Don Luis

Don Luis tiene 92. Hace 50 años que es el dueño de la calesita de la calle Ramón L. Falcón.

Cobra 30 centavos la vuelta, y los chichos hoy acostumbrados a PCs y Playstation, todavía le piden a sus padres ir a lo de Don Luis. Y padres que llevan a sus hijos, con la esperanza de retroceder en el tiempo y regresar ellos mismos a esos recuerdos de niñez cuando sus padres, algunos que quizás no estén, los llevaban a ese mundo de caballos y carrozas. Yo mismo recuerdo, cuando hace más de 25 años, mi abuelo me hizo conocer la calesita.

Mientras en el mundo, la locura no cesa entre sangre de Britanicos o irakies, Don Luis, ya no tan rápido como ántes pero igual de firme, mueve en sus ancianas manos, la bocha de madera hasta que decide que algùn privilegiado se lleve la sortija.

En estas épocas de dolor, Don Luis me da una lección de esperanza.

Don Luis les regala otra vuelta. Y los chicos, ganen o no, le devuelven miles de sonrisas. Èl les acaricia la cabeza uno por uno, y arranca el motor de la calesita para una nueva vuelta.

Hernàn (Uno que ansia un mundo con màs Don Luises y menos Bushes)

Contienda

Un poema que nos envió Fernando Israilevich. Me gustò mucho y aquì lo publico:

CONTIENDA

Una vez más me doblaste,

Cierras mis poros (no tengo respiro),

Fuerzas el llanto (te manifiestas),

Provocas desencuentros (me aíslas),

Aturdes (no escucho),

Perviertes el tiempo, lo detienes

Y en esa jaula me apresas, me torturas,

Y contemplas satisfecho tu obra nefasta.

Corroes mi vientre, Agonía,

Como el animal hambriento

Que se enceguece y destruye

Sin medida ni culpa.

Pero cuidado, tengo una nueva estrategia,

Cierro mis poros (no tienes salida),

Trabo una sonrisa (no te manifiestas),

Provoco encuentros (no me aíslas),

Canto (no te escucho),

El tiempo es mi aliado y escudero,

Te he apresado, te torturo,

Y contemplo tu extinción…

Maldito, me desespera no anticipar

Tu próxima jugada.

CHARLES BAUDELAIRE

Dirigiré contra Francia entera mi auténtico talento para la impertinencia. Tengo una necesidad de venganza como el hombre cansado necesita un baño.”

“Así son las mujeres, así son los niños; así son los animales. Los animales, sin embargo, no tienen libros, ni filosofía, ni religión, ni por lo tanto honor. Por ello, son menos culpables.”

“Tengo un alma tan particular que no me reconozco.”

“Aunque París no sea una aldea, cada profesión es como una especie de aldea donde todo se repite.”

“¡Tener más de cuarenta años, pagar las deudas, y hacer dinero con la literatura en un país al que sólo le gustan los vodeviles y el baile! ¡Qué atroz destino!”

“Hay entre tú y yo esta diferencia, y es que yo te sé de memoria y que tú nunca has sido capaz de adivinar un carácter tan digno de conmiseración como el mío.”

“Algo terrible me dice: jamás, mientras que otra cosa me dice, sin embargo, inténtalo.”

“Domino perfectamente la ciencia de la vida; pero me faltan energías para ponerla en práctica.”

“Por primera vez en mi vida, estoy casi contento. El libro está casi bien y quedará, el libro, como un testimonio de mi asco y de mi odio hacia todo.”

“Estoy solo, sin amigos, sin amante, sin perro y sin gato ¿a quién contarle mis penas? No tengo más que el retrato de mi padre, siempre mudo.”

“(…) ni uno de mis achaques me ha abandonado; ni los reumas, ni las pesadillas, ni las angustias, ni esa facultad insoportable de oír todos los ruidos repercutiéndome en el estómago; -ni, sobre todo, el miedo; el miedo a morir de repente, el miedo de vivir demasiado, el miedo de verte morir, el miedo a dormirme, y el horror de despertarme; (…)”

“¿Es posible que llegue uno a verse obligado a asociar una idea tan horrorosa a otra tan dulce como la de una madre?”

“Pero este libro, cuyo título: Las flores del mal, lo dice todo, está revestido, como lo verá, de una belleza siniestra y fría; ha sido hecho con furor y paciencia.”

Todas las citas por Baudelaire, Charles. Cartas a la madre (1833-1866). Barcelona, Grijalbo-Mondadori, 1993. Traducción, introducción y notas de Roberto Mansberger. Colección El espejo de tinta.

Tinelli y la gente come mierda

La gente come mierda.

A veces cuesta creerlo, pero yo quise saber que gusto tenía. Y me mire todo el programa de Tinelli ayer. No entiendo. Algunas cosas no son del todo malas (pero estan repetidas con años anteriores), pero otras (la mayoría) son pésimas. Y según Television.com.ar el lunes hizo 31 puntos de rating.

Mi conclusión es simple.

Hay gente que le gusta sufrir. Es cierto. Lo peor es que algunos, incluso argentinos, pagan para eso.

Bersuit al Palo

Jueves a la noche en el Luna para disfrutar de la musica de Cordera y esperando que su mensaje ambiental siga para despertar un poco a los políticos.

Melodías conocidas que meten energía pura en las venas. Y uno concentrado en sentir que se desconcentra con el encuentro inesperado. Si todo fuera repetir lo conocido las canciones hubieran sonado igual.

Pero anoche sonaron distintas.

Sobre todo en el tiempo que fue desde que terminó el recital hasta que me dormí soñando. Como hacía rato que no soñaba. Como hacía rato que no dormía.