Les adjunto una carta que el realizador americano Michael Moore escribió en relación a la guerra de Irak y su postura favorable a abandonar ya mismo el país invadido por las tropas norteaméricanas. Si bien tiene un par de meses me parece interesante para compartirla.
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Amigos,
El lunes fue el día en que hemos estado más tiempo en Iraq del que nos llevó toda la Segunda Guerra Mundial.
Así es.
Pudimos vencer a la Alemania nazi, a Mussolini y al Imperio japonés en MENOS tiempo del que le ha tomado a la única superpotencia mundial el asegurar la carretera desde el aeropuerto hasta el centro de Bagdad. Y ni siquiera hemos podido hacer ESO.
Después de 1.347 días, en el mismo tiempo que nos llevó avanzar a través de África del Norte, irrumpir en las playas de Italia, conquistar el Pacífico Sur y liberar toda la Europa occidental, después de tres años y medio ni siquiera podemos omar una simple carretera y protegernos de un artefacto casero de 2 latitas ubicadas en un agujero.
Con razón la tarifa del taxi desde el aeropuerto hasta Bagdad anda ahora en torno a los 35.000 dólares por un viaje de 25 minutos. Y eso no incluye un puto casco. ¿Son culpables nuestras tropas de este fracaso absoluto? De ningún modo, éste se debe a que ninguna cantidad de tropas o helicópteros o democracia a cañonazos jamás “ganará” la guerra en Iraq.
Es una guerra perdida, perdida porque nunca tuvo el derecho a la victoria; perdida porque fue iniciada por hombres que nunca han estado en una guerra, por hombres que se esconden detrás de otros enviados para luchar y morir.
Escuchemos lo que dicen los iraquíes según una reciente encuesta realizada por la Universidad de Maryland:
– El 71% quieren que USA se vaya de Iraq.
– El 61% APOYAN los ataques de la resistencia contras las tropas usamericanas.
Si, la mayoría de los ciudadanos iraquíes opinan que nuestros soldados deberían ser asesinados y descuartizados! Entonces ¿qué demonios estamos haciendo todavía allí? ¡Menudas indirectas!
Hay muchas maneras de liberar un país. En general, los residentes de ese país se sublevan y se liberan ellos mismos. Así es como lo hicimos nosotros. También se puede hacer mediante la desobediencia civil pacífica. Así es como lo hizo India. También puede lograrse que el resto del mundo boicotee un régimen hasta que se encuentre tan aislado que deba rendirse. Así lo hizo Sudáfrica. O también se puede esperar hasta que, tarde o temprano, las legiones del rey simplemente se retiren (a veces sólo porque hace mucho frío). Así es como lo hizo Canadá.
La manera que NO funciona consiste en invadir un país y decirle a la gente, “estamos aquí para liberaros”, cuando ellos no han hecho nada para liberarse a sí mismos. ¿Dónde estaban esos suicidas con bombas cuando Sadam los oprimía? ¿Dónde estaba la resistencia que planta bombas a la vera de los caminos mientras pasaba el convoy de Sadam? Supongo que el viejo Sadam era un déspota cruel, pero no lo suficiente como para que miles arriesguen el pellejo.
“¡Oh, no, Mike, no podían hacerlo, Sadam los habría asesinado!” ¿En serio? ¿No crees que el rey George mandó a asesinar a los colonos sublevados? ¿No crees que Patrick Henry o Tom Paine tenían miedo? Pero eso no los detuvo. Cuando decenas de miles no están dispuestos a derramar su propia sangre para derrocar a un dictador, eso debería ser la primera pista de que no van a estar dispuestos a participar cuando uno decide que va a liberarlos.
Un país puede AYUDAR a otro a derrocar a un tirano (eso es lo que los franceses hicieron por nosotros en nuestra revolución), pero después de ayudar uno, se va. Los franceses no se quedaron para decirnos cómo debíamos establecer nuestro gobierno. No dijeron, “nos quedamos porque queremos sus recursos naturales”. Nos dejaron con nuestros propios medios y nos tomó seis años antes de celebrar unas elecciones. Luego sufrimos una sangrienta guerra civil. Eso es lo que ocurre y la historia está llena de ejemplos así. Los franceses no dijeron, “ ¡Oh, deberíamos quedarnos en USA porque si no se van a matar entre ellos debido a ese asunto de la esclavitud!”
La única manera de que una guerra de liberación tenga posibilidades de éxito es que los oprimidos cuenten con el apoyo de sus propios ciudadanos – y con un grupo de Washingtons, Jeffersons, Franklins, Gandhis y Mandelas que los guíen. ¿Dónde están estos bastiones de la libertad en Iraq?
Esto es una broma y lo ha sido desde el principio. Sí, la broma ha sido para nosotros… pero con 655.000 iraquíes muertos como resultado de nuestra invasión (véase Johns Hopkins University).
Supongo que para ellos la broma es cruel. Al menos están liberados… para siempre. Así que no quiero escuchar ni una palabra más sobre seguir enviando tropas (despierta, USA, que John McCain está chiflado) ni sobre “redesplegarlas” ni sobre esperar cuatro meses para una “retirada progresiva”.
Sólo hay una solución para esto y es la siguiente: irnos. Ahora. Empiecen esta noche. Salgan de ahí lo más rápido posible. Aunque mucha gente con conciencia y buen corazón no quiera creerlo, aunque nos duela aceptar la derrota, no hay nada que podamos hacer para deshacer el daño que ya hemos causado. Lo pasado, pasado está. Si uno manejara ebrio en una carretera y matase a un niño, no podría hacer nada para revivirlo. Si uno invade y destruye un país, empujándolo a una guerra civil, no hay mucho que pueda hacer hasta que el humo se apague y la sangre se limpie. Luego, tal vez podamos enmendarnos por las atrocidades cometidas y ayudar a los supervivientes a regresar a una vida mejor.
La Unión Soviética abandonó Afganistán en 36 semanas. Así lo hicieron y apenas sufrieron algunas bajas mientras se iban. Se dieron cuenta del error que habían cometido y sacaron sus tropas. Siguió una guerra civil. Los malos ganaron, nosotros derrocamos a los malos y todo el mundo vivió feliz para siempre. ¡Ven! ¡Al final todo se soluciona!
La responsabilidad para terminar esta guerra recae ahora en los demócratas. El Congreso controla los hilos de la función y la constitución dice que sólo el Congreso puede declarar una guerra. Reid y Pelosi tienen ahora el poder para acabar con esta locura. Si no lo hacen, los votantes se pondrán furiosos. No estamos bromeando, demócratas, y si no nos creen, continúen la guerra sólo otro mes. Lucharemos contra ustedes más duro que cuando lo hicimos contra los republicanos.
La página inicial de mi sitio web tiene una foto de Nancy Pelosi y de Harry Reid, cada una de ellas hecha con un collage de fotos de los soldados usamericanos que han muerto en la guerra de Bush. Pero ahora está a punto de convertirse en la guerra de Bush y de los demócratas, a menos que haya cambios.
Esto es lo que exigimos:
1. Tráiganse las tropas a casa, ahora. No dentro de seis meses. AHORA. Desistan de buscar una forma de ganar. No podemos ganar. Hemos perdido. A veces se pierde. Ésta es una de esas veces. Sean valientes y admítanlo.
2. Discúlpense con nuestros soldados y enmiéndense. Díganles que lo sentimos que hayan tenido que luchar en una guerra que no tiene NADA que ver con nuestra seguridad nacional. Debemos comprometernos a cuidarlos de tal manera que sufran lo menos posible. Los que estén heridos física y mentalmente tienen que ser cuidados de la mejora manera y recibir una compensación económica significativa. Las familias de los caídos se merecen la mejor disculpa y será necesario sostenerlas durante el resto de sus vidas.
3. Debemos enmendarnos por la atrocidad que hemos perpetuado en contra de la población iraquí. Hay pocas maldades peores que iniciar una guerra basada en una mentira, que invadir otro país porque uno quiere lo que está enterrado bajo su territorio. Ahora muchos más morirán. Su sangre mancha nuestras manos, con independencia de por quién hayamos votado. Si uno paga impuestos, ha contribuido a los tres billones de dólares por semana que se gastan actualmente para llevar a Iraq al infierno en que se ha convertido. Cuando se acabe la guerra civil tendremos que ayudar a reconstruir Iraq. No seremos redimidos hasta que nos hayamos enmendado.
Para terminar, hay otro asunto que sé. Nosotros, los usamericanos, somos mejores de lo que se ha hecho en nuestro nombre. Una mayoría de nosotros estábamos enojados y molestos después del 11/9 y perdimos la cabeza. No pensamos con claridad y nunca miramos un mapa, ya que nos mantienen en la estupidez con nuestro patético sistema educativo y nuestros babosos medios de información.
No sabíamos que NOSOTROS éramos quienes estuvieron financiando y armando a Sadam durante muchos años, incluidos aquellos años en que masacró a los kurdos. Él era uno de los nuestros. No sabíamos lo que era un suní o un chiíta, ni siquiera habíamos escuchado esas palabras.
El ochenta por ciento de jóvenes (según la National Geographic) no son capaces de encontrar Iraq en el mapa. Nuestros líderes se aprovecharon de nuestra estupidez, nos manipularon con mentiras y nos asustaron mucho. Pero en el fondo somos buenas personas. Puede ser que seamos lentos para aprender, pero esa propaganda de “misión cumplida” nos sonó rara y pronto empezamos a hacer preguntas. Entonces empezamos a ser más listos.
Cuando llegó el pasado 7 de noviembre, nos enojamos y tratamos de corregir nuestros errores. Ahora la mayoría sabe la verdad. Ahora la mayoría siente una tristeza y una culpa profunda y espera que de alguna forma podamos deshacer el entuerto.
Por desgracia no podemos. Así que aceptaremos las consecuencias de nuestras acciones y haremos lo posible para no defraudar a los iraquíes si alguna vez deciden pedirnos ayuda en el futuro. Les pedimos perdón. Exigimos a los demócratas que nos escuchen y que salgan de Iraq ahora mismo.
Atentamente:
Michael Moore
www.michaelmoore.com m
mflint@aol.com
29 de noviembre de 2006