Más allá de la virtud de haber hecho una buena pieza cinematográfica de una conferencia, la película de Al Gore conjuga, con una adecuada dosis de rigurosidad científica, la descripción sintética de la trama política y de intereses en torno al cambio climático con los sentimientos y percepciones personales que dispararon su vocación por querer contar con urgencia una “verdad” incómoda para muchos.
La verdad que se expone es la dramática situación que ya estamos atravesando a escala global a causa del calentamiento global y el escaso margen de maniobra que tenemos por delante si queremos atenuar los daños ambientales y las tragedias humanas que se avecinan.
Tenemos por delante unos pocos años más para actuar y modificar la tendencia creciente en las emisiones de gases que ocasionan el calentamiento global y lograr mantener las temperaturas globales dentro de límites razonables.
La evidencia científica es suficiente y contundente, vamos a una crisis global sin precedentes, las soluciones son conocidas, debemos reemplazar de manera urgente los combustibles fósiles por energías limpias y dejar de destruir los bosques en todo el planeta.
Sin embargo, la inmensa mayoría de la dirigencia política y de las principales corporaciones de la energía continúan haciéndose los distraídos. La verdad es incómoda para una sociedad que es altamente dependiente del petróleo, es incómoda para muchos gobiernos fuertemente financiados por compañías petroleras.
¿Cuántos son los dirigentes políticos o funcionarios capaces de abandonar las palabras y emprender una acción efectiva contra el cambio climático? La verdad es muy incómoda.
Juan Carlos Villalonga
Director Politico de Greenpeace Argentina