Ver a Charly.
Como siempre, una experiencia extrañamente placentera.
Está viejo. Desafina. Pero puede más que todos.
Los éxitos. Los nuevos. Y las reflexiones que entre humor mezclan la verdad sin más.
Su humor estaba intacto y la potencia también.
Precedido por Los Paralamas y toda su onda brasilera. La ternura que inspira la recuperación de Herbert Vianna es imparable. Como su música.
Saltar de nuevo escuchando “Inundados” me recordó mis épocas en el secundario.
Por hoy basta.
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