"Una vuelta por Grondonalandia" por Víctor Hugo Morales

LA REALIDAD ES QUE MÁS ALLÁ DE CONSEGUIR TRABAJOS MUY BIEN PAGADOS PARA ALGUNOS INÚTILES QUE LE SON FIELES, EN LA FIFA GRONDONA ES UNA SILLA QUE ALGUIEN DEBE OCUPAR.
El círculo de aduladores del jefe de la AFA suele defenderlo con el argumento de que si no fuera por él, el fútbol argentino no tendría peso en la FIFA. Lo dicen en los discursos, cuando lo señalan con el brazo extendido como alguien que diserta ante una estatua que se va a descubrir al público presente. “Gracias a Dios tenemos a este hombre para que nos defienda”.

Y miran desafiantes cual guapo que relojea a su entorno después de amenazar con el facón que brilla en la penumbra de un boliche. Se la juegan por Grondona.

Cuando a Boca le roban al juvenil Sebastián Nayar, lo justifican. “Qué puede hacer él, si sólo es uno de los ocho vicepresidentes de la FIFA”, dicen. El pobre Grondona resulta que no es tan poderoso. Eso funciona hacia adentro, para el consumo interno, cuando alguien de la política husmea en la estafa de la televisión, o la violencia le pone al fútbol una espada como la de Damócles. Entonces sí, cuidadito con tocarlo a Grondona.

La realidad es que más allá de conseguir trabajos muy bien pagados para algunos inútiles que le son fieles, en la FIFA Grondona es una silla que alguien debe ocupar. Un puntero político eficaz en América del Sur. Un señor que firma papeles escritos en inglés sin entenderlos para mantener la formalidad de un organismo que debe integrarse con representantes de todo el mundo.

Si se busca la ficha de Grondona en la FIFA, aparece como “hombre de negocios”. Será por eso que la misma televisión que les roba a los clubes argentinos desde hace años, consigue la venta directa de los mundiales. Blatter es un hombre agradecido y la ponchada de votos que Grondona ha conseguido tiene su precio. Otro logro es el tema de los boletos para los partidos de los mundiales. Eso lo maneja él para la Argentina. Y la hace bien Grondona: en vez de imitar al inescrupuloso vicepresidente Jack Warner de Trinidad y Tobago que quiso venderlas en su propia agencia de viajes, Grondona se permite ser generoso con los amigos de siempre y simplemente se las da. Un hombre de negocios, que ni siquiera los hace para él, puede decir, y dice. Ahora se presentaron los espinosos asuntos de Oscar Ahumada y de Martín Bravo, algo que puede tener una continuidad muy peligrosa para los exhaustos clubes profesionales. Se abre una puerta para que muchos contratos abusivos sean ignorados por los jugadores. A la venta de decenas de futbolistas por temporada, se le suma el riesgo de perderlos sin obtener nada por esas transferencias. A Nayar, una promesa de Boca, le pagaban tres mil pesos por mes. Vino un clubeito de España y se lo llevó con la naturalidad con la que los emisarios hicieron compras en el free shop del aeropuerto. Grondona sabe que Boca podría tener contratos menos leoninos con los que son parte de su futuro, si la televisión no pagase la décima parte de lo que vale el fútbol. (¡La tele sí que sabe lo que es quedarse con las retenciones!).

¿Qué hace el buen hombre? Envía un telegrama a la Federación Española donde un empleado toma el papel y lo estruja en una sola mano y mete un triple en la papelera mas alejada.

Hablando en una radio del establishment que lo protege, Grondona -frente a los casos de Ahumada y Bravo-, clama con la energía de un astrólogo que anuncia el fin del mundo, que habló a la FIFA: “Espérenme que voy para allá -‘allá’ es Beijing- y no tomen ninguna medida hasta que yo llegué”. Mala suerte. Un rato después, la voz de Blatter anuncia con marcado acento marxista que está a favor de los jugadores y en contra de esta “esclavitud moderna” a la que los clubes quieren someterlos. Tarde pió Grondona. Piensa también darse una vueltita por Agremiados, apunta conciliador, como un padre que resuelve en familia a dónde ir de vacaciones. ¡Lo que faltaría! Que Agremiados se ponga en contra de sus propios asociados. Pero es el único lance que le queda. Es capaz hasta de ir a la sede de los futbolistas, en lugar de citarlos a su propio escritorio de la AFA. Si los hace sentir importantes, por ahí los ensarta. Cuando más podría demostrar que para algo le sirven al fútbol argentino sus años de FIFA, Grondona tropieza ante un nuevo orden y se expone a exhibirse más inútil que nunca.

“Allá”, le van a traducir lo que dijo Blatter y a qué se está jugando hoy en día. Le servirán unas masitas, le pondrán un vaso en la mano y le harán entender al vicepresidente del mundo cómo viene la mano. Mientras, los clubes hacen lo que pueden vendiendo jugadores hasta en ramilletes, despojándose de lo poco que tienen. La Justicia investiga pases truchos y la nota más positiva es una tregua que se darían las barras bravas. Grondonalandia a pleno funciona lo más bien. La B Nacional de Primera está por iniciarse. De lo que roba la tele oficial del fútbol, ya ni se habla. Sus medios entrevistan y defienden a Don Julio. Algunas veces los jugadores cobran sus salarios. Y a veces se cansan y se van. Y todo pasa.

¡Es el petróleo, idiota!

Un artículo de Noam Chomsky publicado el 8 de julio que traduje para Listao.

La versión original en inglés pueden verla haciendo click aquí.


El acuerdo que está tomando forma entre el Ministerio de Petróleo de Irak y cuatro empresas petroleras occidentales plantea preguntas críticas acerca de la naturaleza de la invasión y ocupación de Irak por parte de EEUU. Estas cuestiones deben ser abordadas por los candidatos presidenciales y debatido seriamente en los Estados Unidos, y por supuesto en un Irak ocupado, donde parece que la población tiene poco o ningún papel en la determinación del futuro de su país.

A las negociaciones que se están llevando a cabo con Exxon Mobil, Shell, Total y BP, los socios originales desde hace varias décadas en la “Iraq Petroleum Company”, ahora se sumaron Chevron y otras compañías petroleras más pequeñas., con el objetivo de renovar la concesión del petróleo que perdieron durante los años de nacionalización en los cuales el país se hizo cargo de sus propios recursos.

Los contratos sin licitación, al parecer escritos por las empresas petroleras con la ayuda de funcionarios de EE.UU., prevaleció sobre las ofertas de más de 40 otras empresas, incluidas las empresas en China, India y Rusia.

“Había sospechas entre muchos en el mundo árabe y entre partes del público estadounidense que los Estados Unidos habían ido a la guerra en Irak, precisamente para garantizar la riqueza petrolera que estos contratos tratan de extraer” escribió Andrew E. Kramer en The New York Times .

La referencia de Kramer a la “sospecha” es un eufemismo. Por otra parte, es muy probable que la ocupación militar haya tomado la iniciativa en el restablecimiento de la odiada “Iraq Petroleum Compan”y, que, como Seamus Milne escribió en el diario “The Guardian” de Londres, “se impuso bajo el dominio británico.

Existen muchos informes que hablan de retrasos en la licitación. Es mucho lo que está sucediendo en secreto, y no sería ninguna sorpresa si surgen nuevos escándalos.

La demanda no podría ser más intensa. Irak poseee tal vez la segunda reserva de petróleo más grande del mundo, con la ventaja que es muy barato de extraer: no hay arenas alquitranadas o de perforación en aguas profundas. Para los planes de EE.UU., es imperativo que Irak permanezca bajo su control, y en la medida de lo posible, lo haga como un obediente estado que además permita albergar las principales bases militares de EE.UU., justo en el corazón de las principales reservas de energía del mundo.

Que estas son las principales metas de la invasión fue siempre lo suficientemente claro para verse a través de la bruma de los sucesivos pretextos: las armas de destrucción masiva, vínculos de Saddam con Al-Qaeda, la promoción de la democracia y la guerra contra el terrorismo, que, como se predijo, aumentó bruscamente como consecuencia de la invasión.

El pasado mes de noviembre, las preocupaciones principales se explicitaron cuando el presidente Bush y el Primer Ministro de Irak, Nouri Al Maliki firmaron una “Declaración de Principios,” ignorando al Congreso de los EE.UU, al parlamento iraquí, y los ciudadanos de ambos países.

Esta declaración deja abierta la posibilidad de que la presencia militar EE.UU. en Irak se extienda por un tiempo indefinido que presumiblemente incluirá las enorme bases aéreas ahora que se están construyendo en todo el país, y la “embajada” en Bagdad, una ciudad dentro de una ciudad, a diferencia de cualquier embajada en el mundo. Estas instalaciones no están siendo construidas para ser abandonadas.

La Declaración también contiene un descarado apartado sobre la explotación de los recursos de Irak. Según dice, la economía de Irak, es decir, sus recursos petroleros, debe estar abierta a la inversión extranjera, “especialmente las inversiones de Estados Unidos de América.” Esto es casi declarar públicamente que invadimos para poder controlar su país y tener acceso privilegiado a sus recursos.

La gravedad de este compromiso se puso de relieve en enero, cuando el presidente Bush emitió una “declaración de firma” declarando que iba a rechazar cualquier legislación del Congreso que limitara la financiación “para establecer cualquier instalación o base militar con el fin de proporcionar logística para una presencia permanente de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en Irak “o” a Estados Unidos ejercer el control de los recursos petrolíferos de Irak.

No es de extrañar que la Declaración haya suscitado objeciones inmediatas en Irak, entre algunos de los sindicatos iraquíes, que sobreviven incluso con la dura legislación laboral que Saddam impuso y los mandos de la ocupación mantienen.

En la propaganda de Washington, la justificación de dominación de los EE.UU. sobre Irak es Irán. Por los problemas de EE.UU. problemas en Irak se culpa a Irán. La Secretaria de Estado, Condoleezza Rice, una solución sencilla: “las fuerzas extranjeras” y “extranjeros armados” deberían retirarse de Irak – Iran.

El enfrentamiento sobre el programa nuclear de Irán aumenta las tensiones. La política de la administración Bush hacia Irán, del “cambio de régimen” viene con ominosas amenazas de la fuerza (allí se unieron a Bush ambos candidatos presidenciales de EE.UU.). La mayoría del pueblo norteamericano está a favor de la diplomacia y se opone al uso de la fuerza. Pero la opinión pública es en gran medida irrelevante para la formulación de políticas, no sólo en este caso.

Una ironía es que Irak se está convirtiendo en un condominio Norteamericano-iraní. El gobierno Maliki es el sector de la sociedad iraquí más respaldado por Irán. El llamado ejército iraquí – sólo otra milicia – se formó en gran medida sobre la base de la Brigada Badr, que fue entrenada en Irán, y luchó por la parte iraní durante la guerra Irán-Irak.

Nir Rosen, uno de los más astutos y corresponsales muy conocedor de la región, señala que el objetivo principal de la alianza militar EE.UU.- es un personaje detestado por Iran: Moktada Al Sadr. Él es independiente y cuenta con el apoyo popular, por lo tanto es muy peligroso.

Irán “apoya claramente al Primer Ministro Maliki y al gobierno iraquí contra lo que calificaron como” grupos armados ilegales “(el ejercito de Moktada) en el reciente conflicto en Basora,” Rosen escribe, “lo cual no es sorprendente dado que su principal representante en Irak, El Supremo Consejo Islámico Iraquí domina el estado iraquí y Maliki es el principal proveedor de fondos. “
“No hay guerra en Iraqk, concluye Rosen, “porque los EE.UU. e Irán comparten el mismo objetivo.”

Es de suponer que Teherán ve con placer que Estados Unidos haya instituido y mantenga en Irak un gobierno receptivo a sus influencias. Para el pueblo iraquí, sin embargo, el gobierno sigue siendo un desastre, y muy probablemente lo peor aún está por venir.

En cuanto a las relaciones exteriores, Steven Simon señala que la actual estrategia de EE.UU. es “atizar las tres fuerzas que tradicionalmente han amenazado la estabilidad de los Estados del Oriente Medio: el tribalismo, el caudillismo y el sectarismo”. El resultado podría ser “un país fuerte, con un estado centralizado gobernado por una junta militar que se asemejan mucho al régimen de Saddam.”

Si Washington logra sus objetivos, entonces sus acciones serán justificadas. Las reacciones fueron muy diferentes cuando Vladimir Putin logró pacificar Chechenia, en un modo superior a lo que el General Gen David Petraeus ha logrado en Irak. Pero es que en esta situación eran ELLOS y en esta es EE.UU.
Los criterios son, por tanto, totalmente diferentes.

En los EE.UU., los demócratas están ahora en silencio debido al supuesto éxito de la oleada militar en Irak. Su silencio refleja el hecho de que no hay críticas de “principios” sobre la guerra. En esta forma de relacionarse con el mundo, si logras tus objetivos, la guerra y la ocupación son justificadas. El cariño de petróleo ofertas vienen con el territorio.

De hecho, toda la invasión es un crimen de guerra – además, el crimen internacional supremo, que difiere de otros crímenes de guerra en el sentido de que abarca todo el mal que sigue, en los términos de la sentencia de Nuremberg. Este es uno de los temas que no pueden ser discutidos, ni en la campaña presidencial ni en otros lugares. ¿Por qué estamos en Irak? ¿Qué le debemos los iraquíes por la destrucción de su país? La mayoría del pueblo norteamericano está a favor de la retirada de EE.UU. de Irak.

¿Sus voces importan?

"El cuentito" por Sandra Russo

La “prensa independiente” y los intereses de los medios. El avance de la derecha ante la fractura del campo popular.

Barack Obama fue caricaturizado agresivamente por The New Yorker y tanto demócratas como republicanos pusieron el grito en el cielo. The New Yorker se sintió en la obligación de aclarar el espíritu de la caricatura, a modo de disculpa. El turbante musulmán de Obama y el fusil que cargaba su esposa revolvieron el estómago norteamericano. Ese estómago será imperial pero, en materia de política interna, funciona con reglas claras. A las bananas las dejan crecer prolijamente fuera de su territorio. A nadie se le pasó por la cabeza que la crítica a una caricatura semejante sobre un candidato presidencial rozara la libertad de prensa. Hubiese sido ridículo. Tan ridículo como fue que aquí sí se hablara, en estos meses, de atentados a la libertad de prensa. Desde que comenzó este conflicto, los grandes medios no sólo han caricaturizado agresivamente a la Presidenta –y no me refiero sólo a aquella casi anecdótica caricatura de Sábat sino también a clips presuntamente chistosos que siguieron entreteniendo a la audiencia–, limando la institucionalidad del lugar que ocupa legítimamente. Confunden la libertad de prensa con el derecho al agravio. Los grandes medios han funcionado prácticamente como órganos de prensa y difusión de los sectores del campo afectados por las retenciones móviles. En ese sentido, esos medios han violado sistemáticamente el derecho a la información de los ciudadanos. Lamentablemente, y por su parte, la televisión pública se comportó como la televisión pública de cualquier otro país, menos de éste. Fue revulsivo ver esa pantalla el último sábado, cuando en un homenaje a Favaloro se exhibió en primer plano, atendiendo teléfonos, a Noemí Alan, cuya foto más recordada fue tomada en la ESMA, brindando con el Tigre Acosta.

Así las cosas, una capa de mugre se interpuso entre la opinión pública y los hechos. No por casualidad, en este mismo momento y en las pausas del debate en el Senado, TN pone en sus volantas “El campo” y, por el otro lado, “Militantes K”. Esa línea se estira y da por cierto que “la gente” va por su cuenta a Palermo y obligada al Congreso, y que quienes respaldan al Gobierno son sólo “militantes K”: serlo, en el universo de esos medios, equivale a tener medio cerebro funcionando. El tejido semántico elaborado desde el discurso hegemónico rural ata al militante peronista con lo bajo de la política y también con lo más bajo de todo lo demás. Da repugnancia escuchar a Llambías golpearse el pecho y decir: “Yo, pueblo”. Pocas veces como ahora hubo que cuidarse de las noticias como si fueran trampas cazabobos y nunca como ahora eso que se autodenomina “prensa independiente” fue tan dependiente de los intereses de esos medios.

Esto que empezó por las retenciones móviles ya no las tiene por eje. Hay hilachas lamentables, como la escena de la CCC o del MST poniéndole el toque pobre a la masiva reacción de la derecha. Y digo lamentables, sobre todo, porque uno las lamenta. La fractura del campo popular, en parte, explica por qué tenemos la historia que tenemos y por qué nunca hemos logrado que esta democracia, al viejo decir radical, sirva para comer, para curar y para educar a los más débiles. Cuando Alfonsín dijo aquello, los pechos se abrían porque quedaba atrás la larga noche de la dictadura, y todo era promesa. Pero no funcionó. Ni Alfonsín, ni Menem, ni De la Rúa, ni Duhalde se pusieron al frente de un giro democrático con contenidos populares. Lo hemos escuchado y dicho miles de veces: democracia formal no equivale a democracia real.

Hay quienes legítimamente creen que con Kirchner comenzó una etapa de depuración del peronismo y también hay quienes creen que, a pesar de innumerables errores (tal vez sean numerables, pero gruesos), los grandes trazos de los últimos años son los mejores que hemos vivido desde que terminó la dictadura. Esa gente, que es mucha y que no es necesariamente “militante K”, entrevió desde el origen de esta crisis que el paquete del reclamo agroexportador venía con premio de derecha. Pero no de derecha democrática, porque ésa es todavía una materia pendiente en la política argentina. Aunque esté posiblemente en construcción por la fuerza de los hechos, los argentinos ignoramos cómo se autolimitará la derecha cuando no están los tanques a los que recurrieron siempre, para imponer, por la vía neoliberal o la neoconservadora, sus deseos. Si algo ha caracterizado siempre a la derecha, ahora engordada como un pollo de criadero con las hormonas de algunos ex progresistas, es que no respeta límites de convivencia. Sus exabruptos nos han deparado las mayores tragedias argentinas, aunque ellos se hayan ocupado de que los adjetivos “soberbio” y “autoritario” recaigan en un gobierno que se abstuvo obstinadamente de reprimir. Estamos todos grandes y bastante golpeados como para creernos el cuentito que narran a coro tantas voces desafinadas y de triste color.

¿De dónde vienen?

Otra colaboración enviada por Gonzalo Strano.

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Hace unos años hice un seminario en la universidad sobre giro lingüístico, un tema aún en debate.

Mientras investigaba para el informe que debía entregar al final del seminario, me empecé a preguntar de donde salieron algunas frases comunes, como “mi media naranja” o “cría cuervos” y me propuse encontrar en la historia su rastro.

Como con la ayuda de Internet todo se puede encontrar, aunque no todo se puede verificar con exactitud, encontré algunos datos que comparto con ustedes…

Para blanquear mi desconocimiento fáctico sobre alguno de ellos deberíamos anteponer a todo las palabras “Se dice que…”

Se dice que:
“Media naranja”: En una obra de Platón llamada “El banquete” un poeta llamado Aristófanes narra un mito…Parece ser que, en un principio, los humanos eran casi perfectos.
Todos tenían forma esférica como de una naranja, y tenían dos caras opuestas sobre una misma cabeza, piernas y brazos (4 de cada) que usaban para desplazarse rodando.
Obvio, las combinaciones permitían tres tipos hombre/hombre – mujer/hombre- mujer/mujer.

Eran sumamente vanidosos, lo que hizo que se enfrenten a los Dioses creyendo que podían superarlos, entonces Zeus los castigó partiéndolos por la mitad con el rayo; y mandó a Hermes que a cada uno le atara la carne sobrante en torno al ombligo (de ahí era el puto nudito ese).
Luego de un tiempo, y al verse así, los seres andaban tristes buscando siempre a su otra mitad, y cuentan que si alguna vez lograban encontrarla, se abrazaban a ella y se quedaban así, abrazados, hasta morir.
Ahora viene la mejor parte:
Zeus, compadecido por la estirpe humana, ordenó a Hermes que les girase la cara hacia el mismo lado donde tenían el sexo (Ohhhhhhh): de este modo, cada vez que uno de estos seres encontrara a su otra mitad, de esa unión pudiera obtener placer y si además se trataba de un ser andrógino pudieran tener descendencia.
Desde entonces los seres humanos nos vemos condenados a buscar entre nuestros semejantes a nuestra media naranja con la que unirnos en abrazos que nos hagan más “completos”….

“Cría cuervos”: Se dice que este famoso refrán se inició con Eduardo VIII de Inglaterra, duque de Windsor, tras su abdicación allá por 1936. Este señor que abandono su trono por amor, fue incapaz de mostrar gratitud hacia Walter Monckton, su asistente personal, que no dudó en seguirle al exilio cuando contrajo matrimonio con la divorciada estadounidense Wallis Simpson.
Tras más de treinta años a su servicio, a la hora de su jubilación, el duque de Windsor se limitó a regalarle una cigarrera con el detalle de su nombre grabado en ella… pero, como si fuera poco, mal escrito.

“Cornudo”: Se dice que antiguamente en la mayoría de los países nórdicos los gobernadores tenían el derecho de elegir con qué mujer de la comarca querían intercambiar fluidos (por llamarlo de alguna manera decorosa)… cuando el gobernador elegía con quién quedarse, después de probar con unas cuantas, colgaba encima de la puerta de la casa de la chica un hermoso para de cuernos, para que todo el pueblo supiera que esa familia había tenido el honor de que su hija fue elegida por el gobernador. De ahí viene el “poner los cuernos”.

“La suerte está echada”: Se dice que esta frase dicha originalmente en latin, la dijo Julio Cesar cuando estaba regresando a Roma luego de la derrota Vercingetorix, derrota que le costó las peores críticas en el Senado romano… Para llegar a Roma Julio Cesar decidió pasar con su ejército por el río Rubicóm, río por el que pesaban terribles leyendas malignas.
Ningún ejército se había atrevido a atravesar sus aguas… Julio Cesar lo hizo y al terminar de cruzarlo, como desafiando a toda maldición, expresó “Alea iacta est”, la suerte está echada.

“Salario”: Se dice que en la antigüedad la sal era un producto de suma importancia. 500 años antes de Cristo, en Roma se construyó un camino que conectaba la ciudad con las salitreras de Ostia. Este camino fue bautizado como Vía Salaria… el asunto es que un grupo de soldados lo custodiaba día y noche, y parte del pago que recibían por ello era en sal, el “salarium argentum” (agregado de sal), y de allí proviene el término actual.

“Bigote”: Se dice que el origen de la palabra Bigote, proviene de una frase alemana. Parece ser que los soldados alemanes que llegaron a España con Carlos V acostumbraban saludar llevándose los dedos sobre el labio superior mientras gritaban: ¡Bei Gott! – bi got! – ( ¡Viva Dios!), los españoles de entonces creyeron que aquel era el nombre de los mostachos o pelos sobre la boca.

En Internet hay muchas más de estas curiosidades así que en algún momento postearemos otras….

Un abrazo a todos.