En este caso un análisis impecable de la serie que despierta pasiones y que sigo cada semana.
1. Ver Televisión como se nos canta a nosotros y no como quieren los canales
Que bueno que en la era del rip, mix & burn haya tantas maneras distintas de ver Televisiòn. Que suerte que las majors, tratando de escaparle a la huelga de ojos caídos de los espectadores tradicionales, publiquen las series completas apenas terminada la última temporada, permitiendo de este modo la glotonería de ver 24 capítulos (una temporada completa) en 2 o 3 días. Cuando la limosna es tan grande, a veces da para aprovechar.
Mi enamoramiento de las series de la segunda e´pioca dorada de la TV es bien tardío. Descubrí 24 haciendo zapping recién en la cuarta temporada. Ví Los Sopranos a los saltos y entrecortadamente a voluntad del programador, y asi me pasó con la mayoria de las series, hasta que decidí que la mejor forma de verlas era programándolas yo mismo, y ahí me tragué varias temporadas seguidas de 24, para descubrir (¿cuando no?) que las primeras siempre eran mejores que las últimas (la séptima realmente es mala mala).
Hace pocos dias me compré en Madrid la Primer Temporada completa de Mad Men, y fue un placer inusual haberla podido verla entera a voluntad. Pero si había una serie a la que le tenìa ganas, y haberla visto a los saltos con publicidad, me había arruinado la experiencia se trataba de Lost.
Asi que aprovechando esta estancia larga y placentera en Rincon de Milberg, mé tomé días de semana y feriados por igual para tragarme de un solo saque la primer temporada completa, y paralelamente, gentileza de la Wikipedia, la Lostpedia y los recursos de la red, ponerme a entender un poco mas como funciona Lost y porque a los que somos sus fans nos gusta tanto verla.
2. Creadores vs guionistas. Universos de ficción y como pensarlos
En el cine guión y calidad casi van de suyo. En la TV la ecuación es bastante mas compleja porque si bien los directores son mucho menos importantes que en el cine, la otra pata también cojea. Los guionistas tienen poco margen de maniobra ya que existe una tercera entidad, llamémosla creadores, que en el caso de Lost son J.J.Abrams y Damon Lindelof, quienes con unas breves pinceladas, de apenas 30 minutos, generaron esta increíble maquina de producir misterio, suspenso, atención y sobretodo empatía, como ha sido Lost a lo largo de los últimos 5 años y que culminará con la sexta temporada en el 2010.
Reiterando la tesis del equilibrio puntuado, esta vez para la generación de una impresionante saga de 110 capítulos, les cupo a esos mastermind múltiples funciones. No solo coordinaron al grupo de guionistas, plantearon las tramas principales y escribieron o reescribieron los guiones sino que, -al menos en Lost y en muchas otras series de esta segunda era dorada de la TV- los creadores no solo han generado ristras de imágenes o historias. Antes bien han inventado un universo de ficción.
Como bien dice Oliver Perez Latorre en el ensayo seminal “El bucle del arrepentimiento: sobre la construcción del universo de ficción en Pedidos” incluido en la maravillosa compilación de nuestra amiga Cascojosa Virino La Caja Lista: Televisión norteamericana de culto. Madrid, Laertes, 2007) el universo de ficción es una macroestructura narrativa donde caben no una sino múltiples historias posibles.
Un universo de ficción se compone de un mundo central o de referencia y una serie de mundos posibles, que constituirán diversas alternativas narrativas, independientemente de que tengan lugar finalmente en la serie.
Los autores construyen el mundo de referencia del mundo de ficción, elementos básicos del programa y reglas narrativas (siempre la misma estructura de reglas simples que genera mundos complejos) que seguirán los guionistas y que serán las que finalmente veremos los espectadores.
Los creadores diseñan el juego y los guionistas y el resto del equipo de producción juega la partida. En su análisis Perez Lattorre se enfoca en dos misterios, la serie en si, el misterio de la isla y los números que dan cuerda al mundo: 0 4 8 15 16 23 42 y el otro -mas interesante aun para nosotros como mediologos, el de la creación del universo de ficción de Lost.
Para lo cual se apoya en dos textos de base muy complejos y muy ricos a la vez como son el de Lubomir Dolezel Heterecosmica: ficcion y mundos posibles (Arco Lirbos, 1999) y el de Thomas Pavell Fictional worlds (1986) que brindan fantásticas pistas para repensar Lost
3. Una frase generativa de las buenas. Como 30 minutos se transformaron en 110 capítulos
Como todo proyecto generado por una cadena comercial, entre la intuición y la filmación pasaron infinidad de cosas. Sobretodo porque Lost ha sido una de las series mas caras de la historia, al punto de que los dos primeros episodios costaron cerca de 14 millones de dólares y cada uno de los restantes nunca bajó de los 4 millones, en parte porque la serie está filmada en Oahu, Hawaii y mueve a una cincuentena de actores y quien sabe cuantos técnicos y logística.
Curiosamente el comienzo fue muy puntual y acotado. Entre el grupo inicial que gestó el universo de ficción estaban los creadores J.J.Abrams y Damon Lindelof, los guionistas de Alias , Jeff Pinker & Jesse Alexander y el productor Bryan Burk mas un grupo de asesores. En solo media hora la gran maquinaria de ficción había sido mas que aceitada y las 5 o 6 temporadas que tardaría un quinquenio en desenrrollarse ya estaban delineadas.
Los elementos fundamentales de todo mundo de ficción se dividen según Doelezel en motivos estaticos y en motivos dinamicos. Para Chatman la divisoria pasa entre existentes (personajes, espacios y temporalidades) y eventos (estados, sucesivos y acciones). Independientemente de que esquema analítico usemos todos los datos están a alli a la vista.
Concordantemente en esa reunión fundacional se definieron los elementos centrales de la serie: espacio, personajes, temporalidad, situación inicial, situación final, acontecimientos intermedios importantes y las acciones básicas de los personales.
“Plane crashes into the ocean and several survivors wash ashore on a desert island”. Que una linea como ésta pudiese generar 110 episodios y despertara una Lostmania que tardará en acallarse, no era anticipable ni por el propio J.J.Abrams quien al principio dudó bastante acerca de la viabilidad de una serie con tan poca materia prima como disparador.
La levadura provino es claro de algunas modalizaciones sobre la frase original. ¿Y si la isla no fuera solo una isla? ¿Y si los supervivientes encontraran una escotilla en la isla? ¿Y si encima un ruido ensordecedor, humo y mucho misterio rodeara una amenaza desconocida dentro de la isla? Opciones tales seguramente ampliarían las posibilidades narrativas hasta limites impensables en la frase original.
Ese es el misterio de la isla que se compuso en la serie con el misterio de los personajes, obligados a comportarse de maneras concretas en situaciones harto especiales. Todo desde la concepción ayudó a tejer relaciones y conexiones entre los personajes de una riqueza inusuales.
Un vuelo internacional aseguró un punto de partida multicultural y heteróclito. Curiosamente en la idea original tampoco hubo mucho detalle que pintara a los personajes, dejados sabiamente, para autoinventarse a medida que iba transcurriendo la serie al punto tal de que la identidad de cada uno también se delineó en una frase “Kate: nuestra heroína. Veinti-muchos años o treinta… Sayid Iraquí. Estuvo en el ejército. Shannon Chica del estilo París Hilton.
4. Orden, instinto y algo mas y Los motivos dinámicos
En la Primer Temporada (única que vi completa hasta ahora), no sabemos gran cosa acerca de los protagonistas ni al principio ni al final, ya que la información se dosifica a través de los flashbacks, un mecanismo crucial para la puesta en marcha de Lost. En cuanto al estado final si se hubiese agotado en la Primer Temporada no hubiese habido 5 temporadas mas. Se cumple aquí a rajatabla la sentencia de Ballo y Pérez en Yo ya he estado aquí. Ficciones de la repetición para quienes la serialidad televisiva es una ficción infinita de sucesos intermedios.
Hay es claro al final de la Primer Temporada una acción final gancho como es la voladura de la escotilla, pero la acción mas interesante común a todos los personajes que resulta esencial a la estructura de Lost es el recuerdo a través de los flashbacks.
Así como el tiempo real es determinante en 24, ese rol en Lost lo juega el flashback que no solo “rellena” a los personajes, creándoles historias, sino que lo hace con tal fuerza, que hasta le quita trascendencia al mero hecho de sobrevivir en la propia isla. Mientras que en 24 lo que lleva la fuerza narrativa es el presente, en Lost lo es el pasado.
Que el mismo hecho, el accidente de avión, sea contado por distintos protagonistas según su particular punto de vista, en vez de aburrirnos nos ofrece un caleidoscopio, a lo Rashomon, mas que interesante, y como todos los personajes están siempre divididos entre el recuerdo y el presente, la pregunta que se impone es ¿qué tipo de narraciones genera el universo de ficción de Lost?.
Según Pérez Latorre hay dos tipos de relatos fundamentales sobre el tema del naufragio y la isla: aquellos donde los hombres trasforman la naturaleza hostil y desconocida, y aquellos donde el espacio es el que transforma al hombre. En el primero tenemos culturalización, en el segundo naturalizacion. Los ejemplos canónicos que da Perez Latorre son Dos años de vacaciones (1888) de Julio Verne como culturalización exitosa y el mucho mas conocido El Señor de las Moscas (1954) de William Golding que termina con chicos torturados y asesinados y con el experimento social totalmente fallido.
Lost no está ni en un extremo ni en el otro. Si bien hay conflicto, odio y lucha (culminando en la Primer Temporada con la tortura de Sawyer a manos de Sayid “autorizada” por Jack) el relato oscila permanentemente entre los dos extremos anteriores. La trama no se identifica con una voluntad de organización social, y tampoco con lo puramente instintivo. Por ello conviene retomar el mecanismo básico que hace funcionar Lost, el recuerdo a través del flashback. La acción fundamental de los supervivientes es el recuerdo, y no cualquiera sino un tipo muy específico de recuerdo determinado/determinando el universo de ficción de Lost.
5. Un universo de algunas preguntas posibles, y de otras simétricamente excluidas. Gran poder gran del Flashback
Todo tenemos una miríada de recuerdos diferentes, pero en los extremos éstos pueden ser o confesables o inconfesables. Lamentable (¿o afortunadamente?) en Lost prevalecen solo los recuerdos inconfesables determinados por el Flashback. Los que fueron determinados por los creadores y no por los guionistas.
Mas aún. Si bien los recuerdos inconfesables pueden ser de intimidad o de arrepentimiento, los creadores decidieron que los recuerdos mortificantes siempre definieran una falla de carácter de los protagonistas, y por lo tanto que su recuperación en el presente de las coordenadas de la isla sirviera de arrepentimiento.
En uno de los episodios finales de la Primer Temporada uno de los personajes principales se pregunta, qué culpa están expiando en la isla. Todos los protagonistas se lamentan, sueñan con un pasado diferente, y se imaginan como hubiese sido una vida mejor. Casi todos tienen mucho que ocultar, o perdieron (y sufrieron) mucho antes de subir al avión.
La denuncia que hizo Jack del alcoholismo del padre, que lo llevó a cortar una arteria y matar a una mujer embarazada, terminó a su vez con la muerte solitaria y alcoholizada de su padre en Australia. Charlie mero bajista de Drive Shaft, y la decisión de su hermano -el verdadero protagonista- de abandonar los excesos de la banda y convertirse en padre modelo, lo llevaron a un consumo insano de heroína. Kate era una estafadora profesional, pero al transgredir uno de sus amantes de turno la orden de sin heridos, ella misma termino baleando a sus compañeros de aventuras, ademas de llevar a la muerte a su gran amor de juventud, ya casado y con una beba. Sawyer el bravucón, fue engañado por un socio de avería, y terminó cometiendo un crimen por encargo, cuando lo único que quería era vengar el suicidio inducido de su padre -que previamente había asesinado a su madre- a manos de otro estafador de ley. Sayd torturó en Irak y volvió a hacerlo en La isla.
La estrategia del flashback opera como un auténtico paradigma que permite hacerse ciertas preguntas y descartar otras, tomar algunas respuestas como verosímiles e ignorar otras por impertinentes. El flashback obliga a preguntarse ¿Qué es lo que ocurrió? ¿Cómo hemos llegado a esto? ¿Cuál es el secreto de los personajes?
Lo curioso es que estas no son las preguntas que uno se haría normalmente alrededor de los universos de ficción de islas desiertas, que siempre están atenazados por la curiosidad acerca de si serán rescatados o no, y de como se organizarán para sobrevivir.
Pero aunque Lost no comulgue con ese género si lo hace -nosotros decimos que lo hace- con las ficciones post-apocalipticas, relatos en donde hay que empezar desde cero, y donde también hay un amplio espacio para al arrepentimiento. En estas ficciones los condenados a sobrevivir -a diferencia de los habitantes de Macondo-, tienen una segunda oportunidad sobre la tierra. A grandes crímenes grandes expiaciones parecería ser el leit-motiv en este caso.
A diferencia de los naufragios, los sobrevivientes de los Apocalipsis son corresponsables de su destino. Pérez Latorre encuentra muchos paralelos con clásicas obras de ciencia ficción pero en particular con Barbagris (1964) de Brian Aldiss. Allí la naturaleza ha recobrado el terreno perdido, ya no nacen chicos como en Hijos del Hombre, aunque sabiamente deja el ansia clasificatoria del genero al que Lost finalmente rendirá pleitesía para cuando la serie haya finalmente culminado.
6. El cine de insularidad y el placer de la repetición
Los críticos cinematográficos tienen costumbres que nosotros ni imaginamos, como por ejemplo clasificar a las películas en la categoría aquellas que transcurren (filmadas) en islas (como Stromboli de Rossellini, Un Verano con Mónica de Bergman y L’avventura de Antonioni.
El aislamiento, el ensimismamiento, los problemas y dificultades generan relaciones personales y estéticas muy distintas a las tradicionales. Y también permiten imaginar transcursos narrativos tan poco comunes como ellas.
El universo de ficción de Lost es una máquina de generar arrepentimiento en forma cíclica. Pérez Latorre recurriendo nuevamente a esos autores tan brillantes como son Ballo & Perez, reencuentra una distinción de Kierkegaard en el donde el filòsofo danés opone la repetición al recuerdo. Para este augusto triunvirato K/B&P/PL la repetición hace feliz al hombre porque se recuerda avanzando, mientras que el recuerdo lo hace desgraciado porque se repite retrocediendo.
Aquí tocamos un punto exquisito en donde Lost se convierte en una melodía filosófica, debidamente registrada en varios de los libros citados mas abajo. El consumo de series de TV (llevado al paroxismo en estas cajas de 6 o 7 DVD, que permiten darnos panzazos audiovisuales sin parar) está harto ligado al placer de la repetición, en oposición al recuerdo.
Pero en el caso tan especial de Lost lo que se repite es el recuerdo. En forma semejante, por otros motivos, a lo que sucede en 24, por un lado Lost obedece ciegamente a la clásica temporalidad cíclica de las series televisivas, y al mismo tiempo intenta dinamitar la noción de ciclo.
Este no remite a lo cotidiano, a lo previsible sino que es generado por el flashback convertido en una máquina de arrepentimiento, por lo cual lo cotidiano en vez de celebración siempre termina como tragedia
Cierra su fascinante excursión Pérez Latorre con una hipótesis que suscribimos enteramente acerca de la correlación entre las contradicciones de la ficción como reflejo de las nuestras y de las sociales. Si es así la cosa las preguntas que series como Lost levantan son inescapables ¿Debemos arrepentirnos? ¿De que errores? ¿Los nuestros, los vuestros, los suyos? ¿Estamos repitiendo avanzando o repitiendo retrocediendo? Las preguntas brotan como ramilletes, nuestras dudas hacen espejo a la serie. Lo que parecía una pasatiempo bobo o inconsecuente esta tejido de la misma estopa que el confuso y sordido mundo real y nuestros intentos dessperados por entenderlo.
7.Cuentos visuales
Como bien se dio cuenta Kevin Carr en “Lost: The Complete First Season”DVD Review, Lost es la primer serie de TV que alcanza el nivel máximo de una novela en el medio visual. Para Carr -como para muchos otros incluyéndonos a nosotros, Lost no es una serie de televisión sino una serie de libros. La primera temporada fueron 25 capítulos (de un libro) imperdibles. Y que contento me pone saber que tengo por delante como 80 o 90 mas.
La estructura del flashback de la que hablamos tanto mas arriba permite delinear personajes con una profundidad inusual en el cine y en la TV y mas propios de las novelas tradicionales.
Lost barre así un arco que une cultura popular y alta cultura, lo cíclico y lo episódico, lo escritural y lo audiovisual, mostrando como la videografía también puede ahondar en la psicología lindando en ocasiones con la metafísica, sin perdida de calidad y profundidad, y sobretodo con un poder empático de la imagen al que muchas veces aludieron Deleuze y Cabrera
Sabíamos que el cine podía hacer filosofìa de calidad. Ahora lo comprobamos una vez mas con la Televisiòn. La Televisión sirve para pensar y Lost (igual que Los Sopranos, que 24, que House) descolla en la tarea.
Referencias
Ballo, Jordi y Pérez, Xavier Yo ya he estado aquí. Ficciones de la repetición para quienes la serialidad televisiva es una ficción infinita de sucesos intermedios. Barcelona, Anagrama, 2005.
Carr, Kevin Lost: The Complete First Season”DVD Review
Dolezel, Lubomir Heterecósmica: ficcion y mundos posibles. Madrid, Arco Libros, 1999.
Pavell, Thomas Fictional worlds. Harvard University Press, 1989.
Perez Latorre, Oliver “El bucle del arrepentimiento: sobre la construcción del universo de ficción en Pedidos” en Concepción Cascojosa Virino (ed) La Caja Lista: Televisión norteamericana de culto. Madrid, Laertes, 2007.
Documental Perdidos Primera Temporada séptimo DVD de la colección.
Adicionales
ABC de Lost
Unofficial fansite
Asian Stereotypes Lost or Found in the Television Series Lost?
Roberta Pearson (ed) Reading Lost
Perspectives on a Hit Television Show Disponible desde mediados de abril
The Literature of “Lost” and the Quest for Justice, Dos cursos enseñados por Eduardo Velasquez, associate professor of politics at Washington & Lee University
The Future is “Lost”: Economic, Social, and Technological Impact of a Cult (and Cultural) Phenomenon curso dictado por E.J. Kalafarski & Chadwick Matlin en el Tufts Experimental College.
Sharon M. Kaye (Editor) Lost and Philosophy: The Island Has Its Reasons
Christian Piatt Lost: A Search for Meaning
Lynnette Porter & David Lavery Unlocking the Meaning of Lost: An Unauthorized Guide
Lista de libros leídos por los protagonistas de Lost