Si bien, partimos de un conflicto que se ha radicalizado, donde ambas partes están intransigentes en cuanto a sus posiciones, y donde falta solo una chispa para iniciar un incendio mayor, no hay una mejor salida posible que la negociación. Las partes deben juntarse y ponerse de acuerdo.
Para clarificar un poco la situación y aportar un granito de arena a la discusión les dejo dos notas interesantes sobre el tema de las retenciones al campo.
La primera nota fue realizada por el equipo redactor de “Marcha” (Club de Cultura Socialista de Neuquén) en base a un trabajo de Alberto J. Lapolla (publicado el 15-3-08 en www.desruralypoliticas.com.ar) y de la información periodística existente.
EL CONFLICTO DEL AGRO POR LAS RETENCIONES
1 ¿Qué son las retenciones, tema que ha generado el conflicto del campo?
Es el porcentaje que el gobierno retiene del precio de la exportación. Por ejemplo, de una exportación de u$s 100 con una retención del 30% significa que el exportador percibe u$s 70.
2- El porqué de las retenciones
Las materias primas que exporta la Argentina actualmente gozan de grandes aumentos en los precios internacionales motivados principalmente por la incorporación en China e India de importantes sectores populares a un consumo creciente. Si analizamos el índice del valor promedio de los precios de las materias primas exportadas en dólares (precios de 1996 = 100), que incluye soja, trigo, carne, maíz y algunos minerales pero no petróleo, gas ni derivados, en diciembre del 2001 era de 66 y en diciembre de 2007 alcanzaba los 180 (¡casi se triplicó en seis años!).
Si comparamos los precios de octubre de 2006 con octubre de 2007 nos encontramos que, en dólares, el trigo aumentó un 53%, la soja un 60% y el maíz un 20% (datos de “Mundo Cooperativo”, diciembre 2007).
Si no hubiera retenciones, los efectos principales serían
a) Un aumento de los precios internos de entre casi el 40% y el 50%, fundamentalmente en los productos de primera necesidad, que afectaría en particular a los sectores más pobres (eliminar una retención del 30% implicaría un aumento del precio interno de ese producto en un 43%).
b) Un aumento descomunal en la renta de la tierra. Implicaría un traspaso de riqueza del resto de la sociedad a favor de los propietarios de la tierra.
A estos dos argumentos que muestran la profunda equidad social de las retenciones cabe agregar otra: la rentabilidad actual del campo tiene mucho que ver con la política cambiaria: por ejemplo, en la Argentina la rentabilidad de la explotación de la soja es aproximadamente un 8% superior
a la del Brasil ¿Por qué razón esa ganancia, que procede de una política económica que afecta a todos los argentinos, debería beneficiar sólo a los dueños de la tierra?
3- ¿Cuales son las retenciones que generaron el actual conflicto del campo?
El gobierno anunció retenciones móviles (aumentan si aumenta el precio internacional, bajan en el caso contrario), lo que parece muy justo, y fijó las nuevas retenciones para 2008 según las cotizaciones actuales:
Poroto de soja pasó del 27,5% al 35%
Aceite y harina de soja 24% al 32%
Trigo 20% al 28%
Maíz 20% al 25%
Semilla de girasol 23,5% al 32%
Aceite y harina de girasol 20% al 30%
4- Las retenciones ¿Tiene otros objetivos de política económica?
Sí. Por una lado de equidad distributiva. El dinero de las retenciones que recibe la Nación se redistribuye mediante obras públicas, jubilaciones y pensiones, subsidios, etc. No hay que olvidarse que la industrialización argentina a partir de 1946 fue financiada por la renta agraria, merced a la nacionalización del comercio exterior resuelta por el gobierno de Perón (los precios de nuestras exportaciones después de la segunda guerra fueron record, algo similar a la situación actual).
Pero además es un importante instrumento para la planificación indicativa de la economía. Hay que tener en cuenta que el cultivo de la soja en grandes extensiones crea un puesto de trabajo cada 500 a 600 hectáreas mientras que las explotaciones agrícolas familiares generan 35 puestos cada 100 hectáreas. La “sojización” del agro no es beneficiosa para el país. Por otro lado, hay que procurar que la producción de granos se industrialice en el país, se convierta en alimentos de mayor valor agregado y se exporte como tal, dando trabajo y dejando valor acá (es el ejemplo que puso por TV el ministro Martín Lousteau: no es lo mismo exportar $100 en porotos de soja que convertirlos en alimentos de pollo y exportar milanesas acondicionadas para su consumo).
5- ¿Y la pobreza del campo, que los lleva a tomar medidas de fuerza?
El rendimiento de los campos es óptimo. Eso se refleja en los precios de los mismos: un campo maicero (Pergamino, Rojas) se vendía en el año 2003 a 2.500 dls la hectárea y a mediados del 2007 a 9.500 dólares; en el mismo lapso, un campo triguero (Tres Arroyos) pasó de 1000 dólares a 4.000. Y siguió aumentando: un hectárea en la zona sojizada de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe o Entre Ríos se vende entre 15.000 y 20.000 u$s y se arrienda, para hacer soja, a razón de 20 quintales la hectárea. Para dar un ejemplo, un propietario, sólo por arrendar 300 has recibe (sin invertir ni arriesgar un peso) recibe unos 570.000 pesos por ciclo sojero (Clarín Rural 15-3-08).
Estos precios muestran la elevadísima rentabilidad del campo.
Es cierto que hay sectores marginales (pequeños productores, arrendatarios, explotaciones en regiones menos favorecidas) que a veces no superan el nivel de subsistencia. Estos sectores, los del mítico “Grito de Alcorta” y de la en una época combativa FAA (Federación Agraria Argentina), a los que apoya el gobernador Binner, se han sumado a la Sociedad Rural y a los grandes capitales extranjeros en una lucha que -si tuviera éxito- va a beneficiar a estos, sus tradicionales rivales, y va a perjudicar a todo el pueblo argentino. La FAA parece haber olvidado sus dignos planteos de reclamo de tierras, de límites a la extensión de los latifundios, de cese y recuperación de las enormes cantidades de tierra extranjerizadas y de cambio general de la política agropecuaria.
La oligarquía terrateniente existe (aunque la señora Carrió y algunos medios interesados lo nieguen); los intereses de clase se pueden apreciar en “La Nación” y en los otros órganos de la “prensa seria”: cuando pobres o desocupados cortan las rutas claman por el derecho de la gente al libre tránsito. Hoy, ante piquetes similares, aplauden.
Actualmente 6.900 propietarios son dueños del 49,7% de la superficie cultivable y productiva del país; según el censo agropecuario del 2002, 936 terratenientes poseen 35.515.000 hectáreas (promedio de 38.000 cada uno) mientras que 137.021 agricultores poseen sólo 2.288.000 hectáreas (promedio de 16.7 has cada uno). El proceso de concentración y extranjerización de la tierra es preocupante: en 1966 habían 600.000 productores y hoy sólo restan 330.000.
Finalmente, hay que tener en claro que el ingreso nacional (el neto producido durante un año) se distribuye en: salarios, ganancias, intereses y renta. La renta corresponde al propietario de la tierra, generalmente ausente, por factores ajenos a su esfuerzo (no implica capital, trabajo ni riesgo alguno). Esa renta pertenece a todo el pueblo que con su trabajo la hace posible y no sólo a los propietarios de la tierra. Por eso los socialistas reclamamos la reforma agraria y la nacionalización del comercio exterior. Las retenciones no bastan, pero es algo. Reducirlas sería
reaccionario.
Como dijo el maestro Hernández Arregui, para la Sociedad Rural, “esa clase estéril e infecunda, siempre que el pueblo comió vio demagogia”.
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Porque luego de la última suba de retenciones, aplicada el 6 de noviembre de 2007, llegaron a ganar cifras exorbitantes, mucho más altas aún que las que reciben hoy. Por eso, aunque sean el único sector que aumentó su rentabilidad promedio cerca de un 40 por ciento en los últimos cinco meses, al ganar menos que en enero y febrero, afirman que fueron despojados de lo que les pertenece.
Esto no hubiese ocurrido si el Gobierno hubiese implementado el sistema de retenciones móviles en noviembre, ya que los productores jamás hubiesen disfrutado de precios tan altos, que generaron una fuerte suba de los alimentos.
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Soja
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Girasol
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Maíz
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Trigo
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Octubre 2007
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1404
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1927
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1042
|
1084
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Febrero 2008
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2240
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2395
|
1779
|
1192
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Ultima cotización
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1826
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2242
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1906
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1210
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Yo, Dulzurita: Extrañamente utiliza a un comunista acérrimo como Bertolt Bretch para defender a los sectores propietarios del la renta agrícola.
Fabio: Hace un resumen del Cacerolazo
Desde el Aula: Reclamando una reforma agraria urgente.
Vivir Solo cuesta vida: Muestra las consecuencias del paro en fotos
Notasd: Pobreza y Confusión
El Abuelo Económico: Cacerolas
Bloc de Periodista: Paisanos High Tech
La clase media alta de la Argentina es de cuarta, solo reclama cuando le tocan el bolsillo, fijate que nadie de este segmento se organiza para apoyar a las organizaciones piqueteras que no tienen laburo ni comida.
Otro dato interesante es que el gasoil esta subvencionado para el agro, para la clase obrera no.
Muy interesantes los artículos, pongo algo de esto en mi blog.
Un abrazo Her !
Escribo estas líneas desprovista de prejuicios. No soy peronista, tampoco kirchnerista. No soy gorila, no me gusta la derecha ni los nacionalistas (de derecha o izquierda). Nadie en el espectro político argentino representa mis convicciones en su totalidad. Soy independiente.
El paro del campo conjuga varios elementos históricos y novedosos que llaman a la reflexión. La lucha entre clases, la lucha política vacía (por poder mismo), la necedad, la confrontación. Lo primero que surge inevitablemente es darse cuenta que piquetero no es todo aquel que corta una ruta en señal de protesta (justa o no, legítima o no), sino que piquetero es quien tiene la tez oscurita. La gente del campo son manifestantes, no piqueteros. Los de Castells son claramente piqueteros, no gente. Este es el lamentable nivel de prejuicio, racismo y conflicto de clases que llevamos.
En relación a las retenciones específicamente, en principio es dable pensar que los costos que tiene que afrontar un chacarero no son los mismos que los que debe afrontar un pool de siembra. Un simple análisis de escala productiva nos indica que los porcentajes deben acompañar dichos volúmenes para que no se tornen una carga confiscatoria para el pequeño y mediano productor. Desde mi punto de vista, este es uno de los temas cuestionables y tal vez el mayor error político del gobierno. De todos modos, las retenciones, como política recaudatoria, como herramienta de control de precios internos, etc. es más que válida y es aplicada en otros países del mundo, países que los sectores más acomodados de esta sociedad que critican esta medida pretenden imitar.
Otro tema es el que tiene que ver con el estilo autoritario de los Kirchner. El matrimonio detenta un modo de construcción de poder que resulta perjudicial para las instituciones, para la participación, para el debate y la construcción de consensos. No es entonces difícil de entender por qué las palabras de Cristina Fernández resultaran ayer tan irritantes. Sin embargo, creo que en esta ocasión, se hizo una legítima defensa de intereses institucionales frente a claros intereses golpistas, nada novedosos por otro lado, a la luz de lo que la propia historia argentina nos muestra.
Nunca mejor viene la frase “separar la paja del trigo”, algo más, entre otras cosas, que los argentinos deberíamos por fin aprender a hacer.
hola soy de rafaela y digo q el paro nos esta afectando ya q aca no conseguimos nada de carne saben a q nos mantenemos a pollo y ya cansa encima te atan un caño en el precio digo señora presidenta xq no les da lo q kieren y no deje q la gente de su pueblo se vuelva contra suya acaso va adejar q el pueblo argentino se cague de hambre espero entre razon y a los del campo xq no se van con sus familias y dejan de reclamar si plata les sobra gracias
No soy economista, pero si entiendo cuando te meten la mano en el bolsillo… no tengo trabajo soy odontóloga y trabajo independiente 2 días a la semana en un consultorio compartido, lo que gano no me alcanza para darme lujos (vivo con mis padres y tengo una hijita); las obras sociales y los impuestos se llevan casi todo, me alcanza para no cerrar y seguir luchando en mi país… porque siempre pensé que esto cambiaria, ahora me doy cuenta que me equivoqué; el gobierno sigue en la misma….saca a los que trabajan para mantener a los que no trabajan porque no me explico quien mantiene a esa gente que está el la plaza en horario de trabajo y con más razón si son del interior del país, cuántos días dejaros sus puestos para estar ahí?. ME QUEDO CON LA GENTE DEL CAMPO!!!
El paro del Campo
http://www.inforcampo.com.ar/informe005.htm
Antes que nada, hay que respetar la Constitución Nacional.
Ella dice claramente:
Artículo 75- Corresponde al Congreso:
1. Legislar en materia aduanera. Establecer los derechos de importación y exportación, los cuales, así como las avaluaciones sobre las que recaigan, serán uniformes en toda la Nación.
O sea, el Ministerio de Economía, al modificar con el decreto 125 los derechos de exportación, dictó una norma inconstitucional.
No voy al fondo de la cuestión si está bien o mal cobrarle mas o menos a los exportadores, solo digo que es el Congreso quien debe decidir sobre ello.
Ya tubimos demasiados antecedentes nefastos de iluminados que se alzaron contra la constitución como para no respetarla.