Desde que dejó de frecuentar las escuelas de arte, Reni Dupláa optó por instalarse en un mínimo galpón al pie del Puy de Dôme junto al taller mecánico en cuyo altillo sobrevivió modestamente un par de años. Entre las pocas cosas que se llevó de París estaba esta inscripción que colgó sobre la puerta de entrada: “If you are not on the edge, you occupy too much space”. Era, me dijo, algo entre un mantra que lo poseía y una advertencia a no quedarse en aquello que había comenzado a identificarlo en algunas revistas under: la signatura del huevo.
Desde que dejó de frecuentar las escuelas de arte, Reni Dupláa optó por instalarse en un mínimo galpón al pie del Puy de Dôme junto al taller mecánico en cuyo altillo sobrevivió modestamente un par de años. Entre las pocas cosas que se llevó de París estaba esta inscripción que colgó sobre la puerta de entrada: “If you are not on the edge, you occupy too much space”. Era, me dijo, algo entre un mantra que lo poseía y una advertencia a no quedarse en aquello que había comenzado a identificarlo en algunas revistas under: la signatura del huevo.
La insistencia en cubrir con diversos diseños docenas y docenas de huevos y devolverlos a su envase original –precisamente aquello que irritó a más de un maestro de la Escuela de Grenoble— dio lugar a la propuesta de una muestra a beneficio de los homeless de Citadelle Laferrière. Los pocos amigos que llegó a tener aceptaron resignados su mutismo ante una iniciativa que le hubiera otorgado un merecido reconocimiento y acceso a uno de los mayores mercados del arte americano.
Creo que el viraje de sus trazos de algún modo respondió a la irritación que le generaba la clara insistencia de galeristas ortodoxos en mostrar sólo un aspecto de su obra.
A lo ya reconocido, se sumaron bosquejos anatómicos; su amor por artes alternativas y el aprendizaje callejero se detecta en el aguijón de agudas miradas torvas.
Sus días y sus noches señalan un modo de reinstalarse en un universo en que alternan el humor y la furia junto al deseo, la necesidad y el placer de una paleta cada vez más suave y dúctil.
Esta muestra, la primera que se lleva a cabo fuera de su hábitat natural, es presentada por dos reconocidos artistas de nuestro medio, Mirta kupferminc y Jorge Meijide, si bien no hallo en la obra de Reni Dupláa huellas visibles de su impronta.
Sospecho que ello responde al estar siempre al borde: ocasionalmente arriesgándose a una inaudita y desubicada confusión, a la marca del origen, a su propia identidad, a la legitimidad de su arte, al hecho mismo de ser.
Edouard Oren
Desde Helsinki, para la Galería Ática
El martes 22 de noviembre se inagura la muestra de Reni Duplaá, al borde de lo virtual en Galeria ATICA, Libertad 1240 PB 9. Buenos Aires.
Para mas informacion pueden visitar su blog reniduplaa.blogsot.com.ar o @reniduplaa