En junio comenzará la reunión anual de la Comisión Ballenera Internacional (CBI, o IWC por su nombre en inglés) en Alaska, EEUU. El año pasado, los países pro caza de ballenas dentro de este foro internacional ganaron la mayoría simple de votos por primera vez desde que se estableció la prohibición a la cacería comercial, 20 años atrás. Se espera que ahora usen esa mayoría para atacar esta vital protección a la cacería comercial, y el comercio internacional de productos derivados de ballenas.
El naturalista argentino Miguel Iñíguez es el delegado de nuestro país ante dicha Comisión desde 2002. Presidente de la Fundación Cethus, que representa a la Whale and Dolphin Conservation Society (WDCS) en Argentina, pintó una acuarela, en diálogo con Hoy, de esta situación que genera debate en sectores científicos y económicos del mundo.
-¿Qué acción o política se puede establecer para frenar la matanza de ballenas?
-En principio, se debe trabajar con las comunidades locales para que vean el valor que tiene el conservar los cetáceos. Para Latinoamérica, por ejemplo, el avistaje comercial (ballenas y delfines) es una de las actividades más importantes para algunas comunidades costeras, como Puerto Pirámides (Argentina), Baja California (México), Archipiélago Abrolhos (Brasil), etc.
Lo mismo se debe realizar en otras regiones en donde es importante mostrar la importancia de este recurso.
-¿Cuál es la ballena más cazada por los países pro balleneros, especialmente Japón?
-La ballena Minke de la Antártida.
-¿Hay censos certeros sobre la cantidad de especies que aún sobreviven?
-De algunas especies sabemos más que otras. Por ejemplo para la ballena Azul en el Hemisferio Sur se estiman 1.700 ejemplares únicamente, para la ballena Gris del Pacífico Occidental menos de 100 animales y para las ballenas Jorobadas del Hemisferio Sur no más de 10.000 ejemplares. Para la ballena franca austral en el Hemisferio Sur se estiman 7.000 ejemplares, mientras
que para la Franca del Norte se calculan no más de 300 ejemplares.
-¿Por qué este tema aparece y desaparece de la agenda mundial?
-Quizás se deba a lo complejo que es y a lo difícil de interpretar determinados aspectos. La opinión pública considera que las grandes ballenas están a salvo y esto no es así. Existen peligros para ellas, entre los que se consideran las capturas. A la Comisión Ballenera Internacional (CBI) en el año 2006 se reportaron 2.293 grandes cetáceos capturados.
-¿Cuáles son el rol y la posición de Argentina, en cuyas aguas se pueden avistar ballenas?
-Tiene un rol protagónico dentro de la CBI. Desde siempre ha tenido una postura conservacionista y en los dos últimos años ha asumido un compromiso importante a través de las dos reuniones celebradas en Buenos Aires en noviembre de 2005 y diciembre último, consolidando la postura regional ante la conservación de los cetáceos. También ha impulsado junto a Brasil y más recientemente con Sudáfrica la creación del Santuario de las ballenas del
Atlántico Sur.
-De liberarse la comercialización por decisión de la CBI, ¿cuál puede ser el escenario futuro?
-Corremos el riesgo que se lleve adelante la captura de poblaciones que se encuentren en peligro y que luego se las lleve a la extinción.
-¿Los buques que cazan las ballenas son también factorías?
-Existen los barcos arponeros y luego los barcos factoría. Quienes llevan adelante la captura son los arponeros que luego venden los ejemplares a los factoría.
-¿Son escuchados los reclamos de organizaciones como WDCS (Whale and Dolphin Conservation Society) o Greenpeace?
-Las ONGs dentro de la CBI no tienen ni voz ni voto. Sin embargo, el trabajo de ellas es esencial para que la opinión pública conozca la situación y esto si puede generar cambios en las actitudes de los gobiernos.
-¿Qué sensación le produce cuando ve las imágenes de una cacería de ballenas?
-No me gustan para nada. Prefiero verlas con vida.
Vos podés hacer tu campaña para que en la próxima reunión de la Comisión Ballenera Internacional sean más los países que voten a favor de la protección de las Ballenas entrando a http://whales.greenpeace.org/espanol