Apenas un año después de haber asumido, se desvanece el encanto popular de Barack Obama (los índices de popularidad del presidente afroamericano cayeron por debajo del 50 por ciento) y con ello peligra su poder político. Esta caída, la mayor desde tiempos de Reagan en un primer año de gestión, tiene varios matices de justificación en los cuales no nos centraremos.
Pero vale la reflexión: cuando se crean expectativas exageradas es inevitable el desencanto, y Obama las creó (jugando con fuego) desde la masificación de su mensaje de cambio a través del proselitismo virtual, y el ingenioso uso de las nuevas tecnologías.
El primer error y el más grave de Obama fue renunciar a su mejor cualidad: la de gran comunicador. Politólogos y gurúes de las e-campaign deberían estudiar la otra cara de este “leading-case” que muestra, a tan sólo un año de asumir, el otro lado de la moneda.
Extraido del Newsletter de Gobierno Digital