"La Buena Noticia" By Leo Masliah

Suegra peligrosa
La Suegra

Leticio vivía desde hacía diez años con su mujer, a la que amaba con la misma intensidad que el primer día y, quizás, todavía más, y con su suegra, a la que detestaba también con la misma intensidad con la que la había venido detestando todos esos años, o incluso más.

La única razón por la que no la echaba de la casa o no tomaba una medida más drástica, como hervirla en aceite, o no tirarla por el balcón cuando pasara el camión de la basura, era el amor que sentía por su mujer, para quien albergar consigo a su pobre madre enferma constituía un deber ineludible.

Además, como el matrimonio, a pesar de haberlo deseado con fervor, no había podido tener hijos, que, por otra parte no trabajaba, dedicaba todo su tiempo a cuidar de su madre. Pero un día, las cosas amagaron a cambiar radicalmente: Leticio llegó a su casa, luego de una ardua jornada de trabajo, y su mujer lo recibió diciéndole que tenía para darle dos noticias, una buena y una mala. -Voy a empezar por la mala, dijo. Leticio, esta tarde murió mamá.

Leticio corrió al dormitorio de la vieja y vio que, efectivamente, había quedado dura. Entonces, corrió a poner un disco de rock pesado, y se puso a bailar frenéticamente gritando: -¡Qué bueno! Si esa es la mala noticia, cómo será la buena. -La buena, le dijo su mujer, es que voy a ser mamá.

Leticio volvió a saltar de alegría. Hacía diez años que venía deseando tener un niño que alegrara el hogar, y ahora, sin la vieja que escorchara todo el día ese hogar iba a convertirse en un verdadero paraíso.

Pues bien, al día siguiente, después del entierro de su suegra, Leticio se fue a trabajar, y, cuando salió, antes de volver a su casa, fue a comprar ropa de bebé, para levantar el ánimo de su esposa. Pero, cuando llegó a su casa y se dirigió al dormitorio, donde creyó que encontraría a su mujer, encontró que la que estaba esperándolo era la vieja, su suegra. Y estaba viva.

El pegó un grito de horror. Entonces la vieja le dijo: Leticio, ¿qué te pasa? ¿No me reconocés? Soy yo, tu esposa. Yo te dije, ¿no te acordás? Te dije que iba a ser mamá, y no pensé que sucedería tan pronto… pero sucedió, Leticio. ¡Soy mamá!.

Cargador solar de celulares

Strapya Next Co. es una tienda de correas y accesoros para celulares que está ofreciendo una correa con un cargador solar colgante. Aunque no es tan eficaz como un adaptador de potencia real, este dispositivo puede ofrecer hasta 3 horas de energía tras haber sido expuesto a unas 6-10 horas de luz solar. También contiene un enchufe AC conector en la parte inferior, que le permite ser cargado mediante un adaptador de CA para teléfonos celulares. El conector en la parte superior del dispositivo se adjunta a la de cualquier teléfono celular a través de un adaptador de corriente y es recargable hasta 500 veces.

El dispositivo es más pequeño que un iPod y tiene un costo de U$$ 17. Un modo barato de ayudar al medio ambiente y evitar perder llamadas por falta de bateria.

Esperemos más aplicaciones que utilicen la luz solar. En este sentido es importante la noticia que leo en Inhabitat: la cadena IKEA, anuncia que venderá paneles solares hogareños. Esto, de cumplirse, será un incentivo importante para disminuir los costos y masificar la utilización de esta tecnología.

Mauricio Macri y su pésima gestión de los residuos sólidos urbanos


Verónica Odriozola es bióloga, especialista en salud ambiental y autora del plan de Basura Cero de Greenpeace que originó la ley del mismo nombre. Tuve el placer de trabajar junto a ella en mis primeros años en Greenpeace y aprendí muchísimo de su conocimiento.

Hoy, publicó un artículo en Página 12, en el cual explica claramente la problemática de la gestión de residuos sólidos urbanos y critica al gobierno porteño por la falta de implementación de la Ley de Basura Cero, que pondría a Buenos Aires en un lugar de vanguardia en el mundo.

A continuación el artículo:

Un lamentable retroceso

Por Verónica Odriozola

La decisión del gobierno de Mauricio Macri de retirar de las calles los contenedores para depositar los residuos reciclables es un lamentable paso atrás en el camino hacia la solución del problema de la basura en la ciudad.

Desde 2005 existe en Buenos Aires una ley, la de Basura Cero, que ha sido vista con enorme expectativa y entusiasmo a nivel internacional y en varias ciudades del interior, que han querido recorrer el mismo camino. Es una ley moderna, ambientalmente de avanzada, que supone una verdadera revolución en el manejo de residuos y en el aprovechamiento de los recursos económicos y naturales. Una de sus principales características es que elabora un cronograma de metas cuantitativas de reducción progresiva del enterramiento de basura que debe ser reemplazado por más reciclaje y menos generación de residuos. Fue por fin una respuesta a un problema ambiental que no deja de crecer en el área metropolitana, con la presencia de megadepósitos de basura que conviven obscenamente con la población y las napas de agua.

Sin embargo, a más de dos años de su aprobación en la Legislatura, la falta de acciones concretas y efectivas para ponerla en práctica debe ser considerada, cuanto menos, como un paso atrás en el cuidado del medio ambiente y la protección de la salud pública. Continuar con el enterramiento creciente de basura no sólo contamina el ambiente, sino que supone un imperdonable derroche de recursos y de oportunidades de empleo.

Los contenedores para la basura reciclable fueron colocados el año pasado en ciertos barrios porteños y poca fue la información que se les proveyó a los vecinos para que conocieran los beneficios del sistema, pudieran modificar sus hábitos y comenzaran a sacar materiales reciclables por un lado y basura por otro. El sistema no fracasó; los que más que fracasar actuaron con desconocimiento y falta de interés fueron las sucesivas administraciones del gobierno porteño, al no hacer las campañas de difusión que en cualquier país hacen falta si se pretende que la gente cambie de hábitos. Y por supuesto, de la mano de los contenedores de dos colores debió haber ido la exigencia a las empresas para que recogieran los contenedores de reciclables en un circuito distinto del de la basura común y los llevaran a los centros verdes que manejan los cartoneros en varios puntos de la ciudad.

Para solucionar el problema de la basura que aqueja al área metropolitana es posible todavía aplicar la ley de Basura Cero que con la participación de organizaciones de la sociedad civil, cartoneros y empresas fue aprobada incluso con el voto favorable de quienes hoy la cuestionan o debilitan.

La verdadera solución pasa por un plan que cumpla con las metas de reducción del enterramiento, sin propuestas pseudomágicas como el tratamiento de los residuos por tecnologías de arco de plasma ni “penínsulas ecológicas” en medio del Río de la Plata. Estas estrategias no son más que cortinas tecnológicas que esconden negocios inmensos que nada tienen que ver con el objetivo original de aprovechamiento de recursos y reducción del daño ambiental.

El camino debe incluir un cronograma con recolección selectiva donde fuertes campañas de difusión, serias y sostenidas, orienten a los vecinos a separar sus residuos en sus casas. La recolección debe llevarse adelante a través de un proceso mixto y progresivo, que incluya a los contenedores de dos colores en algunos barrios y la recolección puerta a puerta como la que los cartoneros llevan adelante en Palermo, en otros, pero sus servicios deben ser jerarquizados y remunerados por la ciudad. En ambos casos, el sistema de recogida selectiva debe estar acompañado con la infraestructura necesaria para acondicionar los residuos para su reciclaje o tratamiento. En menos de dos años debe haber, además, un sistema de recogida de los restos de cocina que deben conducirse a sistemas de tratamiento que los conviertan en abono.

Es un desafío, claro. Buenos Aires es una ciudad grande y compleja y el sistema no podría ser demasiado simple. Pero cumplir realmente con las metas de la Ley de Basura Cero representa una enorme oportunidad de hacer por fin las cosas de otro modo, priorizando el ambiente, la salud pública, el aprovechamiento y la distribución de los recursos para generar empleo cuidando de verdad lo que es de todos.

Si te interesa ser parte de la solución, podés sumar tu compromiso con la Ley de Basura Cero haciendo click aquí, y exigirle al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que implemente la Ley ya mismo.

Entrevista a Beatriz Sarlo

Durante el conflicto entre el Gobierno y el campo, la ensayista e investigadora argentina publicó en LA NACION “La prisión del pasado”, una nota en la que cuestionó que la presidenta Cristina Kirchner evocara en sus arengas fantasmas del pasado como el golpismo y buscara legitimarse con el discurso de los derechos humanos.

Varios intelectuales criticaron esa carta. En el marco de esta discusión, el periodista Jorge Urien Berri la entrevista para ADN, el suplemento cultural de La Nación.

-Hay intelectuales peronistas que conciben el peronismo como una cosa tan especial y extraordinaria que está más allá y por encima de todo, y merece categorías y herramientas propias y exclusivas porque hay que tratarlo de una manera distinta.

-El proceso intelectual tumultuoso de entender el peronismo fue posterior a 1955 y tuvo siempre una piedra fundacional: que el peronismo era excepcional. Que el radicalismo formaba parte del sistema de partidos y el Partido Conservador provenía de la república oligárquica. Es decir, que no eran excepcionales en sí mismos, pero que el peronismo traía la excepcionalidad a la política y la traía con un líder excepcional que gobernaba generalmente en estado de excepción. Esto recorre las diversas interpretaciones del peronismo que tuvimos en los últimos cincuenta años.

Energía Eólica: Barriletes

Los barriletes podrían convertirse en una herramienta importante para producir energía eólica, según leo una nota en Clean Technica.

Según un estudio de la Universidad Tecnológica de Delft de Países Bajos que con barrilletes se podría generar energía para alimentar 100.000 hogares.

En el primer experimento realizado utilizaron barrilletes y lograron generar 10 kW de energía, lo suficiente para alimentar a 10 casas. Si bien no es un avance significativo, los investigadores planean construir una versión ampliada del proyecto denominado “Laddermill” que daría lugar a la generación de 50 kW de energía. Finalmente buscan construir una versión de 100 MW de su proyecto. Si tiene éxito, esta ampliación del proyecto crearía suficiente energía para 100.000 viviendas.

Los barriletes están conectados mediante una cadena con el generador. Al soplar el viento, el barrilete tira de la cadena y generador convierte esa fuerza en energía.

Según Wubbo Ockels , jefe del proyecto “Laddermill”, los barriletes son una forma barata de utilizar la energía de los vientos de más altura, con mayor poder para generar energía, ya que se mueven más rápido (7 m / seg), a diferencia de los molinos tradicionales que trabajan con vientos más cercanos al piso, que tienen velocidades menores (5 m / seg).

Por desgracia, Ockels predice que la tecnología podría demorar un largo tiempo en llegar al mercado a menos que aparezcan inversiones considerables. Pero si logran que los generadores a base de barriletes salen del laboratorio, se podría silenciar a los críticos de la energía eólica que se quejan de los efectos negativos que los molinos producen en las aves y los paisajes.

Otra Guerra

En la foto dos ancianos de Georgia lloran el cadáver de un pariente poco después del cese de un bombardeo. (Foto: Gleb Garanich/REUTERS). Hace unas horas Georgia declaró formalmente la guerra a Rusia.

Estoy enojado y decepcionado. Cuando parecía que, con Obama, se venía el fin de la ofensiva asesina de EEUU por el mundo, y con eso tiempos más tranquilos por el mundo, se lanza una nueva guerra justificaba por ansias independentistas.

Los juegos olímpicos, que deberían ser un lugar de confraternidad mundial fueron testigos hoy de la partida de los deportistas de Georgia como protesta por la ofensiva rusa.

No aprendemos más. Parece que la única respuesta que nos queda es unirnos todos al “movimiento por la extinción humana voluntaria”.

Así crecí

El otro día postié maravillado sobre las impresionantes animaciones de Pixar luego de ver Wall.E

Si bien, dicen que las comparaciones son idiosas, no pude evitar recordar mis consumos culturales de mis años de niñez, allá por los 80´s en comparación con lo que hoy nutren a nuestros pibes.

Hoy los chicos tienen a Barney, nosotros teníamos a nuestra versión nacional, don Margarito Tereré.

Ahora los chicos se divierten con Lazy Town. Nosotros teníamos una versión méxicana: Odisea Burbujas. Mas barata, es cierto, pero el Ecoloco era un personaje inolvidable.

Las chicas ahora se enganchan con Patito Feo. Antes ninguna y ninguno se perdía un capítulo de Verano Azul, Pelito y Señorita Maestra.

Bailan ahora con Hi5, mientras que nosotros teníamos a los inolvidables Parchís.

No me creo eso que dicen “que todo tiempo pasado fue mejor”. Pero no puedo sino recordar con nostalgia esos días de ingenua felicidad donde parecía que esos chicos de la tele eran verdaderos genios, donde mi preocupación más grande era ver a que jugaba a la tarde con mi amigo Fernando y como lograbamos que Carozo y Narizota vinieran a tomar la leche a casa el día de nuestro cumpleaños.

La yapa final del post va para los fanáticos de los Parchis, que se preguntaron que pasó con los galleguitos después de la separación del grupo. Para averiguarlo hagan click aquí.