En Bruselas se puede visitar “Nemo 33”, la piscina más profunda del mundo. Esta pileta cuenta con cinco niveles y una profundidad de 33 metros. El costo para su construcción superó los 3 millones de euros.
El agua en si interior mantiene una temperatura constante de unos 30 grados centígrados mediante paneles de energía solar colocados en el techo del edificio, lo que evita que los buceadores lleven el traje de neopreno.
La construcción consiste en cinco niveles, varias cuevas submarinas, tres conductos de aire fresco y un tubo con un diámetro de seis metros que baja al punto más profundo de la piscina.
Además de los buzos, los investigadores científicos se verán beneficiados para realizar su trabajo al contar con un espacio profundo con agua clara y caliente y bajo gran presión de Nemo 33.