Culpame si querés
por resistirme al deseo
y por el temor absurdo,
a un irreverente amor.
Por no arriesgar
al encuentro de las pieles,
y al más profundo,
de las almas.
Por permitir al tiempo,
tirano destructor,
corromper nuestro juego
de pasión y seducción.
Pero por mirarte
como te miro,
no me culpes.
Por disfrutar tu presencia,
por gozar de tus sonrisas,
y de intentar despertar
algo mío en vos.
Por no querer nadie cerca
cuando estás vos.
Por soñar con un beso,
y un minuto de locura.
Por intentar reconstruir
lo que sabemos imposible,
te pido, Maga,
no me culpes.
Hernán
La fría noche del 1 de Junio de 2002