Reflexiones sobre el dengue

Comparto con uds el artículo de Javier Souza Casadinho, Docente de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires.

Esta nota fue originalmente publicada en el Newsletter “Ambiente y Medio” de Sergio Federovisky


En mayor o menor medida los medios de comunicación se han hecho eco de la epidemia (1) de dengue que asola a nuestro país. Ahora bien más allá de enumerar los casos por provincia y las consecuencias sobre la salud , las prácticas de eliminar focos de agua domiciliarios y sobre el avance de las fumigaciones poco se ahonda sobre las causas de este fenómeno y lo que es más importante sobre las consecuencias que las fumigaciones masivas pueden tener sobre la salud de las comunidades afectadas por el dengue y por las dichas pulverizaciones , la mayoría de las veces realizadas de manera desaprensiva, eso es sin tener en cuenta el entorno de donde se realizan.

1- ¿Cuáles pueden ser las causas de la expansión de la enfermedad?

Las causas son múltiples pero se relacionan entre sí.
Como se sabe el progreso de la enfermedad tiene que ver con la expansión de las zonas de distribución y las posibilidades de supervivencia del mosquito Aedes aegypty, ambas se hallan relacionadas con el modelo agrícola vigente y el cambio climático, estas a su vez vinculadas entre sí.

Si bien es posible hablar de la multicausalidad de las enfermedades es indudable que el modelo productivo basado en el monocultivo de soja transgénica, la utilización de herbicidas, fungicidas e insecticidas posee su impacto en la tasa reproducción y supervivencia del vector.

En primer lugar la deforestación y quema de bosques y montes, para dedicar las tierras al cultivo de soja, ha determinado la migración de los mosquitos hacia otras zonas donde han encontrado condiciones óptimas para su supervivencia.

En este caso también posee una notable influencia el cambio climático en especial la elevación de las temperaturas y el cambio en las condiciones de humedad. Los huevos embrionarios pueden resistir temperaturas extremas manteniéndose viables entre 7 meses a un año (Almirón, W, 2006) (2). Dado que en sí mismos los monocultivos son insustentables requieren la utilización creciente de insecticidas y herbicidas con los cual no solo impactan en la supervivencia de los insectos sino en la de sus enemigos naturales.

2- ¿Cómo se relaciona la utilización de plaguicidas con las condiciones de supervivencia del insecto?

Por un lado la utilización de plaguicidas en especial los insecticidas 2, 4 D y Glifosato y de insecticidas como el Endosulfan impactan en el desarrollo de los enemigos naturales de los mosquitos, en este caso sapos y peces que devoran tanto a larvas como a insectos adultos.

Estos plaguicidas pueden impactar directamente como así también provocar alteraciones en su desarrollo embrionario (3) y en el sistema nervioso, alterando sus posibilidades de supervivencia. Incluso existen investigaciones sobre alteraciones en el sistema inmunológico de estos animales relacionada con el incremento en la concentración de plaguicidas en el agua de ríos, estanques y lagunas. En este caso esa alteración inmunológica los vuelve más vulnerables frente a bacteria y parásitos.

Un estudio realizado sobre cursos de agua en la provincia de Buenos Aires (Agostini, 2005) (4) se ha comprobado el impacto de las mezclas de plaguicidas sobre la supervivencia de anfibios. Especialmente son importantes los efectos sobre las etapas iníciales de la vida de estos organismos, estado larval. El impacto no letal puede tener consecuencias sobre las condiciones de crecimiento y desarrollo de estos organismos.

Por otra parte el incremento en la frecuencia de aplicación como así también en las dosis de estos productos determina la aparición de resistencias genéticas. De esta manera cuantos más químicos se utilizan más resistencias adquieren los insectos. Resistencia que se transmite a las generaciones futuras del insecto. Dicha resistencia puede revestir una doble modalidad: a- la capacidad del insecto de detoxificar – romper, desdoblar- la molécula del plaguicida transformándolo en una sustancia menos peligrosa y b- la posibilidad de generar un exoesqueleto – protección externa de los insectos – más duro con lo cual es más difícil que el plaguicida penetre en el cuerpo. En ambos casos, y siguiendo la concepción darwiniana, de que los más aptos sobreviven, en unas pocas generaciones todos los mosquitos desarrollan resistencia.

En esta situación las dosis normales del plaguicida se tornan ineficaces. Por lo generar el incremento en las dosis, el recambio por productos más tóxicos e incluso el aumento en la frecuencia de aplicación; solo refuerzan el problema.

3- ¿La ampliación de la zona de distribución del mosquito se relaciona con el cambio climático?

Se puede afirmar que sí. El cambio climático que se manifiesta a partir de una elevación de la temperatura y de las condiciones de humedad han propiciado tanto la ampliación de la zona de distribución como el incremento del número de generaciones anuales del mosquito y por ende mejores condiciones para la expansión de la enfermedad.

Ahora bien el cambio climático no ha ocurrido naturalmente o por azar, por el contrario se relaciona tanto con el incremento en las actividades industriales, los transportes, la quema de bosques que generan dióxido de carbono como con el descenso en la superficie cubierta por árboles, que absorben ese compuesto. De nuevo hallamos una relación entre el modelo de producción agrícola y la expansión de la enfermedad.

4- ¿Es efectiva la utilización de plaguicidas para disminuir las poblaciones de los mosquitos?

La experiencia demuestra que utilizados aisladamente no resuelven el problema. En primer lugar se debe tener en cuenta que las enfermedades transmitidas por vectores se hallan influidas por múltiples elementos y que centrar las estrategias de control en el ataque químico del vector resulta un enfoque restrictivo e ineficaz. Por lo contario se requiere tomar el problema de manera holística y sistémica incorporando elementos de orden social, geográfico, ambiental y cultural en las estrategias de manejo (Souza Casadinho, J. 2007) (5).

Los plaguicidas solo pueden acabar con las larvas o los adultos que son alcanzados en las aplicaciones, pero como ya fue mencionado los insectos pueden adquirir resistencias. Además los mosquitos, aunque no se dispersan a grandes distancias, pueden alcanzar los 800 metros en sus vuelos (Almirón, W, 2006) (6). En este caso los adultos que no alcanzados por los plaguicidas, pueden distribuirse en el ambiente.

5- ¿Los plaguicidas utilizados poseen impacto en la salud de las personas?

Si. Aunque se los presente como de “bajo impacto”, “inocuos” “amigables con las personas“, los tóxicos utilizados pueden presentar impactos en la salud de la población alcanzada directamente o por vía indirecta a partir de la contaminación del agua, alimentos, ropa, etc.

En este caso se debe destacar que los plaguicidas son clasificados según su toxicidad específica – potencialidad de causar daño – en cinco categorías, desde los extremadamente peligrosos hasta los productos que “prácticamente no ofrecen peligro”. Muy pocas veces en su categorización se tienen en cuenta las condiciones sociales y ambientales de aplicación, las cuales pueden tornar muy peligroso a un producto clase IV (que normalmente no ofrece peligro) (Souza Casadinho, j. 2005) (7).

Se debe resaltar que en ocasiones las fumigaciones se realizan sin notificar a las comunidades afectadas con lo cual las mismas se hallan expuestas a las partículas del tóxico (8). Además de contaminarse las fuentes de agua, estanques, aljibes, etc. Los daños en la salud de los tóxicos utilizados en las campañas contra el dengue, en general plaguicidas que poseen clasificación química piretroide, pueden manifestarse rápidamente, síntomas agudos o por lo contario manifestarse mucho tiempo después de ocurrido el contacto , síntomas crónicos.

Ente los síntomas agudos se hallan; el hormigueo en los parpados y en los labios, irritación en los ojos y en las mucosas, estornudos, vómitos, escalofrió. Entre los síntomas crónicos se hallan, ampollas en la piel, inflamación en los pulmones, disrupción hormonal (9, 10 y 11).

6- ¿Existe una aplicación correcta o segura?

No. Aunque como en la aplicación de cualquier tecnología, se puede reducir el riesgo durante la aplicación, son tantas las variables que se deben tener en cuenta que el uso seguro es muy poco probable de llevar a la práctica.

En los plaguicidas se da el caso de investigaciones sobre efectividad, seguridad de uso y aprobación en situaciones ideales – el laboratorio – para luego ser aplicados en situaciones reales , en las cuales las condiciones económicas – la presión del mercado- , las condiciones climáticas, el acceso a la información suelen influir en las verdaderas condiciones de uso.

Los plaguicidas se aplican sin un conocimiento adecuado de su peligrosidad, de apuro, con personas realizando tareas en las inmediaciones. La venta de productos fraccionados, la escasa información existente en los marbetes, la inexistencia de equipos de protección, la inexistencia de capacitación efectiva de quienes los aplican, resultan a las claras la mejor evidencia de que las condiciones de uso recomendadas no son llevadas a la práctica.

7- ¿Es conveniente fumigar el interior de los domicilios?

Es una técnica de control muy peligrosa dado que los plaguicidas pueden alcanzar la fuentes de agua, la ropa, los alimentos, las alacenas, las mesas, las sillas, etc., con lo cual pueden indirectamente alcanzar a las personas que las habitan.

En este caso las partículas del plaguicida pueden quedar adheridas por un lapso de tiempo a diversos enseres domésticos causando problemas de salud a quienes ingieran, toquen o utilicen los elementos contaminados. Además, como por lo general se utilizan dosis de aplicación más altas que las recomendadas, la peligrosidad en su utilización se incrementa (Souza Casadinho, Javier, 2005) (12).

8- ¿Cuál puede ser la estrategia para prevenir el dengue?

Resulta obvio que las condiciones de vivienda, infraestructura sanitaria y saneamiento ambiental constituyen factores de importancia en las condiciones de vida y reproducción de los insectos y por ende deben ser tenidos en cuenta en las estrategias de manejo. Respecto a los factores sociales hay que tener en cuenta las características de la población, sus hábitos, costumbres y niveles de organización. Se debe tener en cuenta que cualquier medida puede resultar ineficaz si no se logra una reducción sustancial en las condiciones de pobreza junto a una evaluación continua y permanente tanto del proceso puesto en marcha como en el monitoreo de la enfermedad.

Entre otras pueden encararse las siguientes medidas;

  • Realización de monitoreos epidemiológicos con participación de la comunidad.

  • Estratificación epidemiológica y clasificación en zonas de riesgo a las comunidades afectadas

  • Drenar ríos y fuentes de acumulación de agua – Entubamiento de fuentes de toma de agua y desagües.

  • Mejoramiento en las condiciones de vivienda, en especial el aprovisionamiento de agua y la colocación de mosquiteros.

  • Tapar pozos en calles y rutas

  • Controlar y mejorar los sistemas de riego

  • Incluir hongos y bacterias en la lucha biológica. Por ejemplo la utilización de bacterias como Bacillus thuringiensis para el control de las larvas de los mosquitos.

  • Utilización de mosquiteros solos o impregnados con bajas dosis de plaguicidas.

  • Evitar la utilización masiva de plaguicidas

Notas:

1. Cuando una enfermedad o evento relacionado con la salud, supera o excede la frecuencia usual en una población específica, en un lugar y en un período de tiempo determinado, se habla de epidemia o brote. Zulma Ortiz, y otros. – Modulo Nº 6 de epidemiología básica y vigilancia en salud. 2005. Ministerio de salud de la Nación. Bs As, Argentina

2. Almiron, Walter y Rossi, Gustavo. 2005. Artrópodos de interés médico en Argentina. 2005. Capítulo 11 Mosquitos. Fundación Mundo Sano. Bs. As. Argentina.

3. Ronco A. y otros. 2008. Integrated approach for the assessment of biotech soybean pesticide impact on low order stream ecosystems of the Pampasic region. En ecosystem Ecology Research Trends. Pp 209.239 Nova Science Publisherc. Inc.

4. Agostini y otros. (2005) Efecto de la aplicación de pesticidas sobre larvas de anuros utilizando experimentos de campo. III Congreso de Limnología. Cal III. Chascomús. Sociedad Argentina de Limnología.

5. Souza Casadinho, Javier. 2007. Los contaminantes orgánicos persistentes. Los plaguicidas clorados y sus alternativas. CETAAR- Secretaria de ambiente y desarrollo sustentable. Buenos Aires. Argentina.

6. Almirón, Walter y Rossi, Gustavo. 2005. Artrópodos de interés médico en Argentina. 2005. Capítulo 11 Mosquitos.

7. Fundación mundo sano. Bs. As. Argentina.

8. Souza Casadinho, Javier. 2005. Los plaguicidas y los niños. CETAAR ediciones. Marcos paz. Argentina Tal como ocurrió en Quimilí, Santiago del Estero, el día 1 de abril de 2009.

9. RAPAL. Revista Enlace nº 44- abril de 1999. Lima. Perú.

10. Mujeres campesinas e indígenas. Por un trabajo decente y un mundo libre de plaguicidas.2006. RAPAL. Santiago de Chile.

11. Plaguicidas alteradores Endocrinos. Revista Enlace Nº 73. Santiago de Chile. Chile.

12. Souza Casadinho, Javier. 2005. Los plaguicidas y los niños. CETAAR ediciones. Marcos Paz. Argentina

Poniendo condones (Y tratado de forro a León)

El Ministerio de Sanidad de España lanzó una campaña de publicidad para combatir el Sida y los embarazos no deseados. La campaña “Yo pongo condon”. El sitio tiene una sección de descargas en donde se puede acceder gratuitamente a las canciones, ringtones y videos de la campaña

Según el ministerio los adolescentes españoles cada vez se inician sexualmente y los embarazos adolescentes se incrementó de un 3 por mill en 1997 a un 6,3 por mil el año pasado.

Aquí se puede ver el spot televisivo:

La iniciativa es muy buena. Pero, ¿La creatividad? Es una copia casi literal de “Ojo con los Orozco” de León Gieco.

Les dejo el video para que se diviertan un rato mientras corroboran la falta de ingenio de los creativos españoles.

MobileActive08

La semana pasada estuve en Johannesburgo, Sudáfrica en el evento MobileActive08, donde más de 370 participantes de 45 países del mundo nos juntamos para compartir experiencias y datos sobre las posibilidades y utilizaciones de la telefonía celular como motor del cambio social.

Durante las sesiones y los workshops se trataron distintos temas diversos como agricultura, salud, aplicaciones de encuestas para investigación, recaudacaión de fondos y sobre todo, lo que más me interesaba a mi, los usos para movilización e involucramiento público para campañas políticas y sociales.

A pesar de ser una disciplina muy nueva (la mitad de los asistentes declararon que tienen menos de dos años trabajando en el tema) está siendo muy utilizada y los beneficiaros de estos emprendimientos son muchísimos (Más de la mitad de los asistentes que estaban involucrados en llevar adelante esta tarea informaron que sus proyectos alcanzan directa o indirectamente a más de 10.000 cada uno).

Durante la conferencia participé de dos sesiones: Mobile Phones for Activism and Advocacy que compartí con Patrick Meier, uno de los fundadores de DigiActive. A continuación les dejo mi presentación:

Ring, Text and Money

View SlideShare presentation or Upload your own. (tags: mobileactive08)

Recomiendo leer la presentación de Patrick sobre todo los slides referidos a seguridad y los ejemplos de utilización de celular para documentar violaciones a los derechos humanos.

También compartí el panel de disertantes en la sesión Mobiles in Environmental Sustainability: State of the Art.

Para seguir enterado del tema, nada mejor que Mobile Active.

Crean unidades productoras de insulina a partir de células pancréaticas adultas

Científicos estadounidenses lograron reducir los niveles de azúcar en sangre de ratones diabéticos al emplear una técnica que transforma células comunes del páncreas en células productoras de insulina.

Foto: Flickr


Mediante una técnica llamada ‘reprogramación directa’, científicos del Instituto Médico Howard Hughes (HHMI, según sus siglas en inglés), en la Universidad de Harvard, lograron convertir células comunes del páncreas en unidades productoras de insulina en ratones diabéticos.

El trabajo, publicado el 27 de agosto en Nature, señala que el experimento convirtió cerca del 20 por ciento de las células exocrinas (especializadas en generar una variedad de enzimas digestivas), que componen el 95 por ciento del páncreas, en células betas productoras de insulina. Como consecuencia de ello hubo una reducción de los niveles de azúcar en sangre en los ratones.

El estudio estuvo dirigido por el doctor Douglas Melton. De acuerdo con un comunicado de prensa del HHMI, es la primera vez que los investigadores lograron cambiar la identidad funcional de las células adultas sin usar células madre embrionarias o técnicas que revierten la programación genética de la célula a sus primeros estadios, para luego diferenciarlas en células especializadas que pudieran reparar nervios, corazones u otros órganos dañados.

“Esto demuestra que se puede ir directamente desde un tipo de célula adulta a otro, sin volver al principio”, afirma Melton. Y agrega: “Se podría decir, por ejemplo, que es como transformar a un científico en un abogado sin enviarlo de nuevo al jardín de infantes”.

Cambio de identidad celular

Melton y sus colegas transformaron las células comunes del páncreas en células productoras de insulina usando un virus que transportó tres genes reguladores (Ngn3, Pdx1 y Mafa) al genoma de esas células.

Pese a que el trabajo es alentador, Melton señala que los resultados aún no tendrán aplicaciones médicas a corto plazo. Por el momento se trata de una investigación de ciencia básica. Tal como indican los autores del estudio, aún quedan preguntas por responder. Algunas de ellas son: ¿Qué otros tipos de células se pueden convertir en células betas? Dado que el uso de virus para transportar genes a pacientes humanos acarrea riesgos, ¿se puede lograr el mismo resultado con productos químicos u otras drogas?

Si bien este trabajo abre un campo nuevo de investigación, Melton asegura que los resultados obtenidos no invalidan de ninguna manera la necesidad de seguir investigando otras estrategias como aquellas que se basan en células madre obtenidas de embriones humanos o las que revierten la programación genética de la célula a sus primeros estadios a fin de lograr su especialización.

Fuente: Agencia CyTA-Instituto Leloir

Decodificador de ondas cerebrales

La posibilidad de generar una interfaz que permita controlar con el cerebro dispositivos tales como sillas de ruedas, robots y prótesis tiene un gran potencial.

Se hicieron testeos donde los monos mostraron una impresionante capacidad para controlar las extremidades de un robot utilizando implantes cerebrales, pero para lograrlo tuvieron que “recablear” sus cerebros a través de un entrenamiento especial.

Sería mucho más facil de usar, si se usaran las señales que naturalmente son utilizadas para coordinar lo que vemos con lo que tocamos. Pero nadie ha sido capaz de averiguar la forma en que la parte del cerebro responsable de la cordinación entre la vista y el movimiento, la corteza motora primaria, hace su trabajo. Incluso la grabación de la actividad de esta región del cerebro ha resultado difícil para los investigadores.

Ahora, John Donoghue y sus colegas en la Universidad Brown en Providence, Rhode Island, han diseñado un nuevo implante para facilitar esta tarea. Incluso crearon un software que convierte las ondas cerebrales en un código capaz de manejar un dispositivo externo.

El equipo probó el dispositivo en cerebros de monos, para medir como movían objetos. De esta manera, los investigadores construyeron una base de datos de las señales que podrían utilizarse para elaborar una estrategia de decodificación. El resultado es un implante cerebral que podrá traducir las señales producidas para mover una mano y utilizarlas para controlar un dispositivo externo. Si querés saber más podés leer la patente de este nuevo desarrollo haciendo click aquí.