Moliere: La trágica muerte de un cómico

No sé porqué la risa nunca fue tan valorada como el llanto. Aún en nuestros días la comedia es vista como un género menor, que no merece el mismo respeto que otros.

Un caso que siempre me llamó la atención y del que ahora me acuerdo debido a que estoy releyendo algunas de sus obras teatrales y conociendo otras, es la vida de Moliere, y sobre todo su muerte.

El gran autor y actor Moliere murió en 1673 a los cincuenta y un años, luego de haberse esforzado sobre humanamente para finalizar una presentación de “El enfermo imaginario”.

Cuando intentaron enterrarlo, el cura de su parroquia (San Eustaquio) le negó la sepultura. Si bien su viuda se ofendió e indignada dijo “¡Cómo le niegan aquí la sepultura cuando en Grecia le hubieran levantado altares!” era algo previsible. Por ejemplo, en “El ritual de París” (edición de 1654) se prohibía enterrar en sagrado a las “rameras, concubinas, cómicos, usureros, brujos, etc”.

Para lograr una sepultura cristiana, debió interceder el propio Luis XIV.

Encontré un relato de uno de los testigos presenciales del sepelio que vale la pena compartir:

“El martes 21 de febrero de 1673, hacia las nueve, salió la comitiva fúnebre de Juan Bautista Poquelin Moliere, tapicero-ayuda de cámara real, ilustre comediante, sin más pompa que tres eclesiásticos; cuatro curas han llevado el cuerpo en un ataud de madera recubierto con el paño mortuorio de los tapiceros; seis monacillos de azul, llevando seis cirios en seis ciriales de plata; varios lacayos, llegando hachones de cera encendidos.

El cuerpo, recogido en la calle de Richelieu, frente al hotel de Crussol, ha sido transportado al cementerio de San José y enterrado al pie de la cruz. Había gran aglomeración de pueblo, y han hecho repartir 1200 libras a los pobres que allí se encontraban, a razón de cinco sueldos a cada uno. El susodicho señor había fallecido el viernes 17 de febrero de 1673, por la noche. El señor arzobispo había ordenado que fuera enterrado allí, sin pompa alguna, prohibiendo incluso a los curas y religiosos que celebrasen ningún servicio por él”

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