“Esta ceremonia internacional es una prueba de que Neruda seguirá vivo, preso de su propia poesía, mientras exista la literatura, único territorio en el que no puede entrar la policía. Neruda sigue recordándonos, para no equivocarnos, que el poeta no es un Dios, y ni siquiera un pequeño dios. Creo que quien amasa y hornea pan o ladrillos o quien siembra son tan importantes como el poeta. Más aún: sin ellos, el poeta no existiría.”
(Del escritor ecuatoriano Jorge Adoum, íntimo amigo además de secretario privado de Pablo Neruda, al recibir la medalla conmemorativa del centenario del nacimiento del poeta otorgada por el gobierno chileno a intelectuales de 102 países.)