adhesión del habitante suburbano (entre el 52 y 62 %) y una adhesión mucho mas moderada de los votantes de la ciudad de Buenos Aires (30 %), donde disputa el primer lugar con los partidos de la oposición.
En un análisis según las tradicionales Coronas del Conurbano que denominadas 1ra, 2da y 3ra., inspirado en el esquema de círculos concéntricos que propuso Ernest W. Burguess para la Chicago de principios del Siglo XIX (Abba, A. P., 2009-a), representan diferentes etapas del proceso de suburbanización (etapa agroexportadora, de sustitución de importaciones y apertura externa). Desde ese abordaje se observa una el fuerte crecimiento del apoyo a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner (CFK) desde la ciudad central hasta la segunda Corona y una leve disminución hacia la 3ra. Corona.
Este comportamiento confirma una estructura espacial que ha sido descripta por distintos investigadores urbanos entre los que se destaca Horacio Torres (Torres, H., 1993) por haber formulado las hipótesis explicativas de esa configuración. La figura acampanada que adquiere el gráfico de los votos de la AFpV muestra los diferentes grados de penetración que el mensaje oficial alcanza en la Buenos Aires Metropolitana. La adhesión crece desde la ciudad consolidada hacia el suburbio menos consolidado, pero comienza a declinar en la interfase entre el suburbio y la periferia donde coexisten yuxtapuestos los asentamientos precarios de recientes migrantes con los diversos formatos de las urbanizaciones cerradas de los sectores acomodados que se instalaron en las últimas décadas.
Como una curva también acampanada pero invertida se comportan genéricamente los partidos de la oposición, con un peso porcentual muchísimo menor. Inciden mucho más significativamente en la ciudad central y caen hacia la 2da. Corona, registrando un leve repunte en la 3ra. Corona. La Alianza Frente Popular (AFP), Duhalde y Das Neves, que logró casi un 16 % de los votos metropolitanos se despega moderadamente hacia arriba del pelotón de agrupaciones opositoras, pero adoptando la curva genérica mencionada, la agrupación política que le sigue, con alrededor del 9 %, Alianza Unión para el Desarrollo Social (UDESO), Alfonsin-González Fraga, si bien adopta la misma forma lo hace de una manera muy atenuada, influido por su sorprendente baja captación en la Ciudad de Buenos Aires, la Alianza Frente Amplio Progresista (AFAP) y la Alianza Compromiso Federal (ACF), encabezados por Binner y Rodríguez Saá respectivamente, muy cerca del 9 %, presentan la misma tendencia según coronas.
Otra manera de interrogar el territorio electoral transversal a la ya explorada distancia al centro, es ver como se expresan las preferencias de los electores según los sectores urbanos, abordaje propuesto en 1939 por Homer Hoyt como un enriquecimiento de la teoría de Burguess (Abba, A. P., 2009-b). Esta dimensión manifiesta la fuerte diferenciación socioeconómica, que se ha ido acentuando, entre un Norte rico, un Oeste intermedio y un Sur pobre (siempre hablando por supuesto de promedios).
Y puede observarse que otra vez el eco de las preferencias electorales se manifiesta con la misma anterior diferenciando entre el voto al gobierno y la oposición. Nuevamente la forma acampanada, ahora muy atenuada dibujada por los cómputos electorales de la AFPV, tiene su punto bajo en el Norte, crece en el Oeste y baja levemente en el Sur, y los datos de la oposición se dibujan, consistentemente, de manera “opuesta”.
Sin embargo cuando se trata de identificar los patrones específicos de cada agrupación política se deben auscultar con muchísima atención los rasgos que combinan la observación anular y sectorial. Es clave en esta interpretación ciertos límites en el territorio, uno muy marcado por la General Paz y el Riachuelo, y otro muy difuso pero que lo define el paso del suburbio a la periferia metropolitana cuyo referente más aproximado es la envolvente con la que el INDEC delimita el aglomerado.
El FPV tiene una clarísima fortaleza en la segunda corona suburbana con picos en Florencio Varela, hacia el Sur, y José C. Paz en el Norte. De manera cristalina surge también su debilidad relativa en la 1ra. Corona y la ciudad central metropolitana con epicentro en la zona Norte (Comunas 2, 13 y 14) y en Oeste (Comuna 6); y la ya señalada pérdida en la interfase suburbana-periferia de la 3ra. Corona.
Por una parte el voto a CFK se afirma en los territorios del suburbio de la segunda etapa del proceso de metropolización ya mencionado, que coincide con la etapa de sustitución de importaciones liderado centralmente por los dos períodos del gobierno peronista. Por otra parte encuentra dificultades para penetrar en el sector norte de la ciudad donde se suma el alto nivel socioeconómico de la población con la vocación opositora de los habitantes de las ciudades centrales.
La Alianza Frente Popular (AFP), la agrupación opositora mas votada en la Buenos Aires Metropolitana si bien muestra el patrón de campana invertida, ya señalado para el conjunto de la oposición, se basa en algunos liderazgos puntuales que recomponen la curva señalada. El vuelco del voto PRO se hace evidente en el Norte de la Ciudad de Buenos Aires y de corrientes afines en la primera y segunda Corona (Vicente López, San Isidro, San Miguel y Malvinas Argentinas). En el Sur se observa una fuerte presencia en los Partidos de San Vicente y Presidente Perón contrastando con el mal desempeño en Florencio Varela.
La Alianza Unión para el Desarrollo Social (UDESO), dibuja una muy particular campana invertida que se atenúa vista desde el análisis por Coronas que tiene que ver la sorprendente baja performance en la Ciudad de Buenos Aires que supo ser un bastión radical por muchas décadas. De cualquier forma es muy marcada su baja inserción territorial en la 2da Corona y sus puntos fuertes en la 1ra. Corona (San Isidro y Vicente López), en la 3ra. Corona (Las Heras, Brandsen, Cañuelas) y en las áreas urbanas conurbadas del Gran La Plata y Campana.
La Alianza Frente Amplio Progresista (AFAP), muestra un buen desempeño electoral en el Noroeste de la Ciudad de Buenos Aires y de la 1ra. Corona, pero evidencia una muy baja penetración en la 2da. Corona suburbana. Y como todas las agrupaciones opositoras recupera protagonismo en la 3ra. Corona y en las aglomeraciones conurbadas del Gran La Plata y Zárate-Campana.
La Alianza Compromiso Federal (ACF), si bien responde al patrón opositor de campana invertida es mas atenuada que en los casos ya analizados. Una particularidad de esta agrupación política es la penetración en el Suroeste de la Ciudad de Buenos Aires con un perfil dominante de sectores populares (Comunas 8, 9 y 10), que no mostraron las otras agrupaciones opositoras.
La polarización de los medios de información, la mayor participación política de los estratos etarios juveniles, el fuerte liderazgo de la figura de CFK y la fragmentación de la oposición constituyen un escenario que modeló aquellas constantes históricas del territorio electoral metropolitano. Un mensaje que se debería leer de este resultado electoral es que, pese a la mayoritaria interpretación de los analistas políticos, el componente económico no parece ser predominante en la decisión a la hora de definir el voto. Las variables que surgen en un primer análisis por Sectores y Coronas, evidencian el mayor poder discriminante de las segundas, que remiten más a cuestiones etnográficas, culturales y políticas que aquellas de la billetera.
BIBLOGRAFÍA
- ABBA, Artemio Pedro, (2009-a), “Si Ernest W. Burguess viviera, haría encuestas electorales”, Saboogle, junio de 2009.
- ABBA, Artemio Pedro (2009-b),¿Anillos o sectores?, esa es la cuestión / o de cómo mejorar los pronósticos de las Legislativas 2009, Saboogle, junio 2009.
- ABBA, Artemio Pedro, (2009-c), “Elecciones legislativas 2009 en el AMBA / Una lectura en clave metropolitana”, Revista Café de las Ciudades / AÑO 8 – NUMERO 82 – Agosto 2009.
- Torres, Horacio (1993). “El mapa social de Buenos Aires (1940-1990)”, Serie Difusión, Nº 3. Ed. Buenos Aires: Dirección de Investigaciones, Secretaría de Investigación y Postgrado, FADU-UBA.