A los beneficios obvios de la computación en nube (gran escabilidad, reducción en costos de administración, disponibilidad mejorada) Microsoft espera sumar otro: menor huella de carbono. Un nuevo estudio llevado con apoyo de Microsoft sugiere que pequeñas empresas pueden reducir las huellas de carbono casi en un 90% cambiando su infraestructura a alternativas basadas en la nube.
El argumento tiene sentido ya que estas pequeñas empresas suelen tener servidores con capacidades superiores a sus necesidades reales, conllevando a un gran desperdicio (un servidor en inactividad puede utilizar 50-60% de la energía que un servidor en su máximo funcionamiento consumiría).
Las ventajas para grandes organizaciones con 10.000 o más empleados son menores ya que suelen tener sus servidores desempeñándose a su máxima capacidad, haciéndolos más eficientes. Pero inclusive en estos casos, el estudio asegura que la utilización de cloud-computing puede reducir la huella de carbono en un 20 a 80%, dependiendo de la carga de trabajo. Sugieren que si cada una de las compañías estadounidenses que tienen entre 100 y 10.000 empleados cambian su servicio de email a una alternativa en la nube, el ahorro en emisiones de carbono sería equivalente a retirar 100.000 de pasajeros de las carreteras.
Los Data Centers son actualmente grandes consumidores de energía y un cambio a la computación basada en la nube haría que consuman aún más. Sin embargo, su gran eficiencia sería un gran beneficio ante el uso del cloud- computing.
Fuente: ars technica