"Entredichos" de Osvaldo Bayer

Unos días de vacaciones me vinieron bien para poder leer varios libros que tenía pendientes. Entre ellos, uno que quiero destacar es “Entredichos”, una recopilación que Fabián D’Aloisio y Bruno Nápoli realizaron sobre distintas polémicas que Osvaldo Bayer tuvo a través de su carrera.

Estos intercambios incluyen las discusiones con Günter Lorenz con motivo de la invitación y posterior censura en el III Coloquio Latinoamericano en Alemania, y otras polémicas con Alvaro Abós, Rodolfo Terragno, Mempo Giardinelli, Ernesto Sábato y Rodolfo Graña.

El intercambio con estos grandes autores, exceptuando el último caso, donde la pluma de Bayer destruye en pocos parrafos a un joven Graña, sirven a modo de puntapie inicial para reflexionar sobre las principales temáticas del autor argentino: la violencia política, el exilio y la construcción de la democracia argentina.

Si bien en los textos se discuten ejemplos del anarquismo de principios del siglo XX, son utilizados por los autores para debatir sobre la violencia en los 70´s y el futuro de nuestro país luego de la llegada de la democracia en el 83.

Cada capítulo tiene una reflexión final a cargo de Horacio González, Felipe Pigna, Sandra Russo, Marina Franco, Omar Acha, María Pía López y Silvina Jensen.

Para quienes quieran empezar a leer a Bayer es una excelente opción. Para sus lectores, una oportunidad de ver la mejor facetas de polemista de este autor.

Entrevista a Silvio Rodríguez

En el blog cubano Patio Criollísimo encontré esta interesante entrevista a Silvio Rodríguez que transcribo a continuación.

  • «Ser fiel a un pueblo como el cubano es de las mejores vidas que se pueden tener»
  • «Que los cubanos puedan salir y entrar sin trabas»
  • «El Estado cubano tiene que ser modernizado; hay que abandonar la retórica autocomplaciente de la que los jóvenes se distancian»
  • «Invocando el reverso de lo que digo, termino afirmando que el futuro del mundo es el infierno»
  • «Ojalá se imponga Obama, para que el triunfo de un afroamericano sea una contribución al mundo nuevo que prometen»

Por Fernando García

Silvio Rodríguez (Cuba, 1946) sigue siendo un cantautor revolucionario. Su compromiso con el socialismo está fuera de duda. Pero el autor de “Ojalá” reclama cambios a su gobierno. Sin premura, pero sin demoras que pongan en peligro lo conquistado. El trovador cubano pide el fin de las restricciones a los viajes y una modernización del Estado.

¿Qué prepara en este momento?

Trabajo en la posproducción de dos DVD: uno recoge un concierto que regalamos al pueblo de Santo Domingo en 2007, en el estadio de béisbol de la capital. El otro es un concierto de mayo de este año, en el teatro Karl Marx de La Habana. En ambos casos los músicos que me acompañan son el trío Trovarroco, Oliver Valdés y Niurka González. El primer DVD lo está realizando René Arencibia; el segundo, Lester Hamlet, con quien también colaboro en un documental sobre la gira por prisiones que hicimos un grupo de escritores y artistas, entre enero y mayo de 2008.

Estoy componiendo canciones para el primer largometraje de animación en 3D que se hará en Cuba. Se trata de un proyecto del realizador Ernesto Padrón sobre el cuento de magia Meñique (de Laboulaye), del que José Martí hiciera una versión muy hermosa. Además estoy componiendo y grabando temas para un posible disco, que supongo verá la luz en 2009.

¿Cómo encuentra el panorama musical en Cuba, en general, y el de la trova en particular?

Nunca han existido más orquestas y bandas en Cuba que ahora mismo. Hay contratiempos, pero las agrupaciones aumentan en todas las manifestaciones musicales. Desde que se gradúan, los músicos de conciertos confrontan la necesidad de instrumentos, generalmente difíciles de conseguir, sobre todo de calidad profesional; también escasean los recambios, y además en Cuba hay pocos luthieres.

Si se trata de una orquesta grande, como las sinfónicas que hay en varias provincias, requieren de locales de ensayos amplios y luego de teatros con ciertas condiciones. La música llamada popular también confronta angustias, pero crece. Pese a las dificultades materiales la música cubana siempre se está reinventando con creatividad. Ahora mismo no es una excepción. Siguen existiendo problemas con las bandas de rock; pero al parecer es más por indisciplinas sociales que ocurren en torno a los conciertos que por prejuicios con la música.

La trova continúa haciéndose en guetos, como ha sido siempre. La mayoría de los trovadores se la pasan componiendo maravillas, hasta que un día una canción da un salto y los identifica. Buena parte de la trova tradicional sobrevivió gracias a sus admiradores, que prestaron sus salas y sus patios para que se cantara.

El feeling trascendió por los intérpretes de la canción romántica, mientras los compositores descargaban en lugares oscuros, a veces molestados por borrachos. La nueva trova por poco no fue frustrada al nacer, pero tuvo apoyo de muchos jóvenes y de instituciones como Casa de las Américas y el ICAIC. Los trovadores actuales han sobrevivido por el Centro Pablo de la Torriente.

Allí, en su patio de la calle Muralla, en La Habana Vieja , han cantado muchos y han sido grabados sus conciertos. Tener un lugar de confluencia les ha permitido intercambiar ideas y organizarse un poco; gracias a eso ahora sabemos de muchas peñitas diseminadas en diversos rincones de la ciudad.

¿Hasta qué punto cree que las deserciones afectan a la música y el arte cubanos?

Es un mito que Cuba sea el país Latinoamericano de más emigrantes.. De Cuba se va un 8 %. De varios países de la región emigra desde un 9 hasta un 20%. Aunque fueran menos, me dolerían las ausencias, sobre todo las económicas. Viéndolo como impacto en la cultura, somos un país con una gran capacidad de auto-reparación. El talento del cubano y las escuelas de arte han hecho un dueto imbatible.

Hace pocos meses participó en una gira por las cárceles cubanas. ¿Qué enseñanzas extrajo? ¿Cómo encontró el trato que los presos reciben del Estados y las autoridades?

Una enseñanza fundamental se la escuché decir con modestia, pero con sabiduría, a los trabajadores de las Prisiones: “Ninguna cárcel es buena”. Sin perder de vista esa certeza, en las cárceles cubanas hay realidades que rompen los esquemas y muchos prejuicios. Para ser presidios de un país del tercer mundo y para colmo bloqueado, se ven experiencias de rehabilitación asombrosas, lamentablemente poco conocidas.

Discutí mucho con las autoridades de prisión sobre la necesidad de divulgar esos logros. No era la primera vez que hacíamos una gira por prisiones; en esta ocasión el hecho fue más publicitado, creo que para bien. Quizá por eso nuestra visita dio lugar a ciertas mejoras materiales, al menos en las 16 cárceles que visitamos. El arte se genera en una parte inaprensible del ser humano; en todos los presidios nosotros compartimos la escena con los reclusos y con los custodios. Allí descubrimos aficionados con vocaciones muy fuertes.

Hace poco leí que una orquesta sinfónica de Madrid había empezado a visitar algunas prisiones españolas. Traté de seguir la secuencia, pero fue una noticia solitaria. Aún así me sirvió para pensar en la posibilidad de hacer lo mismo aquí, cuando superemos los desastres que nos dejaron los ciclones.

¿Cómo ve las tendencias, los gustos y las modas musicales de las nuevas generaciones?

Creo que siempre he estado algo desfasado respecto a algunas manías momentáneas. En mi juventud escribí una canción llamada “Aunque no esté de moda”. El sábado pasado encendí la televisión y, en un programa de horario estelar, vi un montón de caras completamente nuevas para mí. La tendencia musical que parece predominar es la de largos discursos sobre ritmos hipnóticos. Yo mismo tengo un hijo que hace rap.

Él actúa en las afueras de La Habana , en eventos medio clandestinos que hacen los jóvenes en las playas. Me da igual el estilo que adopte, siempre que lo anime un espíritu artístico, como es su caso.

Todas las épocas tiene sus corrientes y desagües. Lo valioso comienza confundido entre el montón, quemándose en el crisol de la perseverancia. Lamentablemente no sólo queda hojarasca en el camino; también caen talentos que no tuvieron suerte o la consistencia necesaria. Es muy importante que los jóvenes artistas se cultiven y que no paren de superarse. Las instituciones culturales debieran estar llenas de personas cultas, de expertos detectores de talentos para prestar ayuda a los jóvenes.

Los medios y las nuevas tecnologías de la comunicación han hecho a Cuba más permeable a consumos que durante años se venían rechazando. Esto incluye a la cultura. ¿En qué medida considera estas influencias positivas y en qué modo le parecen negativas?

En lo personal veo como positivo lo que me libera, pero no a tontas y a ciegas, porque hay ensanchamientos que son anzuelos para incautos.

Entiendo que Ud. me habla de que la tecnología puede introducirnos hábitos de las sociedades de consumo y yo parto de que es necesario -inevitable- aprender el mundo, con defectos y todo. Por conocer la diversidad se llega a saber que no todo lo que hace otro es bueno para uno mismo.

Tampoco es secreto que los llamados “medios” suelen responder a los intereses que dominan.

Las tradiciones -las culturas, las ideologías- se defienden justificándose y descalificando a quienes no acatan sus normas. Una característica de la llamada “cultura occidental” es su fanatismo por la tecnología. Los que no lucen el último artificio son vistos, al menos, con lástima. Pues yo no le encuentro sentido a la tecnología por la tecnología, y tampoco al consumismo desenfrenado. Son hábitos que están agotando los recursos y dejando sin futuro a nuestros hijos. Sin embargo la tecnología puede estar en función del mejoramiento humano y de la forma de ser de cada cual.

Décadas de bloqueos y restricciones pueden propiciar deslumbramientos. Pero que podamos ser ingenuos no quiere decir que la tecnología adolece de un pecado original. Porque la inteligencia también puede reformular los avances -cualquier conocimiento- en función de la propia identidad.

En el reciente congreso de la Unión de Escritores y Artistas Cubanos se debatió largo y tendido sobre el trabajo artístico y su remuneración en Cuba. Según se mire, y según los casos, algunos artistas cubanos pueden parecer injustamente tratados o, por el contrario, como privilegiados. Pero éstas son visiones desde fuera. ¿Cuál es la suya desde dentro?

El mundo del espectáculo está universalmente sobredimensionado, muy especialmente la industria de la música, que genera toneladas de dinero. Pero en Cuba, a pesar de sus valores, la mayoría de los músicos tiene que esmerarse para vivir al día. En nuestro país sólo la música bailable y algunos artistas plásticos consiguen ser solventes. Los otros pocos artistas que vivimos mejor hemos obtenido estabilidad económica por nuestro trabajo ocasional en el exterior. Por su parte grandes actores han tenido que trabajar como boteros (taxistas); otros han emigrado para sobrevivir (también los hay que no han soportado vivir afuera ni con éxito).

Los escritores y los cineastas, desde antes de la Revolución, han sufrido limitaciones económicas. Pero este problema no es sólo del sector cultural, que además es uno de los mejor pagados del país. Tenemos deudas de retribución, por ejemplo, con los profesionales, con los deportistas, con todo el pueblo.

El congreso de la UNEAC fue significativo porque, después de un largo período de aparente apatía, se juntaron muchos intelectuales a tratar de empujar el carro de la sociedad. A mí me parecieron trascendentales las observaciones sobre el deterioro de algunas zonas del sistema educacional, que es una de nuestras glorias sociales. Porque resulta que actualmente la enseñanza, incluso la artística, es uno de los trabajos peor remunerados. Y es más que justo invocar la dignificación del trabajo cuando se trata de un drama nacional.

En ese congreso se habló de “los hijos que están fuera”. Es un asunto que linda con el de los problemas para salir del país, causados en gran parte desde fuera pero también desde dentro. Hace unos meses usted se pronunció en contra de distintas restricciones en la Cuba de hoy. Algunas se han levantado, pero otras siguen ahí, entre ellas las relativas a las salidas. ¿Cree que hay un freno, como dicen algunos comentaristas foráneos?

Desde sus comienzos se viene diciendo que la revolución es voluntaria. En nuestra isla todas las familias están rotas por alguna parte. No hace meses sino años que me pronuncio pública y privadamente sobre cuestiones que considero urgentes, como lo es eliminar el permiso de salida y entrada de los naturales cubanos a su país.

Ese trámite fue una solución coyuntural de hace décadas; hoy parece más una restricción a los derechos ciudadanos y creo que sobra. Circulan diversas hipótesis de por qué no se acaba de tomar la medida, pero el gobierno es cauteloso con el tema. Este tipo de restricción a la libertad encaja divinamente en la mala fama del llamado socialismo real. Yo soy de la opinión de que romper con ese tabú sería muy positivo para la salud del socialismo, incluso del cubano.

¿Qué otras cosas habría que cambiar?

Creo que el estado cubano tiene que ser modernizado. Nos redujeron a ser una plaza sitiada y eso contribuyó a nuestro encapsulamiento, pero ahora pesa el exceso de centralización. Se crearon fórmulas que funcionaron en las condiciones de antaño y el cuestionamiento de esas fórmulas continuó siendo responsabilidad de pocos. Cuando son juez y a la vez parte, hasta las verdades más puras corren el riesgo de irse volviendo autocomplacientes.

Esto va creando una retórica oficial que hasta por estética distancia a las nuevas generaciones de las esencias; se da lugar a vicios, a nuevas formas de corrupción, a oportunismo, a demagogia. Hay dos cosas que necesita una sociedad: una es generar entusiasmo y la otra es ofrecer seguridad. A veces ocurre la maravilla de ver estas dos virtudes juntas: para las generaciones anteriores el entusiasmo lo producía la confrontación con las fuerzas que negaban a la Revolución , que a su vez le aportaba seguridad al pueblo, haciéndole justicia.

Las nuevas generaciones viven en otra realidad: la justicia por la que antes se luchaba ahora está institucionalizada. Algunos jóvenes sólo sienten las incomodidades de vivir en un país donde casi todo escasea y con demasiados absurdos administrativos. Para ellos lo foráneo llega a convertirse en quimera. Por su parte los enemigos ya no necesitan desembarcar en nuestras playas: saben que el bloqueo nos hace más daño que cualquier invasión y además han tejido una vasta red de propaganda, a través de la prensa e Internet.

Ante una agresividad que ha sabido evolucionar con los tiempos, a veces las defensas del gobierno parecen obsoletas. A mi modo de ver el centralismo debe ser superado por un sistema más pragmático y maduro. Ya sé que con premura no se puede desenredar una madeja. Ante tanta hostilidad cualquier paso trascendente es más riesgoso que cuando la Revolución era joven. Pero quizá de eso dependa que tantos sacrificios no se malogren.

¿Es usted partidario de una mayor apertura política y/o económica? ¿Con qué límites? ¿No hay un mayor apremio tras el devastador paso de dos ciclones?

Cuba ha estado siempre en el centro de ciclones más feroces que el Gustav y el Ike, sin desdorar la crueldad de esos meteoros. Quienes nos asfixian nos han hecho más daño que todos los huracanes. Fíjese que en los primeros días del desastre, salvo honrosas excepciones amigas, incluyendo la de España, la solidaridad con Cuba parecía cicatera, cuando no una formalidad.

Aún así, en los lugares más golpeados no se ha parado de trabajar durísimo y los que lo han perdido todo mantienen la confianza en su país, por los principios de solidaridad que siempre practicamos. Ante una tragedia como esta deseo menos que mi país retroceda a un sistema que estimula el egoísmo, la futilidad y la explotación; un sistema que ahora mismo está dando serias señales de fracaso.

Si no fuéramos socialistas esto nos hubiera costado miles de vidas y muchas más pérdidas materiales. Por experiencia propia sé que en el socialismo puede haber muchos absurdos, pero entre dos sistemas imperfectos escojo el que apuesta por la solidaridad humana, por la igualdad de oportunidades a los que nacen, tengan la cuna que tengan. Claro que quisiera que el socialismo cubano evolucionara hacia formas más participativas y democráticas, lo que yo entendería más como profundización que como apertura.

Al respecto, el gobierno cubano acaba de plantear, al menos verbalmente, la posibilidad de que los cubanos incrementen sin límites sus salarios, en la medida en que trabajen más. El estado cubano se declara dispuesto a remunerar el esfuerzo laboral sin poner techo. Creo que ahora debiéramos facilitarle el camino al trabajo.

Más en particular ¿Qué les pediría a Raúl y Fidel?

No creo que envíe mensaje alguno a través de un periódico, ni siquiera de Granma. No me gustaría que Fidel o Raúl, entre los papeles que les ponen a diario sobre sus mesas, encontraran una nota periodística con un mensaje mío.

Comprendo que los medios pueden llegar casi a todas partes, pero lo que necesito hacer saber lo canto o lo escribo. Así que seguiré corriendo el riesgo de que un cuadro con iniciativa “me suspenda la función” o “me archive en copias y no en originales”.

¿Cuál es su balance de 50 años de revolución?

Puedo resumirlo preguntándome cuánta gente pasa por la vida sin encontrarle sentido a la existencia, sin una razón de ser, sin un trazado mínimo de coherencia. Ser hijo y ser fiel a un pueblo como el cubano es de las mejores vidas que se puedan tener. Ese ha sido uno de mis privilegios y el de muchos de mi generación. Así que mi recuento puede que no sea ideal, pero es satisfactorio.

¿Por qué no repitió como candidato a diputado nacional del Poder Popular?

Empecé en la cuarta legislatura, en 1993, a principios del llamado Período Especial, justamente cuando se derrumbó el campo socialista y se anunciaba que la Historia había terminado. “Si entonces escribí la canción “El necio” (de compromiso y lealtad a la Revolución ), lo más consecuente era responder al llamado de mi país cuando fui elegido sin haberme postulado.

Un lustro después acepté integrar la quinta legislatura y otro más tarde la sexta, lo que hicieron un total de 15 años como Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Honor para mi currículo y suficiente tiempo para alguien como yo, sin vocación de político.

¿Qué cabe esperar de un cambio en la presidencia de Estados Unidos? (Si gana Obama/Si gana McCain)

Hay quienes dicen que a la larga los republicanos resultan para Cuba más benévolos que los demócratas. A mí me parece que, gane quien gane, la tarea que tiene el próximo presidente es formidable: recuperar no sólo la confianza internacional en los Estados Unidos, sino la de sus propios ciudadanos en la seguridad de su sistema. Ojalá se imponga Obama, para bien de su pueblo y para que el acto de ganar un afroamericano sea una contribución a ese mundo nuevo que prometen.

El mundo vive horas de cambios y turbulencias, unas más inquietantes que otras. ¿Cómo ve usted el futuro?

Veo con esperanza los procesos de izquierda en Latinoamérica. Confío en que no cometan nuestros errores; se lo dije una vez al presidente Chávez. Confío en que cada vez más haya un frente común y en que consigamos convertirnos en un haz de naciones hermanas y solidarias, para que el sueño de Bolívar, de Martí y de tantos próceres se realice. Ojalá más temprano que tarde exista una Unión Latinoamericana y del Caribe, como hoy existe una Unión Europea.

Espero que las agresiones se acaben en todo el mundo; que regresen a sus hogares los jóvenes que fueron enviados a matar y a morir por causas más que dudosas. Espero que israelíes y palestinos consigan entenderse y se acabe esa vendetta que atraviesa los siglos y que es dolor de tantos. Espero que se deje de gastar en armas y que todo ese dinero se invierta en salud y en educación para los países del tercer mundo, muy especialmente para África, donde existe una pobreza inadmisible para vergüenza de la humanidad.

Espero que todos los niños que nazcan, sin excepción, tengan derecho a la vida, a los alimentos, a la salud, a los estudios y más tarde al trabajo. Espero que el concepto de minorías étnicas desaparezca como forma de discriminación, que todos tengamos los mismos derechos y seamos considerados iguales, por encima de géneros, razas, credos, preferencias sexuales, etcétera y etcétera.

Espero que crezca la conciencia ecológica y el poder para detener la depredación ambiental, de modo que paremos la destrucción de nuestro planeta. En estos días cada vez más analistas coinciden en que está comenzando otra Gran Depresión y que después ya nada volverá a ser igual. Espero que los pobres no paguen una vez más la irresponsabilidad de los ricos. Espero que Estados Unidos levante su bloqueo contra Cuba.

Soy una rara combinación de pesimista con utópico. Tengo muy mala puntería cuando anuncio mis esperanzas. Muchas veces digo que va a pasar algo y ocurre lo contrario. Esto me ha hecho supersticioso con mis propios deseos. Y para que vea que es cierto, o sea invocando el reverso de lo que digo, voy a terminar diciendo que el futuro del mundo es el infierno.

Cumpleaños de la Ley de Bosques

Miguel Bonasso, diputado autor de la Ley de Bosques sancionada hace un año escribió una nota en el diario Crítica en relación a la falta de reglamentación de la Ley.

Un cumpleaños amargo

La Ley de Bosques fue sancionada por el Congreso el 28 de noviembre del año pasado. Pero el Ejecutivo todavía no la promulga y reglamenta.

M.Bonasso.

Desde ya les pido perdón a los editores y lectores de este diario por ejercer la insistencia de manera terca y machacona. Pero no me cabe otra. En nuestro querido país, no basta que un legislador proponga una ley y consiga, tras ingentes esfuerzos, que se la voten. Es preciso que abogue después, hasta el cansancio, para que el Poder Ejecutivo la promulgue y la reglamente.

Es el caso de la Ley 26.331, llamada “De Bosques”, que fue sancionada por el
Congreso hace un año. Año que se cumplió el pasado viernes 28 de noviembre. Y seguimos hasta el momento de escribir estas líneas sin el decreto reglamentario del Ejecutivo. En contra, por cierto, de lo que la ley establece en su artículo 42, donde indica que la reglamentación debe producirse en un plazo máximo de noventa días.

O sea que si se reglamentara en el breve lapso que media entre la redacción de esta columna y su ubicación, igual el Gobierno estaría en pecado. Pero no hay indicios de que eso ocurra. Sólo promesas.

Hasta donde sé, la Ley de Bosques está varada en una oficina del Ministerio de conomía. Aunque se encuentra en vigencia desde su publicación en el Boletín Oficial y por lo tanto prohíbe expresamente nuevos desmontes de bosques nativos, su falta de reglamentación genera confusión (honesta o maliciosa) en las autoridades de aplicación, que son los organismos provinciales. Algunos funcionarios, como el director de Bosques de Entre Ríos, dicen desconocer, por ejemplo, qué escala de multas deberían aplicar a los desmontadores seriales.

Es sintomático que el Ejecutivo defienda a capa y espada el concepto de emergencia económica y no preste atención a la emergencia forestal que estamos padeciendo desde que se desató la fiebre de la soja en la Argentina.
Emergencia
que es parte de una situación francamente crítica en casi todos los rubros que hacen a los recursos naturales y la preservación del ambiente. El reciente veto presidencial a la Ley de Protección de los Glaciares ejemplifica esta desaprensión en los hechos, que pretende cubrirse con una defensa retórica del ambiente, consagrado como derecho humano fundamental en el artículo 41 de la Constitución Nacional.

Inútiles han sido todos los esfuerzos realizados hasta el presente para que la ley se reglamente. El 29 de julio último, al cumplirse ocho meses desde la promulgación, presentamos un pedido de informes al Poder Ejecutivo para que nos explicara cuáles eran las razones por las que no se había reglamentado; cuáles eran los motivos por los que no se había cumplido con el artículo 42 y para que se sirviera explicitar cuál o cuáles fueron los organismos que provocaron el atraso.

Dos meses más tarde, descubrimos que en el proyecto de ley de presupuesto para 2009 no existía ninguna partida destinada a la implementación de la Ley de Bosques. Como algunos lectores interesados en el tema recordarán, cuando el proyecto obtuvo media sanción en Diputados, el Senado le incorporó una cláusula cuyo objetivo era crear un fondo especial para las provincias de mil millones de pesos, destinado a otorgar compensaciones a los productores a los que se les impedía realizar nuevos desmontes. En Diputados estuvimos de acuerdo con la creación de ese fondo, porque pensamos que el daño ambiental que podía seguir produciéndose si no se paraba la tala iba a ser muy superior.

Se comunicó entonces conmigo Romina Picolotti, la secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable, para informarme oficiosamente que dispondrían una partida extra de 400 millones de pesos para el citado fondo compensatorio. Era en vísperas de la presentación del jefe de Gabinete Sergio Massa ante la Cámara de Diputados.

El primero de octubre, en el recinto, le pregunté públicamente a Massa por la
falta de reglamentación y sus responsables. Me respondió textualmente: “Probablemente el señor diputado haya tenido suficiente información a partir del diálogo que mantuviera con la secretaria de Política Ambiental. De no ser así, la secretaria sigue a su disposición, tal como lo estuvo hace muy pocos días. Lo que sí quiero que quede claro ante este Parlamento es que la omisión en torno al financiamiento de la Ley de Bosques va a ser saldada con una nota del Poder Ejecutivo a la comisión de Presupuesto y Hacienda en la que quede claro que se trató de una omisión y no de la voluntad de incumplir con una obligación planteada por medio de una ley”.

Repliqué: “En su respuesta, el señor ministro no contestó lo medular de la pregunta. Yo le pregunté por qué no se había reglamentado en 280 días la Ley de Bosques y él se refirió a una comunicación telefónica que la secretaria de Ambiente tuvo conmigo, lo cual es cierto, pero eso no responde qué funcionarios son responsables de no haber reglamentado la ley”.

No era una cuestión baladí, burocrática o administrativa. La no reglamentación en un año va a traer consecuencias judiciales tendientes a obstaculizar los objetivos centrales que buscamos al legislar a favor de nuestros castigados bosques nativos. Esto es así porque la ley estableció una moratoria de un año, en el que no se pueden efectuar nuevos desmontes, hasta que las provincias realicen un ordenamiento territorial.
O sea, para que determinen en qué zonas no
puede haber categóricamente desmontes, en cuáles podrían ejecutarse previo estudio de impacto ambiental y la realización de audiencias públicas en las que participen las comunidades interesadas y en cuáles montes pueden actuar las topadoras sin objeciones.

El año de la moratoria ha concluido y no todas las provincias han realizado su ordenamiento territorial. Esto podría dar pie a que los vivos que nunca faltan argumenten que se acabó el tiempo de veda y que pueden volver a desmontar alegremente.

Desde luego que el espíritu protector de la ley lo prohíbe expresamente, pero la demora en la reglamentación, que consumió los 365 días de moratoria, podría dar lugar a diversas presentaciones ante la Justicia. Así lo admiten, sotto voce, en la propia Secretaría de Ambiente, donde a la vez pretenden tranquilizarnos afirmando que es inminente la promulgación del decreto.

Aunque así sea, si sumamos esta indefendible demora a la que hubo en el propio tratamiento de la ley, que comenzó a mediados de 2006, veremos que en el medio perdimos muchas forestas para siempre. Solamente en Salta, en el año del tratamiento de la 26.331, el ecocida Juan Carlos Romero autorizó el desmonte de 478 mil hectáreas.

Así vamos.

Entrevista en Mundo Twitter

En Mundo Twitter me entrevistaron en relación a la utilización que desde Greenpeace hacemos de Twitter.

A continuación la entrevista:

Se trata de la cuenta de Twitter deGreenpeace en Argentina y nos contesta las preguntas Hernán P. Nadal que desempeña el cargo de New Media Manager de Greenpeace Argentina.

Se trata de una persona muy involucrada en el uso de Internet en la difusión de los objetivo de esta organización, como demuestra la creación y gestión de la comunidad onlineI-Go (primer plataforma de web2.0 de Greenpeace) para la campaña internacional 2006 de ballenas; el desarrollo del GreenSMS, primer plataforma mobile para Greenpeace (“Best Messaging Application: Public Sector / Not for profit.”, 2006, premio otorgado por “160 characters. SMS & Mobile association”), y el diseño y ejecución de la campaña online “Votá por la Ley de Bosques” que logró más de un millón de firmas digitales en dos meses y colaboró con la aprobación de la misma.

P.- ¿Cuánto tiempo hace que estáis en Twitter? ¿recuerdas porque decidisteis entrar?
R.- Empezamos a trabajar con Twitter en Enero del 2008. Me decidí a hacerlo porque ya había probado twitter desde mi cuenta personal y desde ahí contaba cosas sobre el trabajo de Greenpeace y publicaba links de actividades y noticias de la organización.
Viendo el interés que despertaba y analizando la utilización que muchas empresas hacían de este medio rápidamente saqué una cuenta para Greenpeace y empezamos a twittear.

P.- En el tiempo que hace que estoy en Twitter he visto muy pocas ONG’s con una cuenta activa en este entorno. ¿será porque no es el medio para la difusión y comunicación de este tipo de organizaciones?
R.- No creo que sea eso. Creo que es una herramienta con un potencial enorme para las ONG´s. El problema, a mi entender, radica en la falta de conocimiento de esta herramienta, y de otras del estilo, por parte de los miembros de las organizaciones sociales. A medida que vayan conociendo y descubriendo las ventajas de la utilización de la web2.0, las organizaciones incorporarán Twitter como parte de sus estrategias de comunicación, involucramiento público y recaudación de fondos (fundraising)

P.-¿Está incluida la creación de esta cuenta dentro de una estrategia de comunicación más amplia (blogs, facebook…)?
R.- Si. Greenpeace trabaja activamente en varias comunidades online y tiene varios blogs activos. Por ejemplo, podemos destacar el blog de campañas de Greenpeace Argentina, una página en Facebook y un grupo en Sonico a los que invitamos que se sumen.

P.- ¿Qué esperáis conseguir con vuestra presencia en Twitter, en particular, y en los social media en general?
R.- Esperamos establecer una relación más estrecha con nuestros socios, ciber y móvil activistas, así como nuevos públicos a los que nos interesa llegar con nuestro mensaje. Esta comunicación tiene la doble función de darle a estos públicos la posibilidad de participar más activamente en nuestras campañas y a nosotros la posibilidad de hacer campañas más efectivas basadas en la participación de más gente en las mismas.

P.- Existen dos modelos claramente opuestos en el uso de Twitter: usarlo como punto de publicación de información o usarlo como punto de conversación. ¿cuál será vuestra estrategia?
R.- En principio estamos usándolo como un elemento de publicación de noticias, pero también leemos todas las respuestas que recibimos de los que nos siguen, ya sea en forma pública o privada y contestamos muchos de sus requerimientos. Este feedback, como explicaba anteriormente, es muy tenido en cuenta a la hora de planificar y evaluar nuestras campañas.

P.- ¿Cuál va a ser vuestra estrategia para la difusión y comunicación de vuestra cuenta en Twitter?
R.- Vamos a ir progresivamente difundiéndolo a través de nuestro sitio web, y a través de nuestra lista de ciberactivistas (más de 800.000 personas) quienes reciben periódicamente nuestras alertas vía correo electrónico.

La antigua Union Sovietica

Durante la Guerra Fría, la revista Times publicó este mapa en su edición del 10 de marzo de 1952, en donde se representa un creciente “amenaza comunista” que se desliza desde la antigua Unión Soviética y que podría llegar a hundir a toda Europa.

El uso de los colores y la perspectiva refuerza la sensación del peligro de los países que aún estaban “libres” del comunismo de ser conquistados por el “peligro rojo”.

Esta eficaz estrategia psicológica evidenciada en este mapa es una utilización innovadora para ese momento de la propaganda en este trabajo realizado por R. M. Chapin, el principal cartógrafo de mapas políticos de Times.

Cualquier parecido con la actualidad de los medios norteamericanos y las guerras de los últimos años es pura coincidencia.

¿No?

“Obama es parte de la clase privilegiada, es un blanco que tomó dos horas de sol”

El Dr. Roberto Amenta, médico de cabecera de nuestra familia desde hace casi 50 años, me envía esta interesante entrevista que Diego Valenzuela le realizó a Noam Chomsky en la que el lingüista norteamericano analiza a Barak Obama y su posible gobierno.

Les recomiendo también prestar atención a la última pregunta del reportaje.

Impacta entrar al Massachusetts Institute of Technology (MIT). Su edificio central recuerda a la Grecia antigua, pero pronto uno se da cuenta de que está en una de las universidades más avanzadas del mundo, con sus edificios vanguardistas y cargados de innovación arquitectónica. Noam Chomsky trabaja en el piso 8 del State Center, famoso por su diseño futurista. El ámbito es estimulante. Me recibe la secretaria de Chomsky con su perro, un caniche negro, al que lleva al trabajo casi todos los días. Chomsky ocupa una luminosa oficina del departamento de linguística y filosofía del MIT. Es un referente intelectual de los Estados Unidos, aunque su presencia en los medios locales es realmente limitada. Es que este profesor se encuentra bastante a la izquierda de todo el sistema político norteamericano.

En su percepción, no existe democracia verdadera en los Estados Unidos. Le pregunto dónde ve una democracia funcionando, y me responde: “En Bolivia”. Cree que la probable llegada de un negro a la presidencia de los Estados Unidos es consecuencia de las luchas de los movimientos sociales desde los años 60, aunque afirma que la segregación racial continúa en el país de forma más sutil. Me sorprende su visión de la crisis económica: piensa que es resultado de un sistema que no es verdaderamente liberal y de competencia.

—¿Qué significa que un negro esté cerca de la presidencia?

—Es resultado de 40 años de luchas, del trabajo de los activistas de los derechos civiles desde los años 60, del movimiento feminista en los 70, del movimiento de solidaridad, de los ambientalistas y últimamente de la corriente que lucha por una justicia global. La consecuencia es una sociedad más civilizada, se han roto barreras, y esto permite que aparezca gente que piensa diferente. Esto explica que tengamos un afroamericano o mujeres en la carrera presidencial. Lo vemos incluso en las entrevistas a gente de los estados del sur.

—¿Es un cambio Obama?

—Habría que ver qué significa “cambio”. Para ver negros verdaderos hay que ir a los suburbios de Boston, no a Harvard. Obama es un hombre de clase media alta, liberal, que estudió en Harvard, no es lo que yo veo en mi barrio, en los suburbios. El corte con él no es racial, sino social. Obama es parte de la clase privilegiada, es casi un blanco que tomó un par de horas de sol en la playa.

—Desde Kennedy y los movimientos de los derechos civiles se ha avanzado en la integración de los negros. ¿Sobrevive la segregación?

—Por supuesto. Hay formas diferentes de segregación, como el sistema de transporte. Cambridge (donde está Harvard) está blindada. Hace rato que se plantea extender el subte a los suburbios, pero no se realiza nunca. No es lo mismo tardar 10 minutos que 40 en llegar al centro o a Cambridge. El sistema de transporte es una forma de mantener a los negros alejados. Hay formas sutiles de discriminación y explotación. Además, no hay sólo segregación racial sino social. Hubo proyectos de integración escolar que no rindieron frutos.

—¿Qué dice de la campaña?

—Los candidatos son productos de marketing, creados por los asesores y las firmas de relaciones públicas. Con Bush ya lo hicieron y les salió bien: un muchacho común, al que le gusta la cerveza y estar en su rancho. Hasta creo que lo han entrenado para que hable mal o pronuncie mal algunas palabras.

—Los Estados Unidos están entrando en una inédita crisis. ¿Cómo se llega a esto en la mayor potencia capitalista?

—Hubo una propaganda del mismo sistema para que la gente compre y se endeude. Ahora que todo se complica, la gente quiere “cambio”. Pero la realidad es que el sistema fabrica consumidores, y es la forma de que no molesten. Vea si no los avisos publicitarios de los autos, o de cualquier producto: ya ni informan de las cualidades del mismo, no fomentan la existencia de un consumidor informado que toma decisiones racionales. Así se crea una burbuja, que Greenspan se rehusó a parar. Hay una creencia casi religiosa de que los mercados se regulan solos, algo que no tiene base empírica fuerte. Es lo que les conviene a los poderosos en el corto plazo, y en el largo ya veremos. Lo cierto es que los mercados son ineficientes, no consideran externalidades. Si yo le vendo un auto, nadie se preocupa por lo que esa transacción genera para otros: polución, aumento del precio del petróleo, congestión en las calles. Ni los mercados son eficientes ni los consumidores son informados y racionales, es algo muy distinto de lo que venden de la libre competencia.

—¿Cómo salen de esto?

—El público paga. Ahora veremos una socialización de los costos a través del Estado, esto no es nuevo. Siempre el sector estatal subsidia al privado, es el que hace el trabajo duro. Es el que hace las grandes inversiones para crear las computadoras, Internet o los aviones. El sistema se mueve con subsidio estatal y cuasi monopolios, pero lo llaman capitalismo. Ahora le toca al sector bancario.

¿Qué tipo de democracia es hoy Estados Unidos?

No vivimos aquí en democracia. Bolivia es realmente una democracia, donde manda la voz de la gente. Acá gobiernan los intereses económicos. La gente odia pagar impuestos porque siente que le están robando su dinero. La propaganda les ha hecho creer que el Estado es un alien que los roba. Por eso lo odian y por eso todos hablan contra Washington

La Crisis del Siglo: El fin del capitalismo financiero

Los terremotos que sacuden las Bolsas del mundo desde el pasado “septiembre negro” han precipitado el fin de una era del capitalismo. La arquitectura financiera internacional se ha tambaleado. Y el riesgo sistémico permanece. Nada volverá a ser como antes. Regresa el Estado…

por Ignacio Ramonet
Director de Le Monde diplomatique, España.

El desplome de Wall Street es comparable, en la esfera financiera, a lo que representó, en el ámbito geopolítico, la caída del muro de Berlín. Un cambio de mundo y un giro copernicano. Lo afirma Paul Samuelson, premio Nobel de Economía: “Esta debacle es para el capitalismo lo que la caída de la Unión Soviética (URSS) fue para el comunismo”. Se termina el período abierto en 1981 con la fórmula de Ronald Reagan: “El Estado no es la solución, es el problema”. Durante treinta años, los fundamentalistas del mercado repitieron que éste siempre tenía razón, que la globalización era sinónimo de felicidad, y que el capitalismo financiero edificaba el paraíso terrenal para todos. Se equivocaron.
La “edad de oro” de Wall Street se acabó.

Y también una etapa de exuberancia y despilfarro representada por una aristocracia de banqueros de inversión, “amos del universo” denunciados por Tom Wolfe en La Hoguera de las vanidades (1). Poseídos por una lógica de rentabilidad a corto plazo.

Por la búsqueda de beneficios exorbitantes. Dispuestos a todo para sacar ganancias: ventas de corto plazo abusivas, manipulaciones, invención de instrumentos opacos, titulización de activos, contratos de cobertura de riesgos, hedge funds… La fiebre del provecho facil se contagió a todo el planeta. Los mercados se sobrecalentaron, alimentados por un exceso de financiación que facilitó el alza de los precios.

La globalización condujo a la economía mundial a tomar la forma de una economía de papel, virtual, inmaterial. La esfera financiera llegó a representar más de 250 billones de euros, o sea seis veces el monto de la riqueza real mundial. Y de golpe, esa gigantesca “burbuja” reventó.

El desastre es de dimensiones apocalípticas. Más de 200 mil millones de euros se han esfumado. La banca de inversión ha sido borrada del mapa. Las cinco mayores entidades se desmoronaron: Lehman Brothers en bancarrota; Bear Stearns comprado, con la ayuda de la Reserva Federal (Fed), por Morgan Chase; Merril Lynch adquirido por Bank of America; y los dos últimos, Goldman Sachs y Morgan Stanley (en parte comprado por el japonés Mitsubishi UFJ), reconvertidos en simples bancos comerciales.

Toda la cadena de funcionamiento del aparato financiero ha colapsado. No sólo la banca de inversión, sino los bancos centrales, los sistemas de regulación, los bancos comerciales, las cajas de ahorros, las compañías de seguros, las agencias de calificación de riesgos (Standard&Poors, Moody’s, Fitch) y hasta las auditorías contables (Deloitte, Ernst&Young, PwC).

El naufragio no puede sorprender a nadie. El escándalo de las “hipotecas basura” era sabido por todos. Igual que el exceso de liquidez orientado a la especulación, y la explosión delirante de los precios de la vivienda. Todo esto ha sido denunciado –en Le Monde diplomatique– desde hace tiempo. Sin que nadie se inmutase. Porque el crimen beneficiaba a muchos. Y se siguió afirmando que la empresa privada y el mercado lo arreglaban todo.

La administración del presidente George W. Bush ha tenido que renegar de ese principio y recurrir, masivamente, a la intervención del Estado. Las principales entidades de crédito inmobiliario, Fannie Mae y Freddy Mac, han sido nacionalizadas. También lo ha sido el American International Group (AIG), la mayor compañia de seguros del mundo. Y el secretario del Tesoro estadounidense, Henry Paulson (ex-presidente de la banca Goldman Sachs…) ha propuesto un plan de rescate –reformado y aprobado por el Congreso de Estados Unidos– de las acciones “tóxicas” procedentes de las “hipotecas basura” (subprime) por un valor de unos 700 mil millones de dólares, que también adelantará el Estado, o sea los contribuyentes.

Prueba del fracaso del sistema, estas intervenciones del Estado –las mayores, en volumen, de la historia económica– demuestran que los mercados no son capaces de regularse por sí mismos. Se han autodestruido por su propia voracidad. Además, se confirma una ley del cinismo neoliberal: se privatizan los beneficios pero se socializan las pérdidas. Se hace pagar a los pobres las excentricidades irracionales de los banqueros, y se les amenaza, en caso de que se nieguen a pagar, con empobrecerlos aun más.

Las autoridades estadounidenses acuden al rescate de los “banksters” (“banquero-gangster”) a expensas de los ciudadanos. Hace unos meses, el presidente Bush se negó a firmar una ley que ofrecía una cobertura médica a nueve millones de niños pobres por un costo de 4 mil millones de euros. Lo consideró un gasto inútil. Ahora, para salvar a los rufianes de Wall Street nada le parece suficiente. Socialismo para los ricos, y capitalismo salvaje para los pobres.
Este desastre ocurre en un momento de vacío teórico de las izquierdas. Las cuales no tienen “plan B” para sacar provecho del descalabro. En particular las de Europa, agarrotadas por el choque de la crisis. Cuando sería tiempo de refundación y de audacia.

¿Cuanto durará la crisis? “Veinte años si tenemos suerte, o menos de diez si las autoridades actúan con mano firme”, vaticina el editorialista neoliberal Martin Wolf (1). Si existiese una lógica política, este contexto debería favorecer la elección del demócrata Barack Obama (si no es asesinado) a la presidencia de Estados Unidos el 4 de noviembre próximo. Es probable que, como Franklin D. Roosevelt en 1930, el joven Presidente lance un nuevo “New Deal” basado en un neokeynesianismo que confirmará el retorno del Estado en la esfera económica. Y aportará por fin mayor justicia social a los ciudadanos. Se irá hacia un nuevo Bretton Woods. La etapa más salvaje e irracional de la globalización neoliberal habrá terminado.

1 Anagrama, Barcelona, 1995.
2 The Financial Times, Londres, 23-8-08.

I.R.

El Problema del Agua Potable.

La problemática del agua es uno de los temas que más causa preocupación en la población mundial. En la edición de Junio de la revista Wired salió publicado un artículo “Peak Water: Aquifers and Rivers Are Running Dry. How Three Regions Are Coping” que traduzco a continuación.

Que esta noticia sea familiar no la hace menos alarmante: 1100 millones de personas, aproximadamente una sexta parte de la población mundial, carece de acceso al agua potable. Los acuíferos que corren bajo Beijing, Delhi, Bangkok, y docenas de otros ubicados en zonas urbanas de rápido crecimiento se están secando. Los ríos Ganges, Jordan, Nilo, y Yangtze – durante gran parte del año reducen su caudal a la mínima expresión. En la antigua Unión Soviética, el Mar de Aral se ha reducido a una cuarta parte de su antiguo tamaño, dejando tras de sí una corteza de salitre como residuo.

El agua ha sido un problema importante en los países en vía de desarrollo durante tanto tiempo que apenas se le presta atención a los actuales informes de la calamitosa escasez en el registro de El Cairo o de Karachi. Pero la escasez de de agua dulce ya no es solo un problema restringido a los países pobres.

La escasez está alcanzando niveles preocupantes, incluso en las más regiones más desarrolladas. Los cultivos se están desmoronando, las aguas subterráneas está desapareciendo, los ríos no alcanzan a llegar al mar. Es lo que se denomina “picos” del agua, y se da en el punto en que el suministro renovable es siempre superado por la demanda insaciable.

Esto no quiere decir que el mundo se este quedando sin agua. Existe la misma cantidad hoy en día que hace millones de años – alrededor de 360 trillones de galones. Se evapora, se condensa formando nubes, cae como lluvia, se filtra en la tierra, y surge para alimentar ríos y lagos, un interminable ciclo hidrológico ordenado por leyes inmutables de la química. Pero el 97 por ciento del agua del planeta se encuentra en los océanos, donde es inutilizable a menos que se pueda quitar la sal (un proceso que consume enormes cantidades de energía). El agua potable para tomar, para riego, ganadería y otros usos humanos no siempre se encuentra donde las personas lo necesitan y transportarla es difícil y costoso. Al igual que el petróleo, el agua no está equitativamente distribuida ni respetuoso las fronteras políticas; alrededor del 50 por ciento del agua dulce del planeta se encuentra en muy pocos países afortunados.

El agua dulce es el recurso renovable más importante, pero la humanidad está utilizandolo y contaminandolo más rápidamente de lo necesita para reponerse. El desenfrenado crecimiento económico, más casas, más empresas, más procesos de fabricación más demandantes de agua, el incremento del nivel de vida, simplemente ha superado a la oferta, especialmente en las regiones históricamente secas. Para agravar el problema, el ciclo hidrológico es cada vez menos previsible ya que el cambio climático altera los patrones de temperatura establecidos en todo el mundo.

Una barrera para conseguir una mejor gestión de los recursos hídricos es simplemente la falta de datos, donde está el agua, por dónde se va, cuánto se está utilizando y para qué fines, y sobre todo cuánto podría ser salvado si las cosas se hicieran de otra manera. En este sentido, la temática del agua se basa en gran medida en un problema de la información. La información que pueda reunirse tendrá una gran influencia en cómo hacer frente a un mundo en el que falta agua.

Cerca del aeropuerto internaciona Sky Harbor en Phoenix, una interminable red de calles y vías hogares se graba en el desierto, como si fuera la superficie de un microchip.

Y Phoenix crece a un ritmo que parece competir con la ley de Moore. En la década de 1990, el área metropolitana creció a un ritmo de un acre cada tres horas. Se prevé que la población se duplicará en los próximos 20 años. Sin embargo, las ciudades, a diferencia de los microchips, no duplican su eficiencia cada 18 meses. Un informe del gobierno realizado en 2007 señaló que el crecimiento asombroso en el suroeste de Estados Unidos, “conducirá inevitablemente a un cada vez más costoso, controvertido, e inevitable proceso para lograr una disminución del abastecimiento de agua.”

El principal origen de las aguas de la ciudad son el Salt River Project y el Proyecto Central de Arizona, dos enormes sistemas de abastecimiento de agua que tomaron un siglo de esfuerzo y que buscaban hidratar la región. El Salt River Project comenzó en 1903 con la represa Roosevelt.


Hoy en día, la SRP es una vasta red de embalses, represas hidroeléctricas, y canales. En cuanto a la Central Arizona Project, es uno de los mayores y más caros acueductos en los EE.UU., concluido en 1993 a un costo de U$S 3600 millones.

Las 336 millas de la PAC canal desvían 489 mil millones de galones al año desde el Río Colorado, permitiendo el riego de más de 300000 hectáreas de tierras agrícolas en Phoenix y Tucson.

Chandler, una ciudad en el borde sureste de Phoenix, representa el dilema regional. Fundada en 1912 para dar cabida a los agricultores que se aventuraron en el desierto de Sonora, hoy Chandler alberga una población que se ha triplicado en los últimos 20 años a 250.000.

En las afueras de la ciudad, donde las últimas granjas se desvanecen en la maleza, la empresa Intel posee tres plantas de fabricación de semiconductores que ocupan un espacio equivalente a 17 campos de fútbol. Intel es el principal impulsor de la economía local. La compañía emplea a 100.00 personas y ha invertido 9 millones de dólares en Chandler; sus trabajadores, en promedio, ganan cuatro veces el salario promedio de Arizona. Sólo un problema: Estas fábricas son el mayor consumidor de agua de la ciudad.

La fabricación de chips es un proceso “sediento”. Las obleas de silicio se deben enjuagar después de cada una de las varias decenas de capas de semiconductores que se les aplican. En consecuencia, las instalaciones de Intel fueron diseñadas para aprovechar al máximo cada gota de los 2 millones de galones diarios que utiliza. Intel, no explica demasiado sobre sus secretos de fabricación. Afortunadamente, el sistema circulatorio de la planta es visible desde el exterior. Len Drago, que se encarga de la instalación de la seguridad ambiental, se ofrece a mostrarme más. A medida que caminamos por el perímetro del edificio, me explica cómo el agua fluye a través de la planta.

La imperfección más pequeña puede inutilizar a sus productos por lo cual, todo el agua que ingresa es pasada por una serie de filtros. El agua utilizada se lleva a un tanque ubicado sobre una torre que parece un cohete lunar de Julio Verne, donde se destila y mediante unas bombas se las regresa nuevamente al inicio del sistema.

El lodo salado va a un estanque de evaporación. El agua purificada, mientras tanto, se utiliza para lavar los chips. Luego el agua se depura y se envía a otras partes del campus: los depuradores de aire que filtran las emisiones de la planta, las enormes torres de enfriamiento que mantienen a los trabajadores protegidos del sofocante calor del desierto. Incluso las resistentes plantas del parque del estacionamiento se riegan con aguas residuales.

Pero Intel no reutiliza todas sus aguas residuales. Todos los días, la empresa bombea 1,5 millones de galones a una planta desalinizadora de ósmosis inversa que costó U$S 19 millones y que fue construida por Chandler. Esta agua, según las normas, potable, se bombea a 6 millas de distancia y se inyecta 600 pies hacia abajo en un acuífero de arenisca por debajo de la ciudad. Hasta la fecha, Intel tiene ha acumulado en estos bancos más de 3 mil millones de galones. Según dice Drago, las instalaciones reciclan el 75 por ciento del agua que traen.

Intel no está simplemente tratando de ser un buen ciudadano corporativo. Tampoco es simplemente para ahorrar dinero. La ejecución de una operación sostenible sirve para aceitar los mecanismos de reglamentación en un momento en que la empresa piensa en ampliarse. Dado que Intel dice respetar las normativas del gobierno en materia de medio ambiente su nueva fabrica no necesitó un nuevo permiso para utilización de agua.

No siempre ha sido de esta manera, Drago admite que “a comienzos de los 80´s se manejaban de otra manera.”. Además dice: “Es mucho más fácil hacer las cosas de manera correcta. Especialmente cuando se piensa a largo plazo.”.

El largo plazo, sin embargo, estará marcado por dos realidades que se darán en paralaleo: la explosión de la población y un clima más caliente y más seco.
Chandler tiene plan inteligente para almacenar agua de los ríos bombeandola al acuífero local para usarlas posteriormente. Dave Siegel, el zar del agua en Chandler, sostiene que aunque se cumplan hasta las predicciones más apocalípticas, la ciudad podría soportarlo. “Aunque no pudieramos acumular más agua”, dice, “podríamos durar hasta 100 años con lo que ya tenemos”. Las proyecciones incluyen un gran crecimiento futuro, entre ellos dos nuevas fábricas de Intel.

Sin embargo, muchos científicos dicen que acumular agua del río no es suficiente. Gary Woodard, un experto en recursos hídricos del “Sahra Center” perteneciente a la Universidad de Arizona en Tucson, basó su carrera en estudiar los problemas con el agua que enfrentan distintas regiones del mundo. Si bien admira los esfuerzos de Intel, advierte que el consumo de agua directo es sólo la mitad de la historia. Para describir la otra mitad, él invoca la idea “nexo agua-energía” que se basa en que se necesita agua para producir energía, y energía para acceder al agua. Es decir, los suministros de agua y electricidad son interdependientes.

“Intel está haciendo todo lo posible”, dice Woodard, “pero para lograr una alta calidad de reciclado, es necesario bombear el agua hacia arriba y hacia abajo haciendola recircular, utilizando así una cantidad increíble de energía.” El campus de Intel utiliza la energía equivalente de 54000 hogares. Intel obtiene una considerable porción de esa energía de la planta nuclear Palo Verde ubicada en las afueras de Phoenix, y esto significa que se utiliza muchísima más agua para hacer un microchip que la que circula a través del sistema de reciclaje de la empresa. “No existe ningún sistema de generación de energía que utilice más agua que planta nuclear en el desierto” dice Woodard. Palo Verde utiliza 20 mil millones de galones al año para enfriar sus turbinas.

El agua se emiten en forma de vapor de agua que sale de sus torres de enfriamiento, para caer como lluvia en algún otro lugar. Nada de esto figura en las mediciones de huellas hídricas de Intel. Tampoco los empleados, las nuevas viviendas construidas en el desierto, y los coches que vendrán junto a las nuevas fábricas de Intel. Más estacionamientos que absorberán más radiación solar, lo que contribuirá a la isla de calor que se forma en Phoenix. Para refrigerar todo esto será necesario más energía y más agua.

Otros expertos comparten la preocupación de Woodard. Peter Gleick es presidente del Instituto del Pacífico en Oakland, California, un importante grupo de reflexión sobre temas relacionados con el agua. Él no está sorprendido de que Intel y Chandler sean optimistas sobre el futuro. Su actitud alegre, según él, refleja su confianza en que las prioridades sociales y económicas están a su lado. “Esto demuestra hasta que lejos iremos para asegurarnos agua para usos de alto valor usos”, afirma Gleick. “La verdad es, Intel siempre estará en condiciones de pagar más que nadie por el agua. Pueden actuar como si no fuera un bien escaso, porque para ellos posee un costo relativamente pequeño.”

Si los intereses económicos pueden determinar el curso de agua, a la larga van a quedar miles de usuarios que no pueden pagar por tenerla. Esto afectará directamente a la agricultura y especialmente tendrá efecto sobre los derechos sobre el agua para las comunidades más pobres. Intel seguirá impulsando la economía de Chandler, lubricando el proceso reglamentario y desgastando su imagen, mientras que las ciudades pequeñas en otros lugares a lo largo del Colorado se marchitan. Si esto parece un Darwinismo sin piedad, es cierto también que Intel tiene un papel crítico que desempeñar en la solución de los problemas del agua. Microprocesadores cada vez con mayor capacidad están en el centro de los esfuerzos en todo el mundo para mantener el agua fluyendo.

Mirando los jardines de Kensington en Londres, donde fuentes ornamentadas brillan al sol, es difícil imaginar que esta famosa y húmeda ciudad tiene menos agua por persona a su disposición que Dallas, Roma o Estambul. Pero es verdad, y el problema está empeorando. Estoy sentado en un restaurante junto a los jardines con John Rodda, un hidrólogo del Centro de Ecología e Hidrología de Gran Bretaña. Saca un mapa de Gran Bretaña y señala hacia el sureste del país, donde unas zonas sombreadas en rojo indican la escasez de agua. “Estamos muy por debajo del standard per capita del Banco Mundial, para una región con problemas hídricos”, dice.

En el verano del 2006, Londres fue golpeado por la peor sequía en tres décadas. Después de dos inviernos secos consecutivos (la época del año cuando las lluvias generalmente reponen el suministro de agua), la ciudad impuso restricciones para regar el césped, llenar las piscinas, y otros usos no prioritarios. Columnistas de diarios locales retrataron a miles de alineados para recibir raciones de agua de camiones hidrantes. Buscando desesperadamente poder mantener los suministros, las compañías de agua consideran medidas extremas: la siembra de nubes, transporte a granel en cisternas, o incluso remolcar icebergs desde el Ártico.

A diferencia de Arizona, donde la industria y la agricultura utilizan la gran mayoría del agua, en Londres el agua se destina principalmente a las personas que viven allí. Pero son demasiados: 7,5 millones de habitantes, y se espera que superen los 8 millones para el 2016. “Tenemos un gran número de personas que viven en una pequeña isla donde no llueve tanto como la gente piensa”, dice Jacob Tompkins, director de Waterwise, una ONG de Londres dedicada a la eficiencia del agua, “nosotros vivimos en la zona más seca de todas”.

El 2006 la sequía dejó en claro que algo un poco más grave, como un largo período de inviernos secos, empujaría al sistema hacia el colapso.”Sería cerrar la economía”, dice Tompkins. Luego está el cambio de patrón de las precipitaciones. Después de la sequía 2006, el verano de 2007 fue uno de los más lluviosos de la historia. Pero en lugar de caer con la frecuencia habitual cayó todo de golpe, causando inundaciones devastadoras. “Antes llovía la misma cantidad cada año”, continúa Tompkins. “En el pasado contruímos algunos algunos embalses y estaba bien. Pero la intensidad de las lluvias se ha duplicado, y la lluvia llega en forma de fuertes tormentas. En términos de infraestructura, estamos con un problema”.

La infraestructura de Londres tiene otro problema fundamental: Su antiguedad “Charles Dickens era el autor más vendido cuando fue instalada la mayor parte de nuestras tuberías”, dice John Halsall, director de los servicios de agua de “Thames Water”, la compañía privada que provee de agua ala mayor parte de Londres. Thames Water mantiene más de 300 embalses, 99 plantas de tratamiento, y más de 20000 kilómetros de tubería. El sistema de agua de la ciudad fue un triunfo de la ingeniería del siglo 19 la ingeniería, pero una tercera parte de la red tiene más de 150 años durante los cuales sufrió varios problemas como las bombas de Hitler y la corrosión de un suelo ácido. El sistema de Thames tiene problemas de filtraciones: se pierden 180 millones de galones al día, 30 por ciento del flujo total. Para arreglar una fuga, algo que la empresa hace unas 82.000 veces al año, tiene que cerrar el tráfico y excavar la calle en una de las ciudades más congestionadas en la Tierra.

Sustituir todas las tuberías victorianas costaría aproximadamente de U$S 3600 millones. El dilema que enfrenta Thames Water como mejorar el sistema sin convulsionar a la ciudad y sin que quiebre la empresa. Existen dos tipos de soluciones: Por un lado están los pequeños proyectos de alta tecnología locales. Por otro lado los tradicionales proyectos de ingeniería civil de gran escala de ingeniería civil. Tompkins prefiere los primeros. En particular, le gusta la medición. No hay forma de medir el agua que fluye a través de gran parte de la infraestructura subterránea, lo que hace que sea difícil identificar las secciones con fugas. En el mismo sentido, ni quiera una cuarta parte de los hogares de la ciudad tienen medidores del consumo de agua con lo cual se hace difícil estimular la conservación. Si los consumidores entendieran bien, lo mucho que están utilizando, Tompkins razona, que tal vez cambiarían su comportamiento.

El problema de la medición da cuenta de la falta de información sobre el sistema del agua. Y ahora hay una manera de hacerlo más eficazmente que nunca. En el gran salón de té de un elegante club de negocios conocido como el Instituto de Directores, entre los enormes retratos de famosos lores, Michael Tapia me muestra un dispositivo llamado iStaq. Tapia es director general de Qonnectis, empresa que fabrica iStaq. Apenas del tamaño de un libro de tapa dura, la unidad puede ser escondida bajo una boca de inspección cubrir y transmitir las mediciones de nivel de agua, presión, flujo, y otras variables. “El sistema en sí es inteligente”, dice Tapia. “Se te enviará un correo electrónico o de texto diciendo: Usted tiene una pérdida de tuberías.” Qonnectis tiene un contrato de 400.000 dólares con Thames Water para ayudar a detectar fugas.

Electricidad, gas, agua y todos los otros servicios públicos esperan beneficiarse con una medición inteligente. Hasta ahora, los medidores inteligentes de agua se han utilizado, en su mayoría en ricos países petroleros de Medio Oriente en ciudades como Doha y Abu Dhabi, donde el agua es preciosa y la infraestructura relativamente nueva. Sin embargo, la simple medición del flujo es sorprendentemente. La investigación muestra que la instalación de un contador en una casa para que la gente pueda ver la cantidad de agua que está utilizando puede reducir el consumo en un 10 por ciento. Tompkins estima, que el 70 por ciento de los hogares de la ciudad podría ser medido en poco más de una década. “La gente necesita sacarse de la cabeza que puede abrir la canilla y que toda el agua que necesita va a estar ahí”, dice.

Si bien los medidores inteligentes son muy prometedores, a los gigantes de los servicios públicos les gusta pensar en grande, y para ellos la medición es sólo una gota en una piscina olímpica. Thames Water esta trabajando en grandes diseños.La compañía espera excavar un tune de drenaje de 20 millas, llamado el Támesis Tideway, por debajo del río y hacia su planta de tratamiento de aguas residuales. La estructura sería un escudo contra el cambio climático, destinado a prevenir las inundaciones en la ciudad que se producirían por la intensificación de las tormentas.Y para hacer frente a la capacidad de almacenamiento, planean construir un nuevo embalse de gran envergadura en Oxfordshire. Pero los proyectos de esta magnitud pueden tardar 20 años en completarse, y la compañía se encuentra bajo presión para encontrar nuevos suministros antes de esa fecha.

Uno de los proyectos más polémicos de Thames Water son unas plantas de desalinización que tendrían un costo de U$S400 millones llamadas “Thames Gateway”. El servicio propuesto podría tomar agua de mar, filtrar la sal, y entregar 35 millones de galones de agua potable al día durante sequías. Según la compañía, la desalinización convertiría a la ciudad en resistente a las sequías. Esto parecería ser una solución interesate. El océano es prácticamente ilimitada, y la planta funcionaría en base a biodiesel, para darle una cara “verde”. El proyecto se estaba moviendo a través del proceso de aprobación en 2006, cuando Londres el alcalde Ken Livingstone lo bloqueó.

Livingstone argumentó que la planta era demasiado cara y que la desalinización requiere un uso muy intensivo de energía. Extraer sal del agua es un medio caro para obtener agua dulce, rentable sólo para usos como beber, pero no para bañarse o regar jardines. Y el alcalde puso en duda la propuesta medioambiental: El biodiesel emite carbono, y la desalinización del super-salado subproducto es tóxico para la vida marina. Thames Water debería invertir, insistió, en reparar el decrépito laberinto de tuberías de Londres. Con la planta de desalación desactivada, Londres se está quedando sin tiempo. “Los grandes proyectos que hacemos tardan más y más tiempo para obtener la aprobación, y no cuesta demasiado sacarlos fuera de pista”, dice Halsall. “Mientras estamos debatiendo, el riesgo aumenta”.

Australia siempre ha sido seca. Es el continente más árido después de la Antártida. Si bien tiene una baja densidad poblacional, tiene muchos problemas con el suministro de agua. El país fue fundado durante la segunda peor sequía de su historia, porque la peor sequía es la que se está desarrollando en estos momentos. Se prevee que las precipitaciones, que ya han disminuido al 25 por ciento del promedio, disminuyan otro 40 por ciento para el año 2050.

Hay tres factores que están trabajando para la falta de agua. Uno de ellos es simple sobreexplotación de los recursos existentes. Se retira más agua, para usarse en agricultura, la industria y las ciudades, de la que el sistema puede manejar. Otro ejemplo es el fenómeno de El Niño, un patrón de clima que cambia periódicamente las precipitaciones. La tercera es el cambio climático. Las temperaturas en Australia son cada vez mayores, incrementando así los otros dos problemas de consumo y la evaporación.

La convergencia de estos factores podría tener resultados catastróficos. Cada ciudad importante en Australia restringe el consumo de agua, pero la mayor parte del agua del país, mas de dos tercios, se destina a la agricultura. La economía de la producción de alimentos se ha basado siempre en un fácil y barato acceso al agua. El precio de la cerveza ha ido en aumento desde que los precios de la cebada pegaron un salto, algo que algunos en broma dicen que podría conducir a una escalada de disturbios civiles. Pero no es broma: El precio mundial del trigo alcanzó en diciembre su nivel más alto en décadas, debido en parte a la escasez de agua Australia. El impacto más importante de la escasez en Australia será la capacidad para alimentarse a sí misma.

Doscientos kilómetros al norte de Melbourne, en una granja polvorienta de Moulamein, Nueva Gales del Sur, LJ Arthur abre las puertas de su granero y se mete. Unos minutos más tarde, este canoso productor de arroz de 53 años surge empujando un helicóptero apoyado sobre ruedas desmontables, y el rotor de cola apoyado en su hombro. Nos subimos a la de cabina de vuelo.
“Desde el aire, usted obtendrá una mejor idea de lo se ve luego de dos años sin agua”, dice mientras controla los relojes indicadores. Una nube de polvo nos rodea, y el ruido del rotor” aumenta a medida que nos alejamos del suelo.

Ascendemos a 1000 pies, y Arthur grita más el motor, “En un año normal, esto sería una alfombra de todos los matices de verde imaginables, y campos de arroz que se perderían en el horizonte.” El paisaje es muy árido. El suelo es un un mosaico de grises y marrones”En un año normal, tendríamos 1,2 millones de toneladas de arroz en proceso de producción. Este año tenemos 15000″; El arroz es a menudo considerado un mal cultivo para la región, ya que requiere riego de inundación. Pero los productores de la cuenca pueden producir 10 toneladas por hectárea, lo que corresponde a uno de los más altos rendimientos en el mundo. Los animales nativos están aguantando bien por ahora, me dice Arthur, gracias a la ayuda de un estanque de riego que excavó para sus ovejas. Pero el futuro de las personas en este árido lugar de un árido continente es mucho menos seguro.

Por segundo año consecutivo, los agricultores de arroz de la región no han recibido agua del río Murray, un curso de 1,500 que viene de las montañas nevadas y ayuda a hidratar las tierras de cultivo donde se produce el 40 por ciento de los alimentos de Australia. Los niveles en el río Murray el año pasado fueron los más bajos en 116 años, casi la mitad de la anterior baja. Embalses en la cuenca sur sólo ocupan el 20 por ciento de la capacidad, y la reducción de verano no ha comenzado.

Nadie que intente ganarse la vida de esta tierra esta exceptuado. El sector de 400000-millas cuadradas Murray-Darling, el nombre de los dos principales ríos que corren en la zona, sólo recibe un 6 por ciento de las cada vez más escasas lluvias del continente. En algunos lugares, las aguas subterráneas son demasiado saladas para beber. Las ciudades costeras están invirtiendo en plantas de desalinización, pero la tecnología es demasiado cara para el uso en la agricultura. Sin riego desde el río, la agricultura no podría existir aquí. Las grajas desaparecerían.


Aterrizamos cerca del centro de Moulamein, donde una docena de tractores están aparcados en torno a una fosa superficial de arcilla del tamaño de un centro comercial. Desde que no se puede cultivar, el gobierno ha contratado a los productores locales para cavar un agujero gigante como un reservorio de emergencia para la ciudad. Algunos agricultores que se quedaron sin efectivo son ahora miembros del staff de las empresas de construcción de carreteras. La planta de procesamiento de arroz ya ha despedido a 90 trabajadores, y la prensa ha informado sobre la depresión y el suicidio entre los agricultores arruinados. Muchos pequeños pueblos en la cuenca están al borde del colapso económico.

A pocas horas de distancia de la granja de Arthur, los directivos de la Cooperativa de Riego Coleambally han establecido un plan para hacer viable la agricultura australiana. La cooperativa está formada por un grupo de 320 agricultores conectados por una red de canales de riego de 300 millas de extensión. Su sección de la cuenca recibió sólo el 3 por ciento de su asignación de los recursos hídricos en diciembre. Esto significa que tendrán que ser mucho más eficientes. Este es el objetivo de Murray Smith, el CEO de la compañía de riego Coleambally. En Australia, un tercio del agua usada para agricultura, en promedio, se pierde debido a fugas, filtraciones, evaporación, y defectos de medición. Smith cree que el futuro de la agricultura en Australia este tener “más cultivos por goteo”. Con ese fin, su compañía ha invertido 15 millones de dólares en una serie de tecnologías para reducir al mínimo lo que se pierde.

En las oficinas de Coleambally, Smith controla una serie de pantallas de computadoras que muestran en tiempo real las mediciones de caudal, temperatura, salinidad y permiten controlar remotamente el riego en todas las tierras que controlan. Un software ayuda a determinar exactamente donde hay pérdidas de agua que luego se soluciona cerrando o abriendo compuertas. Este tipo de administración centralizada está revolucionando el riego. Es el mismo tipo de red que permite a los ingenieros de Thames Water controlar el abastecimiento de agua de Londres,y que permite a los administradores de Intel optimizar el flujo de millones de galones a través de sus instalaciones.

No todos los agricultores quieren correr el riesgo de ser los primeros en adoptar las nuevas tecnologías. Cuando Smith se hizo cargo de la empresa hace cuatro años, algunos de los nuevos sistemas están teniendo problemas. Las compuertas no funcionaban funcionado, las mediciones eran erroneas, y algunos cultivos se perdieron. Los agricultores estaban enojados. Smith recibió amenazas de muerte. “Estamos hablando de su medio de subsistencia”, dice. Aún así, Smith confía en el sistema. “Nadie nunca ha integrado todas estas tecnologías en un solo distrito de riego. Coleambally va a ser el mejor del mundo”.

Pero ¿qué pasa con la ineludible realidad de la sequía, el cambio climático, la sobreexplotación y escasez? Smith reconoce que el dolor es inevitable, y que prevé una feroz competencia entre los agricultores de la cuenca. Algunos agricultores van a quedar arruinados. Los que sobrevivan serán los que utilicen el agua de manera más eficiente mediante la plantación cultivos que requieran menos agua y la adopción de mejores métodos. “Existen muchos beneficios para los últimos que queden” dice Smith. El flujo de agua a través una región agrícola tan seca es un tema complicado. Analizar la hidrología de todo un continente es un desafío muy grande.

Los procesadores de Intel, cuya fabricación del otro lado del planeta está vaciando el Río Colorado, está siendo aprovechada para resolver la crisis del agua en Australia. Desde hace más de un año, este superordenador ha está sacando calculos con los 40 terabytes de datos. A fines de este año, el análisis arrojará luz sobre la forma en el agua se mueve a través de la región y las consecuencias de la explotación humana. Con suerte se podría encontrar el secreto para sanear la cuenta Murray-Darling.

Conferencia: "La Prensa y el Poder en la Argentina"


Con la coordinación de la periodista Luisa Valmaggia, hablarán sobre el tema “Prensa y Poder” los periodistas: Magdalena Ruiz Guiñazú y José Ignacio López

Miércoles 27 de agosto a las 20.00 en el Colegio Carmen Arriola de Marín (Av. del Libertador 17.115, San Isidro) – Entrada gratuita

Para confirmar su presencia en la conferencia haga click aquí

Entrevista a Beatriz Sarlo

Durante el conflicto entre el Gobierno y el campo, la ensayista e investigadora argentina publicó en LA NACION “La prisión del pasado”, una nota en la que cuestionó que la presidenta Cristina Kirchner evocara en sus arengas fantasmas del pasado como el golpismo y buscara legitimarse con el discurso de los derechos humanos.

Varios intelectuales criticaron esa carta. En el marco de esta discusión, el periodista Jorge Urien Berri la entrevista para ADN, el suplemento cultural de La Nación.

-Hay intelectuales peronistas que conciben el peronismo como una cosa tan especial y extraordinaria que está más allá y por encima de todo, y merece categorías y herramientas propias y exclusivas porque hay que tratarlo de una manera distinta.

-El proceso intelectual tumultuoso de entender el peronismo fue posterior a 1955 y tuvo siempre una piedra fundacional: que el peronismo era excepcional. Que el radicalismo formaba parte del sistema de partidos y el Partido Conservador provenía de la república oligárquica. Es decir, que no eran excepcionales en sí mismos, pero que el peronismo traía la excepcionalidad a la política y la traía con un líder excepcional que gobernaba generalmente en estado de excepción. Esto recorre las diversas interpretaciones del peronismo que tuvimos en los últimos cincuenta años.