Cuando se quieren hacer las cosas bien, las ideas nacen solas. Incluso hasta las más extrañas.
En Santa Coloma de Gramenet, una ciudad cercana a Barcelona, la municipalidad buscando tomar acciones concretas contra el cambio climático instaló 462 paneles solares sobre las tumbas del cementerio local. La energía que producen puede alimentar a 60 hogares del pueblo.
La producción de esta energía renovable supone una reducción de 62 toneladas de emisiones de dióxido de carbono (CO2).
“El mejor tributo que podemos ofrecer a nuestros antepasados, más allá de la religión que profese cada uno es generar la energía limpia para las nuevas generaciones. Ése es nuestro leitmotiv, ” dijo Esteve Serret, director Conste-Live Energy, compañía española administra el cementerio en Santa Coloma y también trabaja en energías renovables.