El acuerdo nuclear con Australia se aprobó.
Mejor dicho. Los diputados, traidores de la patria, lo aprobaron siguiendo sus ideales cipayos dictados desde Australia.
Lo escucho a Sebreli hablando de peronismo, como ayer lo escuché a Arguello hablando de Jauretche.
La verdad, ya no puedo creer la desfachatez de algunos.
Citar a algunos para decir lo que en su propia boca, suena como disparate.
No hay justificación para la infamia.
No tendrán perdón.
Ojala sus hijos sean los primeros en sufrir las consecuencias.
Cuando los interes personales se muestran arriba del interes por la comunidad se demuestra la carencia de calidad humana pero también la falta de sentido común, esa decisión va a fastidiarnos a todos y nos dejan sin oportunidad de hacer algo al respecto.