Riachuelo: ¿controles a las petroleras?

Fuente: Newsletter Ambiente y Medio (Sergio Federovisky)

En las próximas semanas, Romina Picolotti deberá responder un agudo cuestionario elaborado por la Corte Suprema de Justicia referido a las acciones realizadas a favor del saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo desde que hace un año el Tribunal dio lugar a la demanda de los vecinos contra el Estado y las empresas contaminantes. La Corte volvió a manifestar de este modo su disconformidad con lo actuado hasta el momento y con la calidad del plan presentado por Picolotti, que fue cuestionado formalmente por la Universidad de Buenos Aires, tras una auditoría solicitada por la justicia.

No se conoce en detalle la respuesta que enviará por escrito la secretaria de Medio Ambiente, pero sí se vislumbra cuál será la respuesta política que le dará a ese cuestionamiento. Hay que recordar que en la causa judicial (lo que las ONG han denominado el primer juicio contra la contaminación), los acusados de violar las leyes y, en particular, el artículo 41 que consagra el derecho a un ambiente sano son los estados nacional, provincial y porteño y unas 44 empresas (todas ellas de gran envergadura) que asientan sus plantas en la cuenca y que son a priori responsables de la contaminación.

Está claro que tanto los intereses como las supuestas culpabilidades del Estado y las empresas no son idénticas, puesto que al primer se lo juzgará en tanto su responsabilidad de mantener los controles adecuados y hacer cumplir las leyes vigentes, y a los privados se los podrá considerar culpables por la ejecución del daño sobre el curso de agua. Pero hasta el momento, siendo que las dos partes están en el banquillo de los acusados, no se había verificado en los hechos la distancia que existe entre uno y otro.

Y allí parece que radicará la estrategia mediática y política de Picolotti.

Hasta ahora, el festival de clausuras sobre la cuenca apuntó básicamente a empresas menores o de bajo perfil, y en casi todos los casos, por fuera de esas 44 que la Corte halló a priori responsables de la contaminación. La última semana Picolotti dio una señal de viraje: le puso faja de clausura a Danone, una multinacional láctea que seguramente no está habituada a prácticas contaminantes en su Francia natal.

Lo que circula en estos días en los pasillos de la Secretaría de Medio Ambiente indica que, en sintonía con el conflicto por desabastecimiento que el gobierno tiene con Shell y la idea de Esso del país, las nuevas clausuras pueden estar dirigidas a las empresas que pueblan el monstruoso polo petroquímico Dock Sud.

Desde la página web de MORENO (Movimiento por la Recuperación de la Energía Nacional Orientadora, cuyo líder es el cineasta Fernando “Pino” Solanas) sugerían esta semana que “no sería una mala elección apuntar a las petroleras para empezar a imponer una remediación ambiental en la Cuenca Riachuelo-Matanza. Pero sin mezclar los tantos, para no dudar que los controles de precios son ‘sinceros’ e ‘imparciales’”.

La información en que la se basan las especulaciones señala que “la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable realizó durante la semana inspecciones sobre residuos peligrosos en la zona de Dock Sud a las refinerías de Shell y Petrobras. Oficialmente este control responde al cumplimiento de la Ley de la Cuenca Matanza–Riachuelo (Ley 26.186), que designa autoridad de aplicación a la secretaría encabezada por Romina Picolotti y le confiere poder de policía. La Secretaría de Ambiente puede apercibir con multas, decomisar bienes, cerrar instalaciones o disponer clausuras de empresas cercanas a la orilla del Riachuelo, y parece querer demostrar que, si es necesario, no teme aplicar tales facultades. Mostrar las actividades que realiza, sirve también para fortalecer la imagen de Picolotti, ante las objeciones que viene sufriendo su accionar por parte de la Corte Suprema y la opinión pública”.

Dicho en buen romance, será más difícil acusar de inacción a Picolotti si entre los destinatarios de las fajas de clausura hay empresas hasta hoy intocadas en la Argentina y consuetudinarias contaminantes de la cuenca.

Pero como en política nadie da puntada sin hilo, en el sector petrolero se acepta esa hipótesis pero al mismo tiempo se comenta que es muy posible que las inspecciones sean parte de la puja por el control de precios. Mientras YPF, Petrobras y Esso anunciaron que revisarían los precios de combustibles para frenar o retrotraer aumentos, la ofensiva ambiental se dirige preferentemente a Shell, vieja enemiga del gobierno, que rechaza el control de precios y defiende los aumentos.

“Si seguimos a este ritmo, necesitaremos más planetas para sustentarnos”

La actividad empresarial no puede seguir basándose en modelos ideados en el pasado, cuando se pensaba que los recursos naturales eran abundantes.
Ya no es posible un crecimiento sin límites ni condenar a gran parte de la humanidad a la pobreza. Hay que pensar en formas de compartir el planeta.

Éstos son los principales desafíos que todos enfrentamos según la visión de Ernst Ligteringen, presidente de Global Reporting Initiative (GRI), organización que tiene como misión desarrollar y difundir globalmente directrices para la elaboración de informes de sostenibilidad.

Ligteringen también considera como un avance que se establezcan nuevos mecanismos para la sostenibilidad, como el mercado de carbono. Así, las empresas pueden pasar a ser parte de la solución de nuestros problemas. Vea a continuación sus principales consideraciones.

Red Ethos de Periodistas: _ ¿Usted cree en la posibilidad de que las empresas sean sostenibles?

Ernst Ligteringen: _ Las empresas en sí no son sostenibles ni pueden serlo. Debemos hablar de la sostenibilidad del planeta, como si quisiéramos permanecer en este mundo por algunas generaciones más. Si analizamos los hechos, hoy nos hace falta un planeta y medio para sustentar nuestro modo de vida en la Tierra, que incluye producción, generación de energía, transporte y consumo, entre otros aspectos.

Hemos pasado los puntos críticos en el uso de recursos naturales a mediados de los años 80. Si seguimos al mismo ritmo, serán necesarios más planetas para sustentarnos. Y no los tenemos. Gran parte de la población mundial necesita mejorar sus condiciones de vida, pues vive en extrema pobreza. Por lo tanto, tenemos que pensar cómo compartir este mundo, para que haya vida decente para todos y también para las futuras generaciones. El concepto de sostenibilidad trata de esa cuestión.

Las empresas no pueden seguir basando sus operaciones en modelos ideados en el pasado, cuando pensábamos que los recursos naturales eran abundantes. Éstos son finitos y las compañías no pueden seguir creciendo ilimitadamente y produciendo con despilfarro. Todo esto tiene que cambiar y las empresas deben formar parte de la solución del problema. Necesitamos encontrar conjuntamente una manera sostenible de repartir el planeta. Las empresas son organizaciones poderosas y no encontraremos salidas si ellas no se convencen de que deben formar parte de la solución. Nadie pide que sean caritativas.

Red Ethos de Periodistas: _ ¿De qué manera las empresas pueden integrarse a este proyecto?

Ernst Ligteringen: _ Es necesario que entiendan que sólo serán exitosas si la sociedad también tiene éxito: para los negocios hacen falta clientes, empleados, una sociedad que sea sostenible. Mantener empresas en el futuro sólo será posible si se adoptan prácticas sostenibles. Tienen que pensar colectivamente cómo construir este mundo. El problema es que generalmente no son eficientes en acciones colectivas, dada su naturaleza competitiva. Hay pocos líderes. El desafío consiste en que aprendan a actuar en conjunto.

Las compañías de seguros, por ejemplo, ya notaron que los cambios climáticos perjudican su negocio. Algunas hasta conceden premios a quienes se esfuerzan por reducir los riesgos ambientales. El mercado financiero está empezando a tener en cuenta este aspecto. Sabemos qué riesgos nos acechan, pero nos resulta difícil actuar conjuntamente. Me temo que necesitaremos pasar por una gran crisis para encontrar el mejor modo de actuar.

REP: _ ¿Qué progresos observa usted en los últimos años?

EL: _ Hemos logrado algunos. Quizá el más significativo haya sido el mercado de carbono pues supone un mecanismo para manejar la sostenibilidad. Las firmas disponen de un medio para hacer buenos negocios y volver sostenible a este mundo. Se trata de un cambio importante.

Hace pocos años, la sostenibilidad era cosa de pioneros. Una de las primeras en Europa fue The Body Shop, a comienzos de la década del 90. En esa época nadie tomaba muy en serio tales iniciativas y se llegaba a hacer bromas sobre la cuestión.

REP: _ ¿En qué medida los buenos informes pueden ayudar a las empresas y la sociedad a detener el actual proceso de insostenibilidad?

EL: _ Producir informes públicos constituye una práctica de control que puede ayudar a empresas y mercados a cambiar su forma de pensar. Los informes de sostenibilidad destacan aspectos no tenidos en cuenta en los informes eminentemente financieros. Son verdaderos ejercicios no sólo de rendición de cuentas, sino también de aprendizaje.

Si consideramos que la sostenibilidad radica en cómo repartimos este mundo, podemos llegar a entender mejor en los informes qué resultados son buenos y cuáles son malos.
Además, los buenos informes son realizados dialogando con stakeholders (partes interesadas). Sobre esa base, las empresas pueden descubrir sus riesgos, sus oportunidades y las expectativas de sus stakeholders. Muchos presidentes de compañías tienen miedo de hacerlo. Sin embargo, hay que dialogar con empleados, clientes, inversores, con la prensa. Así se puede aprender que la sostenibilidad es una preocupación de todos. Todas las empresas que aplican estas prácticas sistemáticamente destacan lo que se aprende sobre el tipo de productos y servicios que serán necesarios en el futuro, y qué acciones son consideradas aceptables en el mercado por los stakeholders.

En noviembre del 2006, un artículo publicado en la primera plana del Financial Times sobre las seis mayores firmas de auditoría del mundo mostró que todas consideran que los modelos de informe financiero son obsoletos, pues el valor de las compañías se concentra en su mayor parte en activos intangibles, como su reputación y su relación con los stakeholders. En otros tiempos era más sencillo hacer un informe, porque se trataba de internalizar el lucro y externalizar los costos al máximo.

En cambio, lo que vemos hoy es una renegociación que considera que se debe externalizar los costos de hecho y que alguien debe asumirlos. Esto implica una evolución que seguramente proseguirá en los próximos años. GRI presenta esta discusión sobre el tipo de informe que es necesario y también sobre los métodos para llevarlo a cabo, cómo ser transparente en los resultados y cómo se puede aprender analizándolos.

REP: _ ¿Qué opina sobre la experiencia brasileña?

EL: _ Brasil tiene una excelente experiencia y un número considerable de empresas pioneras. Es un país con iniciativas interesantes en varios sectores, como el energético, el de producción de alcohol y los nuevos combustibles. En el sector financiero, cabe destacar el Nuevo Mercado Bovespa ISE, que considera estas cuestiones. Allí Brasil está innovando; y también hay una prensa que pareciera estar bastante interesada en todo esto.

Mataron a 2.293 ballenas en sólo un año


En junio comenzará la reunión anual de la Comisión Ballenera Internacional (CBI, o IWC por su nombre en inglés) en Alaska, EEUU. El año pasado, los países pro caza de ballenas dentro de este foro internacional ganaron la mayoría simple de votos por primera vez desde que se estableció la prohibición a la cacería comercial, 20 años atrás. Se espera que ahora usen esa mayoría para atacar esta vital protección a la cacería comercial, y el comercio internacional de productos derivados de ballenas.

El naturalista argentino Miguel Iñíguez es el delegado de nuestro país ante dicha Comisión desde 2002. Presidente de la Fundación Cethus, que representa a la Whale and Dolphin Conservation Society (WDCS) en Argentina, pintó una acuarela, en diálogo con Hoy, de esta situación que genera debate en sectores científicos y económicos del mundo.

-¿Qué acción o política se puede establecer para frenar la matanza de ballenas?

-En principio, se debe trabajar con las comunidades locales para que vean el valor que tiene el conservar los cetáceos. Para Latinoamérica, por ejemplo, el avistaje comercial (ballenas y delfines) es una de las actividades más importantes para algunas comunidades costeras, como Puerto Pirámides (Argentina), Baja California (México), Archipiélago Abrolhos (Brasil), etc.
Lo mismo se debe realizar en otras regiones en donde es importante mostrar la importancia de este recurso.

-¿Cuál es la ballena más cazada por los países pro balleneros, especialmente Japón?

-La ballena Minke de la Antártida.

-¿Hay censos certeros sobre la cantidad de especies que aún sobreviven?

-De algunas especies sabemos más que otras. Por ejemplo para la ballena Azul en el Hemisferio Sur se estiman 1.700 ejemplares únicamente, para la ballena Gris del Pacífico Occidental menos de 100 animales y para las ballenas Jorobadas del Hemisferio Sur no más de 10.000 ejemplares. Para la ballena franca austral en el Hemisferio Sur se estiman 7.000 ejemplares, mientras
que para la Franca del Norte se calculan no más de 300 ejemplares.

-¿Por qué este tema aparece y desaparece de la agenda mundial?

-Quizás se deba a lo complejo que es y a lo difícil de interpretar determinados aspectos. La opinión pública considera que las grandes ballenas están a salvo y esto no es así. Existen peligros para ellas, entre los que se consideran las capturas. A la Comisión Ballenera Internacional (CBI) en el año 2006 se reportaron 2.293 grandes cetáceos capturados.

-¿Cuáles son el rol y la posición de Argentina, en cuyas aguas se pueden avistar ballenas?

-Tiene un rol protagónico dentro de la CBI. Desde siempre ha tenido una postura conservacionista y en los dos últimos años ha asumido un compromiso importante a través de las dos reuniones celebradas en Buenos Aires en noviembre de 2005 y diciembre último, consolidando la postura regional ante la conservación de los cetáceos. También ha impulsado junto a Brasil y más recientemente con Sudáfrica la creación del Santuario de las ballenas del
Atlántico Sur.

-De liberarse la comercialización por decisión de la CBI, ¿cuál puede ser el escenario futuro?

-Corremos el riesgo que se lleve adelante la captura de poblaciones que se encuentren en peligro y que luego se las lleve a la extinción.

-¿Los buques que cazan las ballenas son también factorías?

-Existen los barcos arponeros y luego los barcos factoría. Quienes llevan adelante la captura son los arponeros que luego venden los ejemplares a los factoría.

-¿Son escuchados los reclamos de organizaciones como WDCS (Whale and Dolphin Conservation Society) o Greenpeace?

-Las ONGs dentro de la CBI no tienen ni voz ni voto. Sin embargo, el trabajo de ellas es esencial para que la opinión pública conozca la situación y esto si puede generar cambios en las actitudes de los gobiernos.

-¿Qué sensación le produce cuando ve las imágenes de una cacería de ballenas?

-No me gustan para nada. Prefiero verlas con vida.

Vos podés hacer tu campaña para que en la próxima reunión de la Comisión Ballenera Internacional sean más los países que voten a favor de la protección de las Ballenas entrando a http://whales.greenpeace.org/espanol



Salta está a punto de autorizar un desmonte en Reserva Mundial de Biosfera

La Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la provincia de Salta está a punto de autorizar el desmonte de 1.670 hectáreas en una finca ubicada en un área de Selva de Yungas que la UNESCO incluyó en el 2000 como “Reserva Mundial de Biosfera”.
Las 1.670 hectáreas de Selva de Yungas que la firma “Los dos ríos” está solicitando desmontar para realizar actividades de agricultura pertenecen a la finca “Abra Grande y Abra Chica”, que tiene una superficie de unas 26.000 hectáreas, de las cuales cerca de 6.500 ya fueron desmontadas en los últimos años para cultivos.
El proceso de diseño e implementación del Proyecto de Reserva de Biosfera de Yunga fue el resultado de un acuerdo entre Gobiernos de las Provincias de Salta y Jujuy y la Administración de Parques Nacionales (APN), contando con el apoyo de la Universidad Nacional de Salta, la Universidad Nacional de Jujuy y el Instituto de Geografía de la Universidad de Buenos Aires; y de Organizaciones No Gubernamentales como Greenpeace, la Red Yaguareté y la Fundación Pro yungas.
Esta región tiene suma importancia desde el punto de vista de la conservación, ya que alberga cerca del 50% de la biodiversidad nacional, ocupando el segundo lugar después de la selva misionera
Se estima que en la región habitan aproximadamente 3.000 especies de plantas vasculares, de las cuales unas 230 son especies arbóreas. Gracias a su clima húmedo y cálido, en las Yungas crecen palos blancos y amarillos, urundeles, cebiles, lapachos y cedros.
Es el territorio de 89 especies de mamíferos, como el gato montés, el puma, el coatí y el yaguareté -una especie que se encuentra en peligro de extinción- y de 297 especies de aves, como el lechuzón negro y el águila poma.
La posible autorización del desmonte de 1.670 hectáreas de Selva de Yungas dentro de los límites de la Reserva Mundial de la Biosfera implicará el incumplimiento por parte de nuestro país de acuerdos internacionales y una grave amenaza para la biodiversidad.
La misma se enmarca en un claro proceso de aceleramiento de la entrega de permisos de desmontes por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la provincia de Salta, que en los últimos cuatro meses convocó a audiencias públicas para autorizar desmontes que suman 155.855 hectáreas de bosques nativos, más de la mitad de lo que se desmonta por año en todo el país.
Por este motivo resulta imprescindible la rápida aprobación por parte de la Cámara de Senadores del proyecto de Ley de Presupuestos Mínimos para la Protección Ambiental de los Bosques Nativos.
Dicho proyecto de ley, que ya cuenta con media sanción, es un instrumento de política ambiental nacional fundamental, cuyo objetivo es regular las actividades productivas mediante la realización de un ordenamiento territorial, con el fin de lograr la protección del medio ambiente a partir del uso sustentable de los bosques nativos, tras una evaluación de las unidades presentes en cada provincia.
La norma establece diez criterios ecológicos y categorías de conservación que apuntan a planificar las actividades forestales, agrícolas y ganaderas evitando la fragmentación y degradación del bosque nativo, y prioriza cuidar a los bosques que actualmente ocupan y utilizan comunidades indígenas y campesinas.

29 de Abril: Todos al Puente

Continuando con su lucha en contra la instalación de las plantas de celulosas en la vecina ciudad de Fray Bentos, en defensa de su suelo y del Río Uruguay los vecinos de Gualeguachú invitan a participar el 29 DE ABRIL a la marcha que tendrá lugar en el puente internacional que une nuestro país con Uruguay.

“Gualeguaychú no va a aflojar y dice SI A LA VIDA NO A LAS PAPELERAS.”


Diputados dan media sanción a la Ley de Bosques Impulsada por Greenpeace

Greenpeace consideró hoy que la media sanción de la ley de bosques constituye un paso fundamental en la protección de los bosques nativos que deberá ahora ser refendado por el Senado Nacional, en concordancia con las prioridades ambientales establecidas por el presidente Néstor Kirchner en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias.

Esta noche, luego de un fuerte debate, la Cámara de Diputados le dio media sanción esta tarde al proyecto de Ley de Bosques, a pesar de la férrea resistencia de algunos diputados de las provincias con más alta tasa de deforestación del país, como Salta y Formosa, finalmente la Ley de Bosques ya cuenta con media sanción.

La Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, que fuera aprobada en general a fines del año pasado, fue tratada esta noche artículo por artículo hasta lograr la media sanción. La norma, tal como fue aprobada, establece una moratoria a los desmontes por un año o hasta que cada provincia desarrolle un ordenamiento territorial en sus bosques nativos, para que el territorio sea utilizado de manera racional, compatibilizando las necesidades sociales, económicas y ambientales.

La Ley de Bosques fue impulsada por Greenpeace y otras organizaciones ambientalistas y cuenta con el apoyo de numerosas organizaciones campesinas e indígenas como la Federación Agraria Argentina, el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE) y la Organización de Naciones y Pueblos Indígenas en Argentina (ONPIA).

“Estamos muy cerca de lograr algo esencial para el futuro de nuestros últimos bosques nativos, ya que el ordenamiento ambiental que propone la ley es un instrumento de política ambiental nacional fundamental, cuyo objetivo es regular el uso del suelo y las actividades productivas, con el fin de lograr la protección del medio ambiente a partir del uso sustentable de los bosques nativos, tras una evaluación de las unidades presentes en cada provincia”, explicó Juan Carlos Villalonga, director Político de Greenpeace Argentina.

La norma establece diez criterios ecológicos y categorías de conservación que apuntan a planificar las actividades forestales, agrícolas y ganaderas evitando la fragmentación y degradación del bosque nativo, y establece como prioritarios cuidar a los bosques que actualmente ocupan y utilizan comunidades indígenas y campesinas.

“Hoy se dio un primer paso muy importante para detener los desmontes irracionales que son cada vez más frecuentes en el norte de nuestro país y producen pérdida de biodiversidad, desertificación e inundaciones. La ley además protegerá a cientos de campesinos e indígenas que permanentemente son desalojados por las topadoras. Esperamos que los senadores también aprueben la ley para terminar con este desastre ambiental y social”, señaló Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Biodiversidad de Greenpeace Argentina.

En la Argentina, por año, se desmontan 250 mil hectáreas de monte nativo, principalmente en el Chaco Seco, donde se produce el 70% de la deforestación anual por culpa de la expansión agrícola (en la mayoría de los casos soja transgénica) y ganadera. El Chaco Húmedo y la selva pedemontana de las Yungas forman parte también de la lista de áreas amenazadas. La Selva Misionera alberga la más alta biodiversidad del país, pero sólo queda un 7% de la superficie original, y la mayor parte se encuentra en nuestro país, ya que en Paraguay y Brasil ha sido prácticamente destruida. A la destrucción del bosque para conversión en tierra de cultivo se le suma el reemplazo de selvas por forestaciones implantadas, para uso industrial.

El Gobierno Nacional, en su Informe Geo Argentina 2004, consideró que “la Argentina se encuentra en estado de emergencia forestal y si se mantiene la meta de llegar a los cien millones de toneladas de producción de granos, tendría que extenderse la frontera agropecuaria entre 12 y 15 millones de hectáreas, con lo que en los próximos años estaríamos convirtiendo a la actividad agropecuaria el 50 por ciento de la actual cobertura de bosques nativos”.

“De los bosques obtenemos una serie de bienes y servicios indispensables para nuestra supervivencia: alimentos vegetales y animales, maderas y medicamentos; y juegan un papel fundamental en la regulación climática, el mantenimiento de las fuentes y caudales de agua y la conservación de los suelos. Por ello, las selvas y demás bosques son posiblemente el patrimonio natural más importante pero también el más amenazado y depredado por la mano del hombre. Por eso debemos detener los desmontes para poder planificar las actividades productivas sin hipotecar el futuro”, agregó Giardini.

Del Newsletter "Ambiente y Medio"

“Biocombustibles para los adictos al petróleo: ¿la cura peor que la enfermedad?”, Por Mae-Wan Ho(*)

El bioetanol y biosiesel, provenientes de la energía generada por cultivos agrícolas, ocupan tierra de cultivos alimenticios y producen menos energía que la usada para producirla; también afectan el medio ambiente y causan desastres económicos.

“Debemos acabar con la adicción al petróleo”, dijo George W. Bush en su último mensaje a la Nación, pero no estaba pidiendo a la población que dejen de usar carros o que usen menos petróleo. Al contrario, lanzó la “Iniciativa de Energías Avanzadas” a través de la cual se aumentará el presupuesto federal en un 22%, por las investigaciones en tecnologías de energía limpias; esto incluye los biocombustibles derivados de plantas y sustitutos de petróleo para alimentar los automóviles.

Los sucesivos presidentes de los Estados Unidos han promovido el etanol de maíz como un aditivo energético subsidiado. El Presidente Bush dijo a los científicos que ahora deben trabajar en cómo hacer etanol a partir de chips de madera, tallos o pasto “práctico y competitivo en los próximos 6 años”, y que reemplazarán más del 70% de importaciones de crudo desde “lugares inestables en le mundo” – Oriente Medio – hacia el año 2025.

Actualmente, el 60% del petróleo consumido en Estados Unidos es importado, con un incremento más del 53% más desde que George W. Bush llegó al poder.

Las mayores trabas para la masificación de estos productos, son la disponibilidad de tierras para cultivar las plantas, la tasa de producción de cultivo y la eficiencia en la conversión energética, aunque lo económico también tiene su cuota.

Cultivar plantas para quemarlas – como biomasa – puede ser la forma más barata de biocombustible, tanto en términos de energía como económicos, ya que requiere de un mínimo de procesamiento luego de la cosecha.

Los científicos del Tecnológico de Virginia, David Parrish y John Fike, han estudiado la agrobiología del “pasto varilla” o “pasto aguja” (Panicum virgatum) -conocido en inglés como switchgrass-, el más investigado y aceptado de los cultivos para energía. Este pasto es perenne y nativo de Norteamérica y ha sido extensamente cultivado para forraje desde la conquista de América. Es muy prolífico, no requiere de mucho Nitrógeno como fertilizante y es considerado el más sustentable, o al menos el que tiene menos impacto ambiental para producir biocombustibles. Pero el estudio concluye que “aún con los máximos resultados, estos sistemas pueden no proveer la misma energía que generan los combustibles fósiles”.

La sustitución del carbón con switchgrass se estima que permitirá la reducción de cerca de 1,7 ton CO2 por tonelada de switchgrass utilizada.

Los precios que los cultivadores reciben por la biomasa deben ser lo suficientemente favorables. Así, se calcula que cerca de 8 millones de hectáreas podrían estar cultivadas si el precio alcanzara los $USD 33 por Ton en finca, incrementándose a cerca de 17 millones de Ha. con un precio de $44 por Ton. El precio de mercado pagó por biomasa de chips de madera en Virginia en 2004, un promedio de $33 por Ton entregada, y el precio de heno (de todo tipo) de cerca de $95 por Ton.

Un estimado ubica el costo de switchgrass en $63 por Ton. Si se añade el costo del procesamiento, como el prensado, el enrollamiento mecanizado puede hace que se eleve el costo de producción a cerca de $83 por Ton. Una tonelada de switchgrass produce 17-18 GJ de energía al quemarse, comparada con 27-30 GJ del carbón; y los costos del carbón son de $55 por Ton.

El pasto switchgrass para energía no es económicamente competitivo, a menos que haya un subsidio sustancial para su cultivo. Lo mismo se aplicaría, para la mayoría de otros cultivos para energía.

David Pimentel, profesor de la Universidad de Cornell en Nueva York y Tad Patzek, profesor de ingeniería química en la Universidad de Berkeley en California, estudiaron el balance energético y económico de producir biomasa, etanol o biodiesel a partir de maíz, switchgrass, madera, soya y girasol, usando el análisis, generalmente aceptado, del ciclo de vida. Aunque hay mucha controversia sobre el balance de energía del etanol y biodiesel, el balance energético de la biomasa por cosecha es generalmente menos sujeto a disputas, por lo que es un buen punto de inicio para el debate (ver Tabla 1).

Como puede verse, switchgrass no tiene la proporción insumo/producto más favorable, siendo de 14,52, seguido por el trigo con 12,88, y la semilla de colza con 9,21, si se incluye la paja. Sin embargo, el switchgrass es la más prometedora de los cultivos de bioenergía, guste o no, como biomasa para la quema o para hacer otros combustibles derivados, como el etanol.

Un rápido cálculo muestra que aunque todas las fincas de los Estados Unidos fuesen convertidos en productoras de pasto switchgrass, no producirían suficiente etanol para abastecer el consumo actual de combustibles fósiles.

El pasto switchgrass tarda varios años en madurar, la cosecha puede ir desde un rango de 0 – pérdida completa-, hasta obtener 20 Ton o más por hectárea, dependiendo de la cantidad de lluvias. Una cosecha de 15 Ton/ha es considerada Buena y puede proveer cerca de 250 GJ/ha de energía química bruta al año. Si esta energía es convertida con un 70% de eficiencia, en electricidad, etanol, metanol etc., podría tomar al menos 460 millones de hectáreas para producir los 80EJ (ExaJoule = 1018J) de energía fósil usada en los Estados Unidos cada año. Todas las fincas de Estados Unidos tienen un total de tierras de 380 millones de hectáreas, de las cuales 175 millones se destinan a áreas de cultivo y cosecha.

Claramente, los cultivos bioenergéticos son una mala opción, y muchos pueden ser obsoletos como el etanol, que aunque ahora se puede hacer a partir de chips de madera, residuos de las cosechas u otros desechos industriales, aún así, es insustentable.

TABLA 1. BALANCE ENERGÉTICO PARA BIOMASA DE LOS PRINCIPALES CULTIVOS

Cultivo

Cosecha (Ton/ha)

Entrada de Energía (GJ)

Salida de Energía (Biomasa) (GJ)

(Entrada/Salida)

Maíz

8.655

33.978

130.459

3.84

Switchgrass

10.000

11.535

167.480

14.52

Soya

2.668

15.685

40.216

2.56

Girasol

1.500

25.620

19.470

0.76

Colza

4.080(a)

12.159

54.346

4.47

8.080(b)

12.417

114.346

9.21

Trigo

8.960(a)

12.562

74.189

5.91

15.460(b)

13.328

171.689

12.88

(a) solo grano, (b) grano y paja

Hay un gran debate sobre el balance de energía para hacer etanol o biodiesel de cultivos bioenergéticos. Los resultados de David Pimentel y Tad Patzek sostienen que el balance de energía de todos los cultivos, con los métodos de procesamiento actuales, se gasta más energía fósil para producir el equivalente energético en biocombustible.

Así, por cada unidad de energía gastada en energía fósil, el retorno es 0,778 de energía de metanol de maíz; 0,688 unidades en etanol de switchgrass; 0,636 unidades de etanol de madera y el peor de los casos, 0,534 unidades de biodiesel de soja.

Su estudio ha provocado una respuesta fuerte de varios departamentos del gobierno de los Estados Unidos, acusando a Pimentel y Patzek de usar fórmulas obsoletas o de no contar la energía contenida en subproductos como el seedcake (residuos que quedan luego de que el combustible ha sido extraído) que puede ser utilizado como alimento de animales, pero si incluyen en sus cálculos la energía necesaria para construir las plantas procesadores, la maquinaria agrícola, y el trabajo, que no se suele incorporar en este tipo de análisis.

Por su parte, Pimentel y Patzek, junto con muchos otros científicos, como la autora de este artículo, son críticos de las estimaciones que dan un balance positivo de energía precisamente porque ellos dejan de lado toda esta inversión en energía que fue necesaria para obtener el cultivo. De hecho, ni Pimentel, Patzek, ni sus críticos han incluido los costos del tratamiento de desperdicio y desechos, o los impactos ambientales de los cultivos bioenergéticos intensivos como la pérdida de suelos y la contaminación ambiental por el uso de fertilizantes o plaguicidas.

El aporte de energía de los productos asociados, de acuerdo con la composición de sus semillas, parece ser excepcional. Por ejemplo, solo el 18% de la soya es aceite que sirve para biodiesel, mientras que la diferencia es pasta de soya que sirve como alimento animal. Sin embargo, como el seedcake es producido casi al mismo tiempo que se necesita para extraer el combustible, una simple contabilidad atribuirá el 82% de la energía necesaria para generar biodiesel – que es considerable – para alimentación animal.

Para mayor seguridad, un nuevo estudio que compara 6 estimaciones del balance energético en la obtención de etanol encontró, que “los cálculos de energía neta son más sensibles con la asignación de subproductos”

Los análisis, llevados a cabo por los investigadores de la Universidad de Berkeley en California, y publicados por la revista Science en enero del 2006, y que toman en cuenta los cálculos de Pimentel y Patzek, desarrollaron un “modelo” que les permitió comparar los datos y supuestos de todas las estimaciones. Se destaca el balance energético negativo obtenido por Pimentel y Patzek, por que incluye la energía usada para la construcción y funcionamiento de las plantas procesadoras, la maquinaria agrícola, y el trabajo; y no tanto por darle créditos a los subproductos.

Sin embargo, retirando estos factores “inconmensurables”, el balance energético positivo resulta muy modesto (de a penas 3Mj/litro a 8Mj/litro de etanol) lo que significa 1,13 a 1,34 en la relación entrada/salida (hay 23,4 MJ en un litro de etanol), mientras la reducción de emisiones de gases con efecto invernadero es de cerca del 13%.

Los investigadores desarrollaron además una manera de presentar el balance energético considerando la entrada de energía de petróleo – expresada como

MJ petróleo / MJ etanol – que es una fórmula desorientadora. Esencialmente añade 100% de créditos de energía al etanol, puesto que presume que el etanol sustituye en un 100% el uso de energía fósil.

Los científicos entonces usaron los “mejores datos” de los seis análisis para “crear” tres casos existentes con sus respectivos modelos, todos estos hipotéticos: Ethanol Today, que alega incluir los típicos valores para la actual industria de etanol de maíz; CO2 Intensive, basada en los planes de enviar maíz de Nebraska a una planta de etanol 24 generada por lignita, en el Norte de Dakota; y, Cellulosic, que asume que la producción de etanol de celulosa de pasto switchgrass es rentable, y que admiten buenas “estimaciones preliminares de una tecnología que evoluciona rápidamente”.

Para los tres casos, los científicos encontraron un balance positivo de energía:

23 MJ/litros de etanol para Cellulosic (muy significativo), 5 MJ/litros para Etanol Today, y 1,2 MJ/litros para CO2 Intensive; los radios de entrada/salida correspondientes de energía (MJ petróleo / MJ etanol) fueron de 1,98, 1,21, y 1,05 respectivamente.

Cellulosices claramente el ganador en término de balance energético, y con un buen punto en cuanto a ahorro de emisiones gases con efecto invernadero, que es del 89%. Los valores correspondientes a Ethanol Today y CO2 Intensive son del 17% y 2%, respectivamente.

Estos análisis muestran que los actuales métodos de producción, representados por Ethanol Today y CO2 Intensive, ofrecen solo un pequeño balance energético y un escaso ahorro de gases, aún cuando parezcan presentar presunciones favorables a ellos.

EL etanol constituye el 99% de todos los biocombustibles en los Estados Unidos; 3.400 millones de galones de etanol se produjeron en el 2004 y usados como gasolina, representando el 2% en cuanto a volumen y al 1,3 con respecto a su contenido energético.

Se prevé que el uso de etanol crecerá debido al crédito impositivo de $0,51 por galón de etanol que ha dictado el gobierno federal de EE UU, y por el mandato de alcanzar 7500 millones de galones de “combustibles renovables” que serán usados como gasolina hacia el 2012, según se incluye en la reciente Ley de Política Energética.

Pero Pimentel y Patzek han mostrado no solo que el retorno de energía es sustancialmente negativo, sino que en términos económicos es aún peor.

Cerca del 50% del costo de producción de etanol es para maíz mismo, como insumo ($0,28/litro). El etanol cuesta bastante más que lo que se paga por él en el mercado, y sin los subsidios estatales y federales, de cerca de 3.000 millones al año, la producción de etanol en los Estados Unidos terminaría.

El Senador McCain informa que el total de subsidios para etanol es de cerca de $0,79/litro. Si se añade los costos de producción saldría un valor total de cerca de $1,24/litro. El etanol tiene tan solo un 66% de energía contenida con relación al de la gasolina, comparando el costo actual. Entonces el etanol cuesta $1,88/litro, o $7,12 por galón equivalente de gasolina, comparado con el costo actual de producir gasolina que es de $0,33/litro.

Los subsidios federales y estatales para la producción de etanol de $0,79/litro, principalmente llegan a los bolsillos de las grandes corporaciones. UN máximo de $0,02 por bushel, o 0,2 centavos/litro de etanol, va a los agricultores.

Con el subsidio a la producción del maíz y del etanol, el total de costos, que ascienden a 8.400 millones al año, se traslada a los consumidores, ya al que producir maíz como materia prima para producir etanol, aumenta los precios del maíz para otros fines. Por ejemplo, un estimado dice que la producción de etanol, con sus subsidios y demás, estaría aumentando el costo de producción de carne de bovino (alimentado con maíz) en $ 1.000 millones.

Claramente, el etanol de maíz no es ni sustentable ni rentable, y se está poniendo bastante esfuerzo en encontrar otros insumos agrícolas como este.

Patzec presentó una detallada objeción al artículo de la revista Science que mostraba un balance energético positivo en la producción de etanol de maíz, exponiendo los principales errores usados en la contabilidad energética. Estos incluían:

• Fallas en contabilizar la energía de los granos de maíz como un ingreso de energía

• Asumir una obtención elevada de etanol de maíz al contrario de los datos verídicos

• Asignar costos de energía indebidamente en la producción de etanol, en particular, destilación de subproductos como los residuos de la fermentación que no tienen nada que ver con la producción de etanol.

Adicionalmente, la industria de etanol usualmente infla la obtención de etanol contando como etanol el 5% de gasolina añadida al etanol de maíz como desnaturalizador; toman el monto de almidón fermentado como si fuese el total de almidón extraíble, aunque no todo lo último es fermentable; y toman el peso del maíz húmedo (un promedio de 18% de humedad) como si fuera maíz seco.

Cuando la contabilidad energética hecha por autores diferentes es re-analizada con el mismo set de datos realistas, los saldos energéticos resultan ser remarcablemente uniformes.

La relación entrada/salida varía entre 0,245 y 0,310. En otras palabras, el balance energético es severamente negativo: por cada unidad usada en hacer metanol de maíz, se obtiene al menos 0,3 unidades de energía de regreso. Por lo menos 9 veces más energía fósil para producir etanol de maíz en la puerta de la refinación que producir gasolina o diesel de petróleo.

Como Patsek señala, los 7.500 millones de galones de etanol que se deben producir para el 2005 de acuerdo a la Ley de Energía, podría ser compensada por un incremento en el millaje automotriz con tan solo una milla por galón, excluyendo a los vehículos deportivos que literalmente devoran gasolina y la generación de luces vehiculares.

Las consecuencias económicas de la excesiva producción de maíz han sido devastadoras. El precio del maíz en Iowa, el más grande productor, declinó 10 veces entre 1949 y el 2005, al mismo tiempo que las cosechas de maíz se triplicaban.

Hoy día los agricultores de Iowa ganan una tercera parte de lo que ganaban hace 50 años, pero sus costos de producción se han multiplicado, debido a que queman metano y diesel para producir maíz. El precio de metano se ha incrementado varias veces en los últimos 3 años. “Los subsidios a los cultivos de maíz que han suplido los precios del maíz en el mercado han aumentado hasta en un 50% entre 1995 y el 2004”. Patzek predice más concentración en la producción industrial del maíz en gigantescas fincas operados por las grandes corporaciones agrícolas, mientras que a los pequeños agricultores solo les resta alquilarles su tierra.

Un insumo industrial, cuyo precio está por los suelos, puede ser ahora procesado en etanol con una rentabilidad significante, más aún con un subsidio federal de 50 centavos por galón de etanol, más los subsidios estatales y locales.

Patzek concluye: “Los Estados Unidos ya han perdido mucho tiempo, dinero y recursos naturales”.detrás de un espejismo de un modelo energético que no tiene posibilidades de remplazar los combustibles fósiles…. La única solución real es limitar el ritmo de uso de estos combustibles fósiles. Cualquier otra cosa resultara eventualmente en un desastre nacional”.

(*) Este artículo es parte de la reciente publicación: “Which Energy?” Informe sobre Energía 2006 del Institute of Science in Society, y cuyos autores son Mae-Wan Ho, Peter Bunyard, Peter Saunders, Elizabeth Bravo y Rhea Gala.

Mae-Wan Ho es profesora de Biología de la Open University y miembro de la National Genetics Foundation de Estados Unidos. Ha debatido sobre ingeniería genética en las Naciones Unidas, el Banco Mundial y el Parlamento Europeo, entre otras instituciones. Desde 1994 es consejera científica de la Red del Tercer Mundo sobre biotecnología de la ingeniería genética y seguridad biológica.