El futuro llegó hace rato, los nuevos medios conquistaron el mundo y Facebook está a la vanguardia de la revolución siglo XXI. La Primavera Árabe es un gran ejemplo de cómo el planeta y sus revoluciones se adaptan a los tiempos corrientes, enfrentando tiranías históricas con organización cibernética e intentos de protestas pacíficas que terminan en batallas insoslayables.
Distinto es el caso de las miles de organizaciones alrededor del mundo, que se proponen cambiar hábitos y políticas públicas desde la institucionalidad democrática; y así como es más simple, por no tener que enfrentar los fusiles de la tiranía, se encuentra con una pared urdida de intereses mediáticos, desinterés público, falta de recursos e inferioridad de condiciones. Hay que dar un paso adelante: los movimientos deben buscar nuevas y originales formas de “combatir el sistema”.
El “War is Over” de Lennon, la “Bed Peace”, las protestas no-violentas que algunas organizaciones realizan desde los setenta contra el poder del establishment alrededor del mundo, fueron muy útiles el siglo pasado –muchas de ellas siguen siéndolo aún hoy, vean el caso de la “Red Carpet” en Copenhague.
Sin embargo, vos, lector, blogger, televidente y radioescucha; seguramente ya viste esa película y si bien podés ser afín, será raro que te levantes de la silla y te unas a una historia conocida que no sorprende por lo nuevo sino por lo espectacular.
Así nacen nuevas formas de activismo y confrontación como las que propone la organización Yes Men y que queda magníficamente demostrado en su última intervención pública.
Ayer, la BBC entrevistó a un tal Alessio Rastani, inversor y corredor de bolsa, decidido a contar la más despiadada verdad del sistema financiero global. Dijo, entre otras cosas, que la crisis europea era una gran oportunidad para los negocios, que soñaba con tener otra crisis como esta y sentenció con una frase fulminante: “los gobiernos ya no gobiernan el mundo, Goldman Sachs gobierna el mundo”. Los periodistas quedaron atónitos.
En menos de un día, el video de la entrevista superó las 40.000 vistas en Youtube y el caso llegó a la vicepresidenta de España, Elena Salgado. La funcionaria catalogó de “loco” e “inmoral” a Rastani por sus declaraciones y llamó a “tratar de reducir el daño que pueden producir estos inversores” en la economía europea.
La realidad es que, al igual que en una intervención anterior en la BBC –donde un supuesto vocero de Dow Chemical se hace cargo de un derrame y promete enormes indemnizaciones a las víctimas-, un integrante de Yes Men suplantó una identidad y dijo lo que todos sabemos pero nadie dice. Así logró un impacto enorme en las más altas esferas mediáticas y políticas del mundo europeo y marcó un hito en los valores del mercado –o la falta de ellos.
El mundo no oyó el clamor de una ronda de barbas largas y pelos desprolijos, lindas camisas y sandalias franciscanas; tampoco se escandalizó frente a las huelgas –involuntarias- de hambre en África, ni los cortes de ruta en Argentina. Se hizo eco de una intervención estratégicamente pensada, diagramada y llevada a cabo -de cabo a rabo-, con una impecable meticulosidad, que creó –o suplantó- una cuenta de Twitter durante dos años, un perfil de Facebook y un blog personal.
¿Y qué si, en realidad, Alessio Rastani no fue engendrado por Yes Men? ¿Qué si ya existía?
Mejor aún. Se las han ingeniado de maravillas para darle una vuelta de tuerca y generar un interrogante. “¿Es Alessio Rastani uno de los Yes Men?”, se pregunta Reuters, The Journal, Forbes y tantos más. Lograron marcar un tema, generar indignación, atraer a la duda y poner el tema en boca de todos.
Soy de los que creen que los hippies tenían razón. Pero justamente por eso, fuera de toda aversión contra el movimiento surgido en San Francisco en la década de los sesenta y sus no-métodos, hay que entender que lo que hoy mueve los hilos del poder y la atención mediática es la originalidad, el ingenio y la estrategia. Esta acción de Yes Men –si efectivamente lo fue- nos merece un llamado de atención especial a todos los que, de alguna manera, queremos marcar agenda, involucrar a la opinión pública y lograr cambios de paradigma político.
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Actualización:
La negación de Yes Men: http://www.yeslab.org/rastani
¿Vos qué creés? ¿Es una movida de Yes Men o fue un caso real?