Se viene el Pentacampeón

Provincias Unidas del Rio de la Plata


Hoy charlando con mi colega Hernán, resolvimos uno de los problemas más importantes para los rioplatenses: Superar el síndrome de inferioridad futbolística frente a nuestros queridisimos amigos de Brasil.

Argentina, tiene 2 campeonatos en su haber. Uruguay tiene otros 2. No hace falta decir más.

La solución es simple. Recrear la Patria Grande. Necesitamos hacerlo rápido. Antes del próximo partido de la Celeste. Ellos aportarán su fútbol y su suerte. Nosotros pondremos la pasión, y el aliento. Incluso tenemos un par de barras que quedaron en Sudáfrica en caso que haya que poner alguno en vereda.

Si pierden, no hay problema. Le hacemos una bienvenida a todo trapo, con miles escoltando a los muchachos en una caravana de gloria desde Ezeiza hasta Montevideo. Y si ganan, flor de fiesta nos mandaremos. Otra que el Bicentenario.

Se termina el problema de los cortes de puentes, y las disputas históricas de larga data: nadie discutirá si Gardel y el dulce de leche son argentinos o uruguayos.

Necesitamos que mas gente para lograr que esta teoría se haga realidad. Si se concreta la alegría no será solo brasilera. Ahora será también rioplatense.

Para terminar el post les dejo una canción del “Cuarteto de Nos” que me pasó Nico.


 

Maradona y Palermo emocionan en todos lados

Ente tanto festejo y tanta emoción nacional, la confesión del periodista costarricense Víctor Fernández G. en “Malditos argentinos: me sacaron las lágrimas” (VueltaEnU.co.cr – 22/6/2010 – Foto AP), me hizo sentir algo así como orgullo ajeno pero propio. Ajeno porque en realidad el halago no es para mí. Propio, porque El Diego, la Selección y sus goles, son de todos. Citada la fuente, comparto la nota (hallazgo de mi amigo @NanoMedeot)

Ente tanto festejo y tanta emoción nacional, la confesión del periodista costarricense Víctor Fernández G. en “Malditos argentinos: me sacaron las lágrimas” (VueltaEnU.co.cr – 22/6/2010 – Foto AP), me hizo sentir algo así como orgullo ajeno pero propio. Ajeno porque en realidad el halago no es para mí. Propio, porque El Diego, la Selección y sus goles, son de todos. Citada la fuente, comparto la nota (hallazgo de mi amigo @NanoMedeot):

“No importa que sea el goleador histórico de Boca, el ídolo, el referente. Cuando de jugar con la sele se trata, Martín Palermo se la pela.


La anterior es una idea tan compartida como injusta, dado que el rubio veterano hacía rato que había desaparecido de la albiceleste, castigado tras protagonizar la pelada más grande de todos los tiempos para un delantero: botar tres penales en un mismo partido.

Aquel episodio fatídico desterró a Palermo de la selección argentina, por lo que debió conformarse con sumar goles por docenas con Boca. Ídolo local, sin salir de la Bombonera.

Luego llegó Maradona al frente del equipo nacional y, como es su costumbre, hizo lo inaudito, lo insospechado, lo risible: resucitar a Palermo.


En un equipo encabezado por dios en la tierra –Lionel Messi– y con depredadores de porteros como Milito, Tevez, Higuaín y Agüero, Palermo es una anomalía, un bicho raro, un antojo, un chiste, un capricho del caprichoso Diego Armando… y en buena hora que Maradona hace lo que le da la gana.

Mientras que la mayoría de los técnicos en el Mundial africano destellan elegancia, clase, buen vestir, gusto y decencia, Maradona es un corrientazo, un hincha metido en un traje entero que se quiere reventar. Con aretes y pelo a la taxista, el Diego es el entrenador más divertido de la cita, ese al que los aficionados pagan por ver tanto, o incluso más, que a su equipo.

Maradona llegó a Sudáfrica y disparó tieso y parejo: se cagó en Platini y Pelé; endiosó más a Messi; humilló a los coreanos con un inesperado taquito; besó y nalgeó a todos sus pupilos para decir más tarde que a él lo que le gustan son las mujeres, brincó como un enano… pues es un enano.

Y hoy, con su equipo más que clasificado y sin nada que perder, Diego se salió con la suya: mandó a llamar a Milito y en su lugar metió a Palermo, sí, al roco de Palermo.

Cuando lo vi entrar a la cancha no pude evitar una risa de satisfacción, involuntaria pero sincera: ahí estaba jugando, por primera vez en un Mundial, el artillero insigne del fútbol argentino, el mismo que hasta hoy se pudo quitar de encima el karma que da el pelársela como sólo él se la ha pelado.


Palermo corrió, la pulseó pero estaba claro que meter un gol era misión imposible para él y todos sabíamos que ese sería, posiblemente, el único ratico que lo veríamos en acción en este torneo, dado que los partidos que siguen son como finales y ni alguien tan chiflado como Maradona metería a un delantero de 35 años en un partido de octavos o cuartos de final.

Pero Martín ya estaba feliz: para él la noche era completa, pues su equipo ganaba, pasaba de primero de grupo y al fin se le hizo su debut mundialista.

Y llegó Messi. Obsesionado con marcar un gol en este Mundial (paciencia, pequeño saltamontes), Messi tiró por enésima vez en el partido. El portero griego rechazó a como pudo y la bola, la maldita bola, le quedó al roco, al capricho de Diego, a ese, sí, a ese que llaman Martín Palermo.

El macho acomodó al otro lado del arquero, con estilo, y aunque sabía que había anotado desde el momento en que el taco y la bola se juntaron, no celebró sino hasta que vio la redonda al fondo, en los mecates, allá donde no pudo colocarla tres veces, hace ya muchos años, por la vía del penal.

Palermo salió corriendo y a mí, sólo frente al tele gigante de la cafetería, se me vinieron las lágrimas. Mierda, primera vez que se me afloja el menudo viendo un partido de una sele que no sea Costa Rica. Maldito Palermo, me sacaste las lágrimas.

En el banco, el enano peludo brinca como endemoniado, besa, abraza y toca nalgas… Maradona se ha salido con la suya y con ese gol de Martín dejó callados, al menos por hoy, a todos los que lo criticaron –con razón– por ser un entrenador a la Charly García: alguien que, a pesar de sus atentados contra sí mismo, siempre se las arregla para sonreír de último.


Antes de que empezara el Mundial africano yo no tenía equipo predilecto. Brasil me cansa con sus payasadas y el único equipo europeo que me llamaba la atención, España, está para tragicomedias. Así que hoy me decidí y voy por Argentina, no por Messi ni por todos los demás magos albicelestes, sino por la Brujita Verón; por el resucitado Palermo y por el corrientazo de Maradona.

Quiero que al final sean esos rocos argentinos los que alcen la Copa, quiero que la Brujita se retire como Campeón del Mundo; quiero que Martín pueda rajar que en su primer Mundial salió por la puerta grande y, por sobre todas las cosas, quiero que el enano peludo tenga más motivos para basurear a Pelé; para inspirar nuevas y disparatadas iglesias en su nombre; quiero una nueva generación de niños llamados Diego Armando… quiero que el entrenador que la Fifa más odia, el que los periodistas detestan por no seguirles el juego, y el que los entendidos aborrecen sea prueba viviente de que el más enano puede tener la leyenda más grande.”

Hasta la próxima. @MartinSantosB


La pasión por Argentina llega a Bangladesh

Los que se preguntan porque el fútbol es tan utilizado por marcas comerciales y movimientos políticos varios tendrán ahora un motivo más para empezar a responder sus preguntas. Los que, como el gracias a Dios finadito Bernardo Neustad, se retuercen de bronca al saber que Maradona es el argentino más reconocido en el mundo, tendrán otro motivo más para agrandar su úlcera.

Los que se preguntan porque el fútbol es tan utilizado por marcas comerciales y movimientos políticos varios tendrán ahora un motivo más para empezar a responder sus preguntas. Los que, como el gracias a Dios finadito Bernardo Neustad, se retuercen de bronca al saber que Maradona es el argentino más reconocido en el mundo, tendrán otro motivo más para agrandar su úlcera.

Esto viene a cuenta de una noticia que encontré en un diario inglés donde se relata la pelea que se dió entre fanáticos del equipo argentino (mas precisamente de Maradona) y otros seguidores de Brasil (y del jugador, que según El Diego, debutó con un pibe). Esto no tendría mayor importancia si hubiera ocurrido en las playas de Florianopolis. Lo curioso es que pasó en Bangladesh y dio como resultado más de 30 heridos.

Este violento hecho parece reflejar una situación que no es excepcional sino corriente entre los muchachos de Bangladesh. Los invito a ver este publicidad de Nescafé y descubrir que dicen los personajes que representan a fanáticos de Argentina y Brasil.

Por supuesto que puedo entender perfectamente y traducirlo pero prefiero dejarlo librado a su imaginación.

Protegé tu notebook mientras pedaleás

Para todos los geeks que tenemos conciencia ecológica y que buscamos el modo de potenciar el uso de la bicicleta encontré este útil portafolio para usar en nuestros viajes sin tener que dejar nuestro amado chiche.

Notebook-en-bici

Fuente: Below the Clouds

Soccket: Genera energía mientras juegan al fútbol


 

SOccket

 

Estudiantes de Harvard han diseñado una pelota de fútbol algo más pesada que una convencional, cerca de 100 gramos más y con un pequeño generador de energía en su interior, la cual serviría a posteriori para alimentar pequeños equipos que necesiten de la energía generada. Su nombre es SOccket.


Según sus creadores, 4 jóvenes estudiantes, es la manera más sencilla de crear energía y sobre todo, una manera más que saludable, donde grandes y pequeños pueden ser los partícipes de tal juego sociable como es el fútbol y por supuesto, generar un bien común entre los suyos más tarde.


Actualmente están haciendo una prueba piloto en Durban, Sudáfrica


Más información en SOccket.com


Gracias Daniel, por el link original.

TyC se quedó sin fútbol. Opinión de Victor Hugo Morales


Se acabó la estafa.

Clarín, siempre fiel a sus prácticas monopólicas intentó hasta último momento presionar a los actores involucrados y confundir a la opinión pública para detener la traición del Padrino Don Julio.

Pero no pudieron. Y ahora sangran por la herida que ellos mismos provocaron con su avaricia descontrolada.

Comparto con uds un artículo escrito por Victor Hugo Morales titulado “Julio Grondona en su laberinto”.

El domingo no es tan tranquilo como anuncia esa chata larga y marrón que se mueve lentamente por el río. Hay un envoltorio de brumas en el mundo del fútbol, iguales a las que sólo dejan ver el contorno de la caseta del capitán del barco.

Julio Grondona, en su laberinto, en los días más tensos de su vida de dirigente del fútbol, parece inclinado a terminar con el engendro que él mismo concedió. Recostado sobre el poder del Estado, levanta su espada ante el grupo Clarín.

Después de tres lustros de negocios irreconciliables con la decencia, la AFA y la televisión del fútbol ponrían dirigirse hacia el fin de la relación este martes. El gobierno se haría cargo, lo cual de ninguna manera, como ya lo pretende la asustadiza oposición, debe implicar un gasto. En todo caso, un buen negocio para el Estado y para la gente. Una solución que debe ser nada más que un tránsito hacia otra definitiva, la cual es la licitación dentro de uno o dos años.

En estas horas, el Grupo salió a jugar fuerte. De todos modos, la improvisación y la falta de recursos alarma. En vez de argumentar, anuncia que se viene el cuco de los juicios que piensa hacer: pone en acción a personajes deficitarios de la política para que digan que el Estado tiene prioridades diferentes, que no puede gastar 500 millones en el futbol, y reportea a los capos de la tele poniendo en las preguntas las amenazas que los ejecutivos quieren que trasciendan a la opinión publica.

Para el lector no entrenado en estos temas, bueno es ofrecer alguna idea de cómo puede solventarse el supuesto gasto del Estado. La primera es el reparto de esos derechos a todo el mundo, más la publicidad, la venta al exterior y cuanto etcétera se quiera agregar.

La segunda es más innovadora y puede complementarse con la anterior. Hay que tomar, por ejemplo, lo que el Estado invierte en publicidad. La suma es increíblemente parecida a la que se puede pagar por el fútbol.

Ofreciendo el fútbol en canje por la publicidad en todos los medios televisivos del país simplemente cambia la forma de gastar el mismo dinero.

Clarín le respetó a Grondona lo que no es. Lo creyó leal, incapaz de traicionarlos, al menos, a ellos. Se equivocó, la paloma. Y se equivocaba también en no considerar lo que sí puede reconocerse en Grondona: un peleador nato. Eso sí es, a falta de atributos más ponderables.

Entonces, cuando empezó la discusión por el precio del fútbol, se ve que Grondona les dijo “miren que se nos fue la mano, esto se viene a pique, estoy quedando mal parado con todo el mundo, larguen un poco mas de plata”. Se le rieron en la cara.

Fue justo cuando apareció el gobierno, el particular factor K, gente a la que hay que darle de comer aparte Y desde entonces, el margen de maniobra se estrechó para todos.

La buena noticia es que el futbol saldrá ganando. Ahora que este periodista está menos solo en la comprensión y denuncia del colosal negocio, puede decirse que el mismo ya es otro.

Hay que mirar hacia el próximo campeonato como cuando se camina por un repecho interminable, ya sin fe, y de pronto aparecen los primeros indicios de que, del otro lado, hay un futuro.

Pero como no vamos a hacer como hacían los muchachos de TyC cuando no dejaban opinar a otros, mostramos la opinión del presidente de Torneos y Competencias, Marcelo Bombau.